28 de marzo, Miguel Hernández y el fútbol

 

 

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El 28 de marzo de 1942 moría Miguel Hernández, uno de los poetas más importantes de la cultura hispana. Tras ser detenido en 1939 por las autoridades franquistas, y de pasar por las cárceles de Sevilla, Madrid, Ocaña y Alicante, fue condenado a pena de muerte, sentencia que fue conmutada por la de treinta años de prisión. Poco a poco su salud se irá degradando, hasta acabar muriendo entre rejas con tan solo 31 años de edad.

Además de la importancia de su faceta poética, Miguel Hernández fue un gran aficionado al fútbol. Nacido en un entorno rural (su padre trabajaba con ganado), una de sus principales pasiones fue la de jugar al fútbol, llegando a jugar en un equipo creado por él mismo y cuyo nombre era “La Repartiora”. El poeta, que ocupaba la posición de extremo derecho en el equipo, recibió el apodo de “El Barbacha”, una especie de caracol de pequeño tamaño, por su forma de jugar lenta y pausada.

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Su afición fue más allá de la simple participación en el juego, y llegó a escribir la letra del himno de su equipo, que debía cantarse con la música del pasodoble “Por la calle de Alcalá”:

Vencedora surgirá,
porque lo ha mandado el “Pá”,
la terrible y colosal Repartiora.
Por las calles marchará
y el buen vino beberá
porque siempre victoriosa surgirá.
En la tasca habrá de ver
la ilusión con que al vencer
mostrará siempre en su cara lisonjera.
Todo el mundo la verá
bulliciosa y “descará”
porque siempre surgirá.
Grande es la triunfal defensa,
el Rosendo y el Manolé,
Pepe, Paco y el Botella ,
todos formidables, saben convencer.
Ya la Repartiora
vence con gran poder,
mientras que el otro llora
por no poder vencer.
Salta ya Paná,
brilla el moscatel,
que el vinillo está
que parece miel.
Ya venció la Repartiora,
su canción cantando va.
Surge clara y triunfadora
con su voz sonora
ya casi “apagá”. 

 

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Otro texto futbolero que escribió fue una canción jocosa que escribió y cuyo título era “Ni el Iberia ni los Yankes”. Tal y como podéis leer en este artículo, dedicado a la vertiente futbolera del poeta, en este texto “se burlaba de los dos principales rivales de La Repartiora: Los Yankes, equipo compuesto por jóvenes burgueses, y El Iberia, formado por mozos de la calle de La Acequia. La letra de la cancioncilla estaba adaptada a la música del chotis de “El Pichi”:

 

Nadie
desde ahora en adelante,
ni el “Iberia” ni los “Yankes”
ni con su líneas de ataque
hah de poder combatiros
ni el Orihuelal F. C.
¡Hurra!
Hurra los repartidores,
los mayores jugadores,
además de bebedores,
en Madrid como en Dolores,
en el campo ha visto usted.
Tráiganos ya,
para chutar
y “pa” marcar
el primer gol.
Nuestra delantera,
corta el bacalao.
Hay un medio centro
que no está jugaó.
Para hacerlo bien
hay un interior
que en combinación
marca el primer gol.
¡Anda que te zurzan
ese calcetín,
que por la rotura
te vas a salir!
Tú eres “Yankes”, para mí,
un suspiro en pantalón
y tú vas,
detrás de mí,
para chutar y marcar
el gol.
¡Anda que te zurzan
ese calcetín,
que por la rotura
te vas a salir!

 

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Pero sin duda, su principal aportación al mundo del fútbol y la literatura fue el poema “Elegía al guardameta”. Tal y como se explica en el artículo anteriormente citado, se trata de, “una composición inspirada en un accidente del entonces portero del Orihuela FC, Manuel Soler, Lolo, quien durante un partido se golpeó con el poste y se abrió una enorme brecha en la cabeza. El portero no murió como consecuencia de aquel testarazo, pero Miguel, en un meritorio ejercicio de inventiva, aderezó el suceso con la muerte para completar así el sentido trágico del poema.”

Aquí tenéis el poema:

ELEGÍA AL GUARDAMETA

A Lolo, sampedro joven en la portería del cielo de Orihuela.

Tu grillo, por tus labios promotores,
de plata compostura,
árbitro, domador de jugadores,
director de bravura,
¿no silbará la muerte por ventura?

En el alpiste verde de sosiego,
de tiza galonado,
para siempre quedó fuera del juego
sampedro, el apostado
en su puerta de cáñamo añudado.

Goles para enredar en sí, derrotas,
¿no la mundial moscarda?
que zumba por la punta de las botas,
ante su red aguarda
la portería aún, araña parda.

Entre las trabas que tendió la meta
de una esquina a otra esquina
por su sexo el balón, a su bragueta
asomado, se arruina,
su redondez airosamente orina.

Delación de las faltas, mensajeras
de colores, plurales,
amparador del aire en vivos cueros,
en tu campo, imparciales
agitaron de córner las señales.

Ante tu puerta se formó un tumulto
de breves pantalones
donde bailan los príapos su bulto
sin otros eslabones
que los de sus esclavas relaciones.

Combinada la brisa en su envoltura
bien, y mejor chutada,
la esfera terrenal de su figura
¡cómo! fue interceptada
por lo pez y fugaz de tu estirada.

Te sorprendió el fotógrafo el momento
más bello de tu historia
deportiva, tumbándote en el viento
para evitar victoria,
y un ventalle de palmas te aireó gloria.

Y te quedaste en la fotografía,
a un metro del alpiste,
con tu vida mejor en vilo, en vía
ya de tu muerte triste,
sin coger el balón que ya cogiste.

Fue un plongeón mortal. Con ¡cuánto! tino
y efecto, tu cabeza
dio al poste. Como un sexo femenino,
abrió la ligereza
del golpe una granada de tristeza.

Aplaudieron tu fin por tu jugada.
Tu gorra, sin visera,
de tu manida testa fue lanzada,
como oreja tercera,
al área que a tus pasos fue frontera.

Te arrancaron, cogido por la punta,
el cabello del guante,
si inofensiva garra, ya difunta,
zarpa que a lo elegante
corroboraba tu actitud rampante.

¡Ay fiera!, en tu jaulón medio de lino,
se eliminó tu vida.
Nunca más, eficaz como un camino,
harás una salida
interrumpiendo el baile apolonida.

Inflamado en amor por los balones,
sin mano que lo imante,
no implicarás su viento a tus riñones,
como un seno ambulante
escapado a los senos de tu amante.

Ya no pones obstáculos de mano
al ímpetu, a la bota
en los que el gol avanza. Pide en vano,
tu equipo en la derrota,
tus bien brincados saques de pelota.

A los penaltys que tan bien parabas
acechando tu acierto,
nadie más que la red le pone trabas,
porque nadie ha cubierto
el sitio, vivo, que has dejado, muerto.

El marcador, al número al contrario,
le acumula en la frente
su sangre negra. Y ve el extraordinario,
el sampedro suplente,
vacío que dejó tu estilo ausente.

 

Imagen de www.manuelmazon.wordpress.com del equipo de La Repartiora.
Miguel Hernández es el segundo por la derecha de los agachados

Johann Cruyff en «La vida es un balón redondo», de Vladimir Dimitrijevic. Ed. Sexto Piso

 

Imagen de www.arjyomitra94.wordpress.com

La marcha de Johann Cruyff coincide con la lectura de “La vida es un balón redondo”, de Vladimir Dimitrijevic, editor y fundador de L’Age d’Homme, una de las editoriales europeas de mayor prestigio. El libro, publicado por Sexto Piso, es una de esas joyas que deberían ocupar un lugar destacado en la tribuna del estadio de cualquier biblioteca de literatura futbolera que se precie.

Un volumen que pese a su brevedad ofrece una delicada visión de la pasión por el fútbol desde los ojos de un intelectual, de un miembro de la alta cultura. Una demostración más de que el fútbol es un inagotable manantial de materia para la narración, y que del césped, del balón, y de los aparentemente sencillos movimientos de los futbolistas pueden surgir grandes textos literarios cuando todo ello se combina adecuadamente con la memoria y el lenguaje.

Dimitrijevic nos cuenta el poso que el fútbol dejó en él durante más de cincuenta años, desde su niñez y el recuerdo mítico de la Hungría y la Yugoslavia de los años 50 hasta tiempos más recientes, dominados por la influencia de la televisión en el fútbol moderno. Y sobrevolando todo el libro, una fusión continua de alta cultura y memoria futbolística, de fútbol y literatura, sus dos grandes pasiones. Pinceladas de jugadores que han convertido este deporte en lo que es. De Czibor, Kocsis, Puskas o Sandor.

Y de otros quizá no tan conocidos para nosotros como Hidegkuti, Lantos, los hermanos Matosic o Dragoslav Sekularac, nombres de reminiscencias casi mitológicas. Y referencias a autores y obras literarias que lo llevan a comparar a Don Quijote con un buen futbolista, o considerar que Beckenbauer es un epígono de Paul Valéry.

Imagen de www.escritosdeunhereje.blogspot.com

Y, sobrevolándolo todo, cómo no, el recuerdo de los grandes futbolistas, entre los cuales encontramos varias referencias a Johann Cruyff. Aquí tenéis algunos ejemplos.

“¿Cuáles son los puestos clave? Los niños no se equivocan. Miradles correr para rodear a su equipo tras el partido: asaltan al guardameta y al delantero centro. Porque este último es como una adición de todos los rebotes imaginables, está siempre al acecho y se comporta durante todo el partido como el que acaba de perder su boleto justo antes de la salida del tren o del avión. Estos cazadores de goles son extraños. Miradles a los ojos. Sus pupilas bailan arriba, abajo, a la derecha, a la izquierda, se mueven en direcciones oblicuas. Y así todo el tiempo. Una sola idea en la cabeza, como en los poetas o en los grandes novelistas. Insensatez, sí, pero insensatez grandiosa, divina. Eso es el delantero centro, aquel que, más allá de la mitad del campo, encuentra soluciones inesperadas, rápidas, fulgurantes. Movimientos que son como los ojos prodigiosos de movilidad y de inteligencia de Johann Cruyff.”

Fragmento de “¿Quiénes son los héroes de las pasiones infantiles?«

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He tenido ocasión de ver a un jugador pura sangre, filiforme en sus comienzos, pero manifiestamente sólido en su musculatura. Algunos meses más tarde, se había convertido en una flecha imparable a la que en vano se intentaba atrapar. Y como Maradona, con quien sin embargo no guarda parecido alguno, volaba, imparable: Johann Cruyff.

Fragmento de “La gracia del pura sangre

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“En aquellos tiempos corrían, eran los partidarios del sistema de la bicicleta. Trabajaban duro y conseguían trofeos: ya imaginarán a quién me estoy refiriendo… El equipo de holanda, con todos sus grandes jugadores y con ese genio que era Cruyff, inventó la cortina: una cortina compuesta por tres jugadores, tres aquí, tres allá. Condición física perfecta. Un genio que aporta el elemento imprevisible. Una nueva manera de golpear la pelota: primero sube muy alto, luego cae como una masa muerta y pesada. Tras ver esto en la televisión, tuve inmediatamente ganas de experimentarlo en el jardín. Era como para creer que esa gente se había hecho injertar un músculo suplementario en algún hospital de Eindhoven.»

Fragmento de “El fútbol total

Imagen de www.marca.com

Johan Cruyff (1947-2016)

Si tuviéramos que resumir el legado y la influencia de Johan Cruyff mediante la portada de un libro, creo que la mejor forma de hacerlo sería utilizando esta:

Portada - Cuando nunca perdíamos

 

Hasta siempre Johan. Me enseñaste que era posible hacer cosas que hasta entonces nadie había hecho. Y también hiciste que un niño de 9 años descubriera que se puede acabar llorando tras la derrota de un equipo de fútbol.

Fue cuando tu Holanda perdió la final del Mundial de 1974 contra Alemania.

Gracias por todo lo que me has hecho disfrutar de este deporte.

23 de marzo y Eric Castel

 

Uno de los artículos del último número de la revista Líbero está dedicado al mítico Eric Castel, personaje de cómic que protagonizó diferentes historias futboleras durante los años 70 defendiendo las camisetas del Inter de Milán, el París Saint-Germain y, sobre todo, del FC Barcelona.

La autoría de las historietas corresponde a Raymond Reding y Françoise Hugues, siendo la primera de ellas de 1974, aprovechando la celebración del Campeonato Mundial de Fútbol de Alemania de aquel año.

En aquel episodio, un agente lleva a Eric Castel a fichar por el Barcelona Amateur, en una época en la que Johann Cruyff jugaba en el primer equipo. Al cabo de poco tiempo Castel dejará el Barcelona para marchar al Inter de Milán, pero tras un amistoso contra el club catalán volverá a ser fichado para sustituir a Cruyff.

Publicada inicialmente por Bruguera, fue también posteriormente editada por Grijalbo y, desde el 2008, por Norma Editorial, pudiéndose encontrar actualmente un pack con todos los volúmenes publicados.

Imagen de www.todocoleccion.net

En el citado artículo de la revista Líbero se hace un interesante recorrido por la historia de este personaje indispensable en la relación entre fútbol y cómic. Pablo Ríos, uno de los expertos en esta materia -y autor de la imprescindible novela gráfica “Fútbol” junto a Santiago García, habla también en el artículo justamente de esta vinculación entre las dos disciplinas.

Yo, que tengo una edad, tengo un más que grato recuerdo de aquellos cómics que pude leer durante mi infancia, y que ahora, al releerlos, me traen muy buenos recuerdos. Es cierto, como se explica en el artículo, que la obra ha envejecido desde un punto de vista estético. Pero, sin embargo, “Eric Castel sigue atrayendo a aquellos lectores que lo leyeron en su infancia”.

Imagen de www.zonambuloz.info

Efectivamente, es un cómic que pertenece a una tradición distinta”, explica Ríos. “Su modelo se ha visto ampliamente superado por el manga, pero queda en el recuerdo nostálgico de los aficionados cuarentones y treintañeros porque Eric Castel es Lineker, es Butragueño y nuestro álbum de cromos”.

Y como cualquier día es bueno para la nostalgia, nada mejor que buscar tal día como hoy, 23 de marzo, en el que podemos encontrar una vinculación con Eric Castel gracias al libro «Un món en blau i grana. El Barça d’Eric Castel«. Escrito por Ramon Usall y publicado por Pagès Editors el año 2004, se trata de una obra centrada en la relación entre el personaje y el club.

 

Aquí tenéis el fragmento (traducido del catalán) en el que Eric Castel y 23 de marzo coinciden, y en el que también encontramos una interesante referencia a otra conocida serie de cómics futboleros: «Capitán Tsubasa» (sí, sí, los de Oliver y Benji):

Salvando las diferencias de estilo, existe un rasgo común entre las historias de Eric Castel y las del Capitán Tsubasa: la voluntad de sus creadores de mantenerse fieles a la realidad. Hemos repasado el caso de Eric Castel, pero también es interesante citar el de Tsubasa, ya que su dibujante, Yoichi Takahashi, realizó, el febrero de 2004, una intensa visita al FC Barcelona (durante la cual se entrevistó, entre otros, con el presidente del club, su entrenador y diversos jugadores) y a la capital catalana con la intención de inspirarse para sus próximas aventuras. El realismo de Takahashi queda reflejado en la fisonomía de los jugadores barcelonistas (que reproduce, con nombres similares, a los integrantes de la actual plantilla azulgrana) y en la reproducción de diversos lugares barceloneses, aunque con un estilo más austero, más propio del manga, que el que había caracterizado los dibujos de Reding, profundamente detallistas. Su realismo llega hasta el punto de reproducir, durante un ficticio Barça-Madrid, la bronca que el Camp Nou dedicó a Luis Figo (Fago, en el cómic japonés) durante el lanzamiento de un córner. Conviene también destacar que Takahashi recogió en su cómic lo que sucedió en la previa del partido Barça-Rácing de Santander disputado en el Camp Nou el 23 de marzo de 2003, justo después del inicio de la agresión norteamericana y británica contra Irak, durante el cual los jugadores barcelonistas exhibieron una pancarta y una camiseta con el lema “El Barça per la pau”. El hecho de que el dibujante japonés recogiera la reivindicación pacifista que hizo el club azulgrana evidencia su voluntad de mantenerse fiel a la realidad.

Imagen de www.somiseremblaugranas.com

Para acabar, indicar que el año pasado se puso en marcha una iniciativa por parte de unos aficionados de Eric Castel solicitando al FC Barcelona la realización de algún tipo de reconocimiento para tan emotivo y simbólico personaje. Se puso en marcha una recogida de firmas a través de Change.org (este es el enlace), y hubo cierta repercusión en los medios de comunicación, como podéis ver en este artículo y en este otro.

También se estuvo trabajando en la elaboración de un documental sobre Eric Castel cuya situación actual desconozco. Aquí tenéis el tráiler:

EL RETORN D’ERIC CASTEL / THE RETURN OF ERIC CASTEL (Demo d’animació) from Uri Garcia on Vimeo.

«Poema de fútbol» en el Día Mundial de la Poesía

 

Fotografia de Lucas Ninno

Hoy, 21 de marzo, se celebra el Día Mundial de la Poesía, una conmemoración impulsada desde la UNESCO con la intención de reconocer el valor de la poesía como símbolo de la creatividad de la mente humana.

Desde sus inicios, fútbol y poesía guardan una estrecha relación de la que podemos ilustrarnos gracias a obras como «Épica y lírica del fútbol«, de Julián García Candau. Un libro que recoge una extensa recopilación de poemas de todas las épocas, clasificados por categorías, y una obra de referencia para quien pretenda aproximarse a la influencia del fútbol en la creación poética.

Y en el Día Mundial de la Poesía lo que toca es leer un poema… de fútbol. Para ello, nada mejor que la famosa poesía escrita por Walter Saavedra y Claudio Cherep que tenéis a continuación y que también podéis escuchar al final del artículo en dos versiones. La primera, recitada por uno de los autores. Y la segunda, en un montaje con imágenes que intentan ilustrar lo que el poema va describiendo.

NUNCA JAMÁS

¿Cómo vas a saber lo que es el amor?
Si nunca te hiciste hincha de un club.
¿Cómo vas a saber lo que es el dolor?
Si jamás un zaguero te rompió la tibia y el peroné
y estuviste en una barrera y la pelota te pegó justo ahí…

¿Cómo vas a saber lo que es el placer?
Si nunca diste una vuelta olímpica de visitante.
¿Cómo vas a saber lo que es el cariño?
Si nunca la acariciaste de chanfle
entrándole con el revés del pie
para dejarla jadeando bajo la red.

¡¡Escúchame!!,
¿Cómo vas a saber lo que es la solidaridad?
Si jamás saliste a dar la cara
por un compañero golpeado desde atrás.

¿Cómo vas a saber lo que es la poesía?
Si jamás tiraste una gambeta.
¿Cómo vas a saber lo que es la humillación?
Si jamás te metieron un caño.

¿Cómo vas a saber lo que es la amistad?
Si nunca devolviste una pared.
¿Cómo vas a saber lo que es el pánico?
Si nunca te sorprendieron mal parado en un contragolpe.

¿Cómo vas a saber lo que es morir un poco?
Si jamás fuiste a buscar la pelota dentro del arco.

¡Decime viejo!
¿Cómo vas a saber lo que es la soledad?
Si jamás te paraste bajo los tres palos,
a doce pasos de uno que te quería fusilar
y terminar con tus esperanzas.

¿Cómo vas a saber lo que es el barro?
Si nunca te tiraste a los pies de nadie
Para mandar una pelota sobre un lateral.

¿Cómo vas a saber lo que es el egoísmo?
Si nunca hiciste una de más
cuando tenias que dársela,
al nueve que estaba solo.

¿Cómo vas a saber lo que es el arte?
Si nunca, pero nunca inventaste una rabona
¿Cómo vas a saber lo que es la música?
Si jamás cantaste desde la popular.

¿Cómo vas a saber lo que es la injusticia?
Si nunca te saco tarjeta roja, un referí localista.
Decime, ¿Cómo vas a saber lo que es el insomnio?
Si jamás te fuiste al descenso.

¿Cómo, cómo vas a saber lo que es el odio?
Si nunca hiciste un gol en contra.
¿Cómo, pero cómo vas a saber lo que es llorar?
Si llorar, si jamás perdiste una final de un mundial
sobre la hora con un penal dudoso.

¿Cómo vas a saber querido amigo?
¿Cómo vas a saber lo que es la vida?
Si nunca, jamás jugaste al fútbol.

Walter Saavedra y Claudio Cherep

 

 

«El misterio del Circo del Fuego», número 8 de «Los futbolísimos». Roberto Santiago y Enrique Lorenzo. SM Ediciones

 

 

“Coloco muy despacio el balón en el punto de penalti.

Lo observo.

Noto que una gota de sudor cae por mi frente.

Puedo escuchar los gritos a mi alrededor.

– ¡Vamos, Pakete!

Pienso:

«Tengo que meterlo, tengo que meterlo…»

Es un penalti muy importante.

El último de la temporada.

Esta vez, sí que sí.”

 

De esta forma tan emocionante comienza la nueva aventura de “Los futbolísimos”, el número 8 de la serie. Nuevamente nos encontramos a Pakete, el narrador en primera persona de todas las historias de la serie, ante el punto de penalti, en un momento decisivo. Marcar o no marcar tendrá importantes consecuencias para el equipo. ¿Cuáles? Bueno, habrá que leer la historia para saberlo.

Lo que sí se puede decir es que ese trascendental penalti no corresponde a un partido de liga. La temporada ya ha terminado, estamos a las puertas del verano, y el partido que se está celebrando al comienzo de la historia es el ya tradicional entre… padres e hijos. Pero justo cuando Pakete se dispone a realizar el lanzamiento, un imprevisto obliga a interrumpirlo todo. Un suceso inesperado que provocará un auténtico alboroto en el pueblo.

– ¡En la entrada del pueblo! ¡Está ardiendo la vieja casa abandonada! ¡Es un incendio de verdad, lo prometo!

Así fue como empezó todo.

Ese fue el primero.

El primer incendio de aquel fin de semana.

Pero no el último.

 

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Bajo el sugestivo título de “El misterio del Circo del Fuego”, nos encontramos ante una nueva dosis de misterio, emoción, sorpresas y, claro está, fútbol. Una ola de incendios ha enturbiado la calma de Sevilla la Chica, un extraño fenómeno que ha coincidido con la llega al pueblo de un singular circo: el Circo del Fuego.

¿Incendios? ¿Fuego? ¿Tendrá alguna relación la llegada del circo con lo que está sucediendo o será una simple coincidencia? ¿Serán capaces “Los futbolísimos” de resolver este nuevo misterio? ¿Quiénes son los integrantes de este extraño circo?

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Los futbolísimos”, en esta ocasión, deberán enfrentarse a una situaciones desconocidas hasta ahora, hasta el punto de que incluso su propia integridad se verá puesta en juego. Una historia que no os deberíais perder y que os mantendrá enganchados al libro hasta el último minuto de la última parte de la última página.

Todo ello sin olvidar otros ingredientes de gran importancia en esta serie de libros, como son el compañerismo, la amistad o los primeros flirteos con el amor. Y también hay espacio para tratar cuestiones de gran importancia como el rechazo al que es de fuera, los prejuicios ante otras razas y los peligros que ideas preconcebidas pueden llegar a causar cuando se descontrolan.

«En ocasiones, el fútbol puede ser mucho más que un juego.

También puede servir para otras cosas.

Cosas muy importantes.

Como, por ejemplo, impedir que alguien se tome la justicia por su mano».

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Por cierto, hace unos días insinuaba en este artículo que quizá Messi era lector de “Los Futbolísimos” por la forma en qué lanzó un penalti en el partido que recientemente disputaron el Eibar y el Barça. La pregunta es: ¿imitará alguna vez el lanzamiento que Pakete realiza en “El misterio del Circo del Fuego”?

¡Ah! ¿Y qué penalti es ese?, os estaréis preguntando. Si queréis saberlo, y lo más importante, si Pakete lo acaba convirtiendo en gol, ya sabéis: a leer tocan.

SINOPSIS

Aquí tenéis la contraportada del libro, en la que encontraréis una magnífica sinopsis:

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NÚMEROS ANTERIORES

Aquí tenéis los enlaces a las reseñas del resto de números de la serie:

  1. «El misterio de los árbitros dormidos«
  2. «El misterio de los siete goles en propia puerta«
  3. «El misterio del portero fantasma«
  4. «El misterio del ojo de halcón«
  5. «El misterio del robo imposible«
  6. «El misterio del castillo embrujado«
  7. «El misterio del penalti invisible«

BOOKTRAILER

Y aquí tenéis el booktrailer:

10 de marzo y Leo Messi

 

 

Hoy, 10 de marzo, se cumplen nueve años del primer hat-trick de Messi con la camiseta del Barça. Fue, además, en un partido contra el Real Madrid disputado en el Camp Nou y cuyo resultado final fue de empate a 3.

Aquellos goles tenían una importante carga simbólica. Culminaban una trayectoria llena de dificultades y obstáculos por parte del argentino hasta alcanzar aquel momento. Años de lucha y sacrificio que tenían su recompensa al convertirse en protagonista de gestas como la de aquel partido.

Así habla de aquel 10 de marzo la literatura futbolera:

 

«A Messi le sobraban facultades, pero la historia del fútbol está llena de talentos que se quedaron en el camino. ¿Valía la pena permanecer en Barcelona, lejos de la familia, sin recompensa certera a la vista?

Una tarde, el padre no pudo más y propuso que volvieran. Otra puerta parecía cerrarse en su carrera. Pero a los trece años Leo ya era un especialista en adversidades. El niño que escapó por una ventana para ganar su primer título le pidió a su padre que se quedaran. En Rosario estaba el mundo, pero en Barcelona estaba la Masía, la escuela de fútbol donde se formaron Xavi, Iniesta y Guardiola.

Rexach tuvo la generosidad de fichar a un jugador que no sería suyo. Él no iba a durar suficiente tiempo como entrenador para ver el debut de Messi.

El honor le correspondió a Rijkaard, quien supo llevarlo con buen ritmo y apoyarlo paternalmente durante su primera lesión grave.

La mayoría de edad de Leo coincidió con su maduración futbolística. En 2005 cumplió dieciocho años, fue nombrado mejor jugador del Mundial Sub-20 y anotó su primer gol con el F. C. Barcelona. En 2007 confirmó su jerarquía en el Santiago Bernabéu: el 10 de marzo fue responsable de un hat-trick ante el equipo merengue.»

Fragmento de “Lionel Messi: Infancia es destino”, de Juan Villoro, en “Cuando nunca perdíamos” (Alfaguara, 2011)

 

¿Es Messi lector de «Los futbolísimos»?

 

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En el partido de Liga que ayer disputaron el Eibar y el FC Barcelona se produjo un hecho del que nadie ha hablado, y que pese a su trascendencia e importancia parece haber pasado inadvertido a todo el mundo. La situación, en otras circunstancias, no superaría la consideración de simple anécdota. Pero teniendo en cuenta que su protagonista fue Messi, y que todo el episodio desprende un innegable aura de suceso paranormal, creo que es de justicia dejar constancia de la verdad por inverosímil que parezca.

Todo comenzó en el minuto 29, con el penalti con el que fue sancionado el equipo local. El FC Barcelona, recordémoslo, lleva una extraña racha de penaltis fallados, algo increíble teniendo en cuenta la categoría de los jugadores que tiene a su disposición a la hora de ejecutar la pena máxima. Sea como fuere, la realidad es que los once metros se han convertido esta temporada en una bestia negra para el equipo blaugrana.

Imagen de www.weloba.cat

Con esos antecedentes, en cuanto el árbitro señaló ayer la pena máxima, pudimos contemplar la determinación de Messi a la hora de disponerse a lanzar el penalti. A partir de ese momento, todo cuanto sucedió no fue más que un calco de lo que un episodio de literatura futbolera infantil describió hace ya algunos meses. Porque en aquel preciso instante un fogonazo en forma de recuerdo atravesó la mente de Messi, haciéndole recordar a Pakete, delantero de «Los Futbolísimos”, quien en el primer número de la serie, “El misterio de los árbitros dormidos”, llevaba una racha de cinco penaltis fallados.

Pero lo más increíble de todo fue que Messi no solo recordó a Pakete, sino que se inspiró en él a la hora de disponerse a lanzar el penalti. Por la mente del argentino, esto es lo que pasó:

“Miro fijamente al portero. Y recuerdo lo que ha dicho mamá, de chutar hacia la derecha o la izquierda, y todo eso. Pienso en el Mosca. ¿Qué probabilidad hay de que el portero salte hacia la derecha si yo chuto a la izquierda?

Supongo que un 50%.

Pero el portero está en el medio.

¡Claro! No es un 50%.

Porque los porteros casi siempre se tiran hacia la derecha o la izquierda.

No se pueden quedar quietos.

Es superior a sus fuerzas.

Es su carácter.

Decidido.

Tomo impulso.

Coloco el pie bajo la pelota.

Y hago un lanzamiento hacia el medio de la portería.

Como Panenka.

Como Pirlo.

Como Messi.”

Imagen de www.futbol.as.com

Ahí lo tenéis. Messi, para acabar con la negativa racha de penaltis fallados, se acaba inspirando en un personaje de la literatura infantil que para acabar con su negativa racha de penaltis fallados se había inspirado, a su vez, en el propio Messi. Y lanzó su penalti por el centro. Como Panenka. Como Pirlo. Como Messi.

Sí. Una explicación un poco bucle y enrevesada. Pero nadie dijo nunca que la solución a los casos de Expediente X fuera sencilla.

En resumidas cuentas: que yo diría que Messi también lee a “Los futbolísimos”.

 

Doce meses, doce dorsales: con el número 3, ‘marzo’

 

 

Si el calendario fuera un equipo de fútbol, el número 3 lo llevaría el mes de marzo. Y marzo, en la literatura futbolera, juega más o menos así:

«El encuentro de Peralvo con Pelé tuvo como escenario de apropiada grandeza el Maracaná, un domingo de principios de marzo de 1964. Vasco y Santos abrirían el Torneo Stanley Rous, bautizado así para hacerle la pelota, explícitamente, al entonces presidente de la FIFA. Pelé jugó de blanco, Peralvo con la segunda camiseta del Vasco, negra con franja blanca. Los cronistas de radio dijeron que el mayor templo del fútbol recibía en una tarde gloriosa el número significativo de ochenta mil espectadores. Entrevistado antes del partido, reafirmé a las multitudes, que pegaban los oídos a sus radios de pila, que íbamos a presenciar un momento histórico, el encuentro de dos genios del fútbol que, rivales ahora, pronto estarían hermanados bajo el manto dorado de la selección para ir a buscar a Inglaterra el tricampeonato mundial que era nuestro por derecho.»

Fragmento de “El regate“, de Sergio Rodrigues. Anagrama, 2014.