Episodio 5: Javier Marías y el fútbol

Imagen de www.javiermariasblog.wordpress.com

Uno de los grandes de la literatura contemporánea fue Javier Marías, de quien el pasado 11 de septiembre se cumplió un año de su fallecimiento. Además de gran escritor, traductor, ensayista y articulista, fue un gran aficionado al fútbol, seguidor del Real Madrid desde su infancia, con Di Stéfano como ídolo.

En el episodio número 5 del podcast he aportado un modesto homenaje a su faceta de futbolero, en tanto que fue uno de los autores que me convenció de que fútbol y letras forman muy buen equipo.

Podéis escuchar el audio haciendo clic aquí.

Y a continuación os dejo con algunas de sus frases relacionadas con el fútbol:

“Lo que sí sé es que no hay deporte que más angustie, cuando es angustioso. Es más, en mi caso particular confesaré que es de las pocas cosas que me hacen reaccionar hoy en día de la misma manera –exacta- en que reaccionaba cuando tenía diez años y era un salvaje, la verdadera recuperación semanal de la infancia”.

“El fútbol es una convención, como todo lo que se contempla. Pero además de riesgo, esa convención exige ingenuidad, o lo que es lo mismo, creer que todo es posible, el desastre y la hazaña, el vuelco, la sorpresa infinita, y que el desastre es desastre y la hazaña hazaña cuando se dan, que el mundo se acaba en cada partido, aunque sepamos que hay otro al cabo de siete días”.

“Hay ocasiones en las que el fútbol se empapa de pasado y recuerdo; entonces se adensa y se tensa, los sentimientos que inspira no son puros ni elementales, no son sin mezcla, el mero anhelo de victoria, o de venganza, ambos son simples y lisos: en tales ocasiones el deseo es más tortuoso, más rugoso, quebrado, impuro y también melancólico”.

“El fútbol no es ni será solo calidad y pizarra, porque en él están también los sentimientos que rigen la vida: hay coraje, hay solidaridad, hay vergüenza, hay revancha, hay nobleza y hay encono”.

“El fútbol debería dar más que pensar. Pocas cosas hacen que millones de persones salten a la vez de alegría, en los estadios y en sus casas, por algo en lo que de hecho no han tenido participación –como un gol- y que en modo alguno va a afectarlos, para bien ni para mal, en sus vidas y problemas personales”.

“Es inexplicable, de acuerdo, luego algo misterioso y respetable, por tanto, tiene que haber en el fútbol. Algo que lo asemeja a la literatura, al cine, a la música, que también son capaces de hacer reír, exaltarse, apiadarse, lamentarse y hasta llorar por historias y personajes y acordes que nada cambian de nuestra realidad, una vez que se cierra el libro o se encienden las luces o se hace el silencio. O quizá es que sí cambian algo, cuando tienen eco, lo mismo que en nuestra retina un inmenso gol sobrenatural”.

“Hoy somos muchos los escritores que nos atrevemos a hablar de fútbol sin temer nuestro desprestigio por ello, pero no cabe duda de que Vázquez Montalbán fue el gran pionero y el más audaz, así como el primero en señalar lo que luego tantos hemos repetido: que así como uno cambia de gustos, de pareja, de convicciones, de ideas y aun de ideologías, de lo que nunca cambia es de equipo favorito de fútbol. Curioso que las lealtades mayores sean las que parecen menores”.

En el fútbol actual hay cada vez menos épica y menos deslumbramiento, y sobre todo menos dramaticidad, cuando lo que hace a este deporte tan idolatrado es su carácter de representación, con su intransferible historia en cada partido y sus personajes inequívocos. Hoy en día esas historias son con frecuencia intercambiables e indistinguibles, y por eso rara vez dejan lo más importante, sea en un libro, en una película, en una obra de teatro o en una pieza musical, a saber: eco, resonancia, memoria.