En todo partido de fútbol hay una narrativa y una ficción. Para quienes nos gustan ambas cosas, la literatura sobre fútbol es una jugada perfecta.
El pasado jueves tuve el gran honor de acompañar a mi amigo y compañero Jorge Gamero en la presentación de su último libro: La alineación y otros relatos esféricos, publicado por Stonberg Editorial. Fue en el Castell de Cornellà, un maravilloso equipamiento en el que no quedó ni una sola silla por ocupar. Acompañados por Antoni Balmón, alcalde de Cornellà, y por Jordi Castelló, responsable de la editorial, fue un acto de gran emotividad que me hizo muy feliz, especialmente, por dos razones. La primera, porque Jorge y yo nos conocemos desde hace casi cincuenta años. Nuestro primer encuentro se produjo en el instituto, cursando el desaparecido 1º de BUP, y desde entonces hemos ido manteniendo más o menos relación a lo largo de nuestras vidas, gracias, sobre todo, a las dos pasiones que compartimos: el fútbol y la literatura.
En el caso del fútbol, compartimos vestuario durante nuestra juventud, jugando ambos en la UE Cornellà. Y lo seguimos haciendo en la actualidad, cuando el cuerpo nos lo permite, ya que formamos parte de la Agrupación de Veteranos del mismo club. En cuanto a la literatura, hemos coordinado la publicación de dos libros para ese grupo, y, además, Jorge fue la persona que me acompañó en la presentación de mi primera novela, La hermandad de los balones desaparecidos.
La relación entre fútbol y literatura es la otra de nuestras pasiones compartidas, y de ahí mi segundo motivo de felicidad, puesto que Jorge acaba de publicar el fantástico libro de relatos futboleros que presentamos el pasado jueves. La incursión en el mundo del género deportiva no es nueva para él. En el 2019 publicó una maravillosa novela juvenil, Tokio en el corazón, centrada en un chico cuyo sueño es correr la maratón de los Juegos Olímpicos de Tokio. Unos años antes, y formando parte de su volumen de relatos Las tres caras de la moneda, ya había publicado el relato La alineación, que, tal y como escribí en su momento y expresé durante el acto de presentación, me parece uno de los mejores relatos de temática futbolera que he leído. Un relato que acertadamente ha sido recuperado e incluido para el volumen actual, La alineación y otros relatos esféricos.
Así que, con estos antecedentes, mi alegría no podía ser más que doble: por tratarse de Jorge, y porque el libro que acaba de publicar es una magnífica y completa obra en la que se respira fútbol y literatura por los cuatro costados. El libro se compone de dieciséis historias, estando cada una de ellas asociada a cada uno de los dorsales de una convocatoria tradicional, de las de antes, y otra más al míster del equipo. Como espléndida cobertura a los relatos, nos encontramos con unos brillantes prólogos y epílogo. El primero está escrito por David García Cames, un crack de referencia en el mundo del fútbol y la literatura. Y el segundo por Francisco Coronado, otro crack que lo fue sobre el terreno de juego y lo sigue siendo impartiendo clases de filosofía.
Una de las riquezas del volumen es la gran variedad de temas que se tocan y se tratan en él. Y, todos ellos, con la indudable calidad literaria propia de Jorge. Sueños, fracasos, emociones, euforia, fútbol de campos de tierra, protagonismo de objetos como unas botas de fútbol, los arbitrajes de la época, experiencias personales y ficticias, reivindicación del fútbol femenino, alcachofas de ducha enmohecidas y una magnífica radiografía de la realidad social de una época en la que el fútbol tenía unas peculiaridades diferentes a las actuales. No falta el humor gracias a algunas de las situaciones que se describen, y deportividad, con el fantástico homenaje a la afición de un equipo rival que se hace en uno de los relatos.
Y también hay emotividad, especialmente con el último de los relatos, dedicado a su primo (casi hermano) Pedro, de quien también fui compañero y amigo, y a quien la vida le sacó una injusta tarjeta roja que lo alejó de nosotros.
El libro, en general, es una gran demostración (otra más) de lo bien que combinan fútbol y literatura. Jorge domina tanto el uno (fue un goleador nato) como la otra (ahí está su producción literaria). Y un magnífico ejemplo de ello es uno de mis relatos preferidos, de título tan curioso e ilustrativo como Cara culto, en el que elabora un curioso y atractivo juego casi metaliterario, puesto que convierte en literatura un episodio puramente futbolístico pero, al mismo tiempo, formula una oda a la literatura a partir de un relato de temática futbolera.
El padre de Javi nunca iba a los partidos. Tenía una librería, y aunque los domingos no trabajaba, nunca iba a ver jugar a su hijo. En cambio, Javi sí que era un lector empedernido, cosa que siendo el padre librero, habría heredado de él, digo yo. Al librero el fútbol le importaba un carajo. Se llamaba Victoriano Rebollo, lo ponía en la fachada de su pequeña librería, Victoriano Rebollo, Librero desde 1945, en una placa de latón sobre un plafón de madera maciza como si su negocio, o ser librero, fuera tan importante como ser médico, o abogado, o futbolista de primera. Javi no se atrevía a decirlo, pero todos pensábamos que su padre se avergonzaba de que jugara a fútbol. Fíjate qué idiotez. Me caía gordo Victoriano Rebollo, en cambio, su hijo Javi, lateral izquierdo de nuestro equipo, el juvenil de la UD Salmantina, era un tipo genial y un gran compañero.
Una obra, en resumen, más que recomendable, con cuya lectura disfrutarán tanto las personas que sean futboleras como las que no, puesto que aquí, lo que encontrarán por encima de todo, es literatura de la buena.
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