“Mi sueño es que tú, que odias el fútbol, puedas dar mejores argumentos que muchas de las personas que a priori saben de fútbol”.
Creo que pocas manifestaciones sociales proyectan una visión tan poco positiva como el fútbol. Se trata de la actividad con mayor número de seguidores y aficionados a nivel mundial y, al mismo tiempo, la que recibe el mayor número de críticas y opiniones negativas. Muchos piensan que con razón. Pero otros, entre los que me cuento, consideramos que se trata de una visión completamente injusta que no es más que el producto de un enfoque simplista sobre lo que este deporte es en realidad.
Por esa razón, resulta muy necesaria la aparición de trabajos orientados a reflexionar y analizar en profundidad algunos de los elementos que forman parte del universo fútbol. Aquellos, en especial, que son los que lo han arrastrado a esa postura de rechazo, como por ejemplo voracidad económica, machismo, violencia, incultura, etc. Se trata, en última instancia, de intentar, desde la razón y el análisis, de derribar tópicos sin fundamento que no hacen más que perpetuar visiones superficiales con poco fundamento.
“La heterogeneidad de la sociedad se refleja también en el seguimiento del fútbol, pero como en todos los grupos y comunidades, los que peor hacen las cosas suelen acaparar toda la atención”.
El fútbol, en tanto que manifestación social, necesita ser abordado desde disciplinas propias de las ciencias sociales igual que se hace con la música, el cine o la cultura popular. Eso es lo que hace René Zarpo en su acertadísimo, necesario y más que recomendable trabajo de título tan descriptivo y contundente como su Para ti, que odias el fútbol. Tomando como puntos de análisis cuatro de los elementos que se suelen asociar al mundo del fútbol (capitalismo, violencia, machismo, idiotez), aplica el microscopio del análisis en cada uno de ellos para observar cuánto hay de cierto y de erróneo en esa vinculación. Porque decir que el fútbol es violento, o que el fútbol favorece el derroche económico (como si eso no sucediera en otros espacios de la sociedad) es intentar desprestigiar algo que, en el fondo, no es más que un juego. Con sus sombras, evidentemente, que son más extensas que las de otros ámbitos simplemente por una cuestión de mayor dimensión.
SINOPSIS
Negocio, violencia, machismo e incultura. Los cuatro grandes males que el fútbol genera en nuestra sociedad. ¿O el fútbol es, en cambio, la principal víctima de estos problemas sociales? Este texto no va de goles, de jugadas ni de partidos memorables. Aquí queremos reflexionar, desde una postura divulgativa y cercana a las ciencias sociales, sobre uno de los fenómenos que más pasiones, odios y debates genera en nuestro tiempo.
¿Podemos alcanzar una verdadera igualdad de prestigio entre el fútbol femenino y masculino? ¿La mayoría de los seguidores son incultos o violentos? ¿O intentan evadir sus miserias mediante un juego banal y simple? ¿Qué papel juegan las personas que siguen con fervor el opulento negocio del fútbol? ¿Por qué hay tanta gente que idolatra a un personaje como Maradona?
Si odias el fútbol, aquí puedes recopilar nuevos argumentos que te darán una visión más realista de este complejo y simplificado mundo. Que se preparen tus amistades más futboleras… Si, en cambio, te gusta el fútbol, tienes en tus manos un repertorio de ideas que te ayudarán a pensar en tu afición desde una nueva perspectiva. O puede ser un buen regalo para alguien que no comprenda tu pasión. Tú eliges.
En Para ti, que odias el fútbol, el autor desmonta cada uno de los principales argumentos de tipo negativo que pesan sobre el fútbol de un modo brillante, porque no rehúye de la descripción de esos puntos oscuros, pero analiza cuánto tienen de intrínsecamente propios del mundo del fútbol y cuanto de cualquier otra manifestación humana.
El remate a este estudio es el capítulo dedicado a Maradona, que actúa como ejemplo paradigmático de lo que significa enfrentarse al dilema de valorar la obra pese a lo cuestionable del personaje. El hecho de que Maradona hubiera sucumbido a las drogas, o que hubiera tenido comportamientos rechazables en algunos momentos de su vida, ¿es culpa del fútbol? ¿Dónde está la frontera que determina lo que merece ser alabado u olvidado?
“¿Es el fútbol, entonces, un arma para idiotizar a las personas, o se trata de un bien cultural y popular de nuestra sociedad presentado de forma artificial y simple?”.
El caso de Maradona, un auténtico mito de múltiples facetas de todo tipo, luminosas y sombrías, es un ejemplo perfecto para entender el análisis que el autor propone respecto al fútbol en general. ¿Debemos criticar al fútbol por culpa de los intereses económicos que han puesto el foco en él? ¿Es el fútbol responsable de que algunos violentos, machistas e incultos ocupen las gradas de los estadios? ¿Hay, en definitiva, que odiar al fútbol porque también incluye elementos totalmente rechazables? Porque si hacemos eso, entonces no hay disciplina que se salve, por muy cultural y superior moralmente que pueda parecer. ¿O acaso no hay comportamientos criticables en algunos artistas de diferentes ámbitos creativos? ¿Es culpa de la ópera que entre algunos de sus miembros se produzcan comportamientos violentos y machistas? Utilizar la figura de Maradona como ejemplo de lo que sucede con el fútbol y los que aplican sobre él análisis simplistas me parece muy acertado e ilustrativo. Porque igual que es injusto concluir que todo lo que tiene que ver con Maradona es negativo, también lo es acusar al fútbol de todos los males que azotan nuestra sociedad. En resumen, ¿es justo considerar que los aficionados al fútbol están a favor del negocio, de la violencia, del machismo y de la incultura?
“El fútbol es un juego con un gran poder de identificación comunitaria. Pero “solamente” es un juego”.
La forma de plantear el trabajo me parece muy acertada. El autor parte de algunas de las acusaciones que recaen sobre el fútbol (machismo, violencia, etc.) y, en lugar de negarlas, las acepta con el objetivo de rebatirlas una a una buscando las verdaderas causas de cada una de ellas. Consigue, de ese modo, desmontar la simplificación que los que odian el fútbol acostumbran a verter sobre él, para poner de manifiesto que el fútbol, en esencia, ni es violento, ni es machista, ni es responsable de comportamientos capitalistas ni de la falta de nivel cultural de algunos de sus aficionados.
Para ti, que odias el fútbol es, en definitiva, una obra muy recomendable y todo un ejemplo de cómo deben enfocarse los análisis sobre manifestaciones sociales. Y agradezco a su autor que como aficionado al fútbol me haya proporcionado un corpus de argumentos para rebatir a quienes nos acusan, entre otras cosas, de ser gente con poco criterio.