«Drogas y … ¡gol!», de Alan Parker. Número 9 de la colección «Doble Juego» (Ed. Bruguera, 1982)

«¡Mirad! ¡Aquel es Joy Baxter! ¿Creés que después de lo ocurrido volverá a ser el de antes? Yo creo que no. El fútbol se ha terminado para él…»

En la década de los 80, el mundo de la novela de kiosco y los bolsilibros ya había entrado en decadencia. Tras un importante número de años ocupando cierto protagonismo como propuesta de ocio, la irrupción de la televisión a partir de la década de los sesenta modificó en gran medida los hábitos de consumo de la sociedad de la época. Aún así, en 1982, seguramente para aprovechar la llegada del Mundial de Fútbol, la Editorial Bruguera, una de las más importantes, además de creadora del término bolsilibro, lanzó al mercado una colección bajo el título de Doble Juego integrada por 87 títulos de temática deportiva. Los diversos volúmenes, encargados a diferentes y reconocidos autores del mundo de la novela de kiosco, vinculaban el género policiaco y de intriga con un trasfondo deportivo, que incluía fútbol, baloncesto, automovilismo, ciclismo, boxeo, o ajedrez entre otros. 

Uno de aquellos volúmenes llevaba por título Drogas y gol. Correspondía al número 9 de la colección, y estaba firmado por Alan Parker, posible pseudónimo de Carlos Echevarría Alonso. La historia, en este caso, se aleja de las típicas de intriga, y aunque introduce elementos como el mundo de las drogas, tiene un trasfondo más relacionado con la caída en desgracia de un deportista de éxito. Es es el caso de Joy Baxter, el protagonista de la novela, un futbolista que destaca en el equipo de su pueblo, en segunda división, siendo fichado por un equipo londinense de primera.

A partir de aquí, Joy experimentará un cambio absoluto de vida, pasando de la modestia y humildad de su ciudad natal a los lujos y fastos de la capital. Allí establecerá contacto con el mundo de los burdeles de lujo, hasta terminar completamente enamorado de una francesa que oculta un peligroso secreto: su adicción a la heroína. Durante un tiempo, el rendimiento de Joy será magnífico, el que todos esperan de un jugador con su potencial. Pero, a partir de determinado momento, Joy se verá arrastrado por la vida de su amada, llevándolo hasta las puertas de arruinar su carrera.

Una entretenida novela que, como decía, centra todo su interés en el apartado humano del deportista, sin que falten la correspondiente dosis de intriga.

«-No les hagas caso. Joy, todo tu problema se arreglará en cuanto marques el primer gol. ¡Tienes que marcar un gol, muchacho! Es el mejor remedio».

Presentación de «Futbolsilibros. Una intriga bolsilibresca» en la Sala Padró del Orfeó Catalònia de Cornellà

El pasado viernes 29 de abril tuve el gran honor de poder presentar mi segunda novela, Futbolsilibros. Una intriga bolsilibresca, en la Sala Padró del emblemático Orfeó Catalònia de Cornellà. Se trata de un lugar con cuya filosofía me identifico totalmente, en tanto que se autodefine como espacio de creación de cultura y comunidad desde el extrarradio. Una idea con la que también está muy en consonancia la novela, que presenta un marcado ADN de barrio.

Fue una conversación muy agradable con Neus Anglès, en la que hubo tiempo para hablar de novela popular y de kioscos, de literatura pulp y de Quentin Tarantino, de librerías de barrio y del libro que siempre había en la mesilla de noche de mi padre, de bolsilibros y de Javier Pérez-Andújar, de pseudónimos y de Francisco González Ledesma, de Umberto Eco y de apocalípticos e integrados… en fin, y de muchas cosas más de las que me habría encantado continuar hablando si no fuera porque en algún momento había que terminar.

Un acto inolvidable.

«El revólver», un relato de José Mallorquí

En abril de 1939, la Editorial Molino comenzó a publicar en Argentina una serie de novelas en las que se combinaban aventuras en entornos deportivos. Bajo el título genérico de La novela deportiva, fue una iniciativa de gran éxito, llegándose a publicar 44 números hasta 1942.

En octubre del mismo año, Pablo del Molino, responsable de la editorial, encargó a José Mallorquí una segunda serie de novelas para la misma colección. Se publicaron en total doce, la última en abril de 1945.

Tal y como se describe en el blog Novela de quiosco, las características técnicas de estas publicaciones eran las siguientes:

  • Formato: 14,5 x 19,5 cm.
  • Precio: 2,50 pesetas (números 1 al 9) y 2 pesetas (del 10 al 12)
  • Número de páginas: 4
  • Autor: José Mallorquí Figuerola (J. Mallorquí)
  • Portadista: J. P. Bocquet
  • Ilustrador: Soler, Tomás Porto, E. Vicente y otro.

El número 9 de la colección fue publicado en septiembre de 1943 con el título de Un deporte peligroso. Incluye cinco relatos cortos, dedicado cada uno de ellos a diferentes deportes: Un deporte peligroso, que da título al volumen (automovilismo), El último esfuerzo (atletismo), Final de carrera (boxeo), El revólver (fútbol) y Entre las cuerdas (lucha).

Todos ellos aparecen ya insinuados en la portada, obra de Bocquet, mientras que las ilustraciones del interior que acompaña cada uno de los relatos corresponden a Tomás Porto.

En el relato de título aparentemente tan poco futbolero como El revólver nos encontramos una trama cercana a lo policiaco. Ochoa, el protagonista, vio truncada su exitosa carrera de delantero por culpa de una lesión que lo dejó paralítico. Lejos ya de sus días de gloria, su existencia ha perdido todo aliciente, y hace tiempo que se plantea utilizar el revólver que guarda en su mesita de noche para terminar con tanta tristeza.

Pero un día observa algo a través de la ventana que le hará volver a sentirse nuevamente un triunfador. Una historia, por cierto, que no tiene nada que ver con La ventana indiscreta de Alfred Hitchcock, que fue filmada varios años después, en 1954.

«Futbolsilibros: una intriga bolsilibresca»

Ya está aquí Futbolsilibros. Una intriga bolsilibresca. Publicada por Libros Indie, la misma editorial que confió en La hermandad de los balones desaparecidos, es mi primera novela para el público adulto. Ya está disponible a través de la web de la editorial, haciendo clic en este enlace.

Y aquí tenéis la sinopsis:

René Morillas, un fanático de la relación entre fútbol y literatura, recibe un extraño pero atractivo encargo por parte de un veterano editor: si consigue localizar catorce bolsilibros de temática futbolera y género negro, volverá a publicarlos en forma de colección. Comienza, a partir de entonces, una intensa investigación en el mundo de la injustamente olvidada literatura de kiosco y su ingente producción. Pero también una inmersión en un terreno en el que nada parece ser lo que aparenta, en el que un secreto del pasado comienza a cobrar protagonismo y en el que el narrador se verá envuelto en una intriga que va in crescendo y no se revuelve hasta la última página.

«El caso del futbolista asustado», de Vicente Segrelles. Serie Scotland Yard. Editorial Plan (1970)

 

Hace un par de semanas, en mi última incursión por la cueva de los tesoros que es el Dominical de Sant Antoni, encontré una interesante publicación. Se trata de una novela gráfica para adultos titulada “El caso del futbolista asustado”, perteneciente a la serie Scotland Yard, y publicada en 1970 por la Editorial Plan de Hernani. Una curiosidad es que la publicación presenta dos ilustraciones a color a modo de portadas, aunque no constan datos acerca de la autoría (ni de las imágenes ni del contenido de la historia) en el interior.

El único dato al que agarrarse es el nombre V Segrelles que aparece en la portada externa, y que casi da la impresión de haber sido escrito con bolígrafo.

 

Con esa única referencia me puse a investigar para intentar averiguar algún dato más acerca de la publicación. Y mis pesquisas me permitieron llegar a contactar con Vicente Segrelles, un ilustrador e historietista de destacada producción y extensa trayectoria, e internacionalmente reconocido. Afortunadamente, dispone de una página web propia, en la que aparecen referenciadas gran número de sus obras.

Utilizando el canal de contacto que en ella aparece, decidí escribirle para preguntarle acerca de “El caso del futbolista asustado”. Su contestación fue muy rápida, y muy amablemente me respondió que aunque apenas recordaba nada acerca de esta obra (han pasado muchos años) sí podía afirmar que probablemente era obra suya, pues el estilo de la imagen que le adjuntaba correspondía al de sus obras.

 

 

En cambio, respecto a la imagen del interior de la publicación, cuyo estilo es claramente diferente, me indicaba que basándose en la firma podía haber sido realizada por el ilustrador Fernando Fernández Sánchez.

 

En cuanto a la novela, se trata de una historia de intriga protagonizada por el detective Paul Coffin, que es el narrador de la historia. Su hermana Margie está casada con John Benson, portero del Chalk Country y considerado mejor guardameta de las islas británicas. El portero se verá envuelto en una turbia trama de apuestas ilegales que será el objeto de la investigación de Coffin.

 

 

La historia tiene un gran ritmo y dinamismo y mantiene el suspense hasta la última viñeta.

 

Ralph Barby, el fútbol y «Crimen en la cancha»

 

 

-¿El balón? – repitió la inglesa, abriendo sus grandes ojos castaños, chispeantes como cielo agostino. Sus manos se entrecruzaron incapaces de controlar sus nervios.

-Sí, el balón blanco de cuero.

-¿Cómo han sabido que tengo yo un balón?

-Nosotros sabemos más cosas, guapa, quizá demasiadas para lo que a ti respecta.

 

Hace unos días tuve el gran privilegio de intercambiar unas palabras con uno de los mitos de la literatura popular: Ralph Barby (Rafael Barberán). Autor de más de 1000 novelas de géneros diversos (policiaco, westerns, ciencia ficción, etc.), con destacada importancia en el del terror, se trata de uno de de los más destacados representantes de la producción en formato bolsilibro, una tipología de novelas que protagonizaron gran parte del ocio de la sociedad de las décadas de los 40 a los 80.

El conjunto de su producción es tan variado que se me ocurrió que quizá se incluyera en su extenso catálogo alguna obra de temática futbolera, así que me decidí a escribirle y le pregunté por ello. Su respuesta no pudo alegrarme más, pues me informaba de que, efectivamente, en 1967 escribió una novela de título tan significativo y llamativo como «Crimen en la cancha«, publicada con el número 902 en la colección Servicio Secreto de la Editorial Bruguera. Como peculiaridad, indicar que el número de páginas es de 126, frente a las habituales 96 del tradicional formato de los bolsilibros. La portada es de Jaime Provenzal, y también incluye una ilustración interior obra de Peña.

 

 

El libro es una joyita en la que siendo el fútbol un elemento tangencial, sí que incluye un elemento plenamente futbolístico de cierta importancia en la trama: un balón con unas características un tanto particulares.

 

El estadio del Parc des Princes no tardaría en hervir frente a sus malabáricas jugadas y el cañoneo de sus fabulosas piernas. Shoren era el internacional que toda Europa ansiaba ver jugar a través de la pequeña pantalla. El partido iba a ser retransmitido por toda la cadena de Eurovisión.

 

La historia está ambientada en la ciudad de París, y se inicia justo en las horas previas a la celebración de la final internacional de Copa entre los franceses del Racing de París y los alemanes del Hannover-70. La estrella del equipo germánico es Karl Shoren, a quienes todos llaman el «Cañonero Bismarck«, y se verá envuelto en un turbio episodio mientras se encuentra en su hotel, un suceso que verá su continuación poco después, a los pocos minutos del comienzo del partido. Con este planteamiento, lleno de acción y dinamismo, como toda la novela, se abre el argumento y una intriga que te arrastra hasta la última página.

El protagonista es Tony Perck, un tipo atractivo y sin miedo a nada, inteligente y con un afilado sentido del humor, capaz de adentrarse en los rincones más oscuros del hampa sin ningún tipo de reticencia. Busca a Maurice Ben Anui, un franco-argelino líder de una banda de traficantes de droga con quien quiere hacer negocio. Ambos episodios, el de la muerte de Shoren y el las incursiones de Perck en el mundo del narcotráfico guardan, como es de esperar, una estrecha relación. Y una vez el autor ha puesto las cartas sobre la mesa la historia se va desarrollando a un ritmo frenético, con un gran dinamismo que arrastra al lector escena a escena, con un tratamiento muy cinematográfico y visual en el que las escenas de acción se suceden con gran detallismo. Los personajes son los propios de las novelas de este género, encabezados por el protagonista Perck -un auténtico James Bond-, y un escurridizo y avispado mafioso acompañado de sus secuaces entre otros.

 

Cuando saltó a la cancha entre sus compañeros, el verde llenó sus ojos. Arriba, en lo alto, grandes y potentes ocos iluminaban como soles el amplio terreno. En la oscuridad, como un gran monstruo, el público rugía.

 

La novela juega con todos los ingredientes de las tramas policíacas, y se devora porque el desarrollo de la trama te va arrastrando sin dejar espacio para pausas. Las situaciones se van sucediendo con un ritmo trepidante, sin que falten los inesperados giros argumentales que aumentan el interés por conocer el desenlace final. Diálogos ingeniosos y llenos de chispa, escenas, como antes decía, que uno lee como si estuviera viendo una película, y un argumento que oculta algunas de las claves hasta el final hacen de «Crimen en la cancha» una obra en la que la diversión está garantizada.

Os recomiendo que veáis este interesante reportaje que le hicieron hace apenas un año en su casa de Altafulla, en compañía de su esposa, parte destacada en su producción, y que leáis esta entrevista en la que aporta varias claves relacionadas con el mundo de los bolsilibros. También podéis seguirlo en su blog.

 

089b1-ralph-barby

«El gol del diablo», de Juan Antonio de Laiglesia. Editorial Saturnino Calleja (1953)

El gol del diablo.jpg

 

Juan Antonio de Laiglesia (1917-2002) fue un polifacético autor que destacó en numerosos géneros, incluyendo desde obras teatrales y para el público infantil y juvenil como otras de tipo teórico sobre el mundo de las historietas y la cultura popular. (En este enlace encontraréis más información sobre él).

En su extensa producción no faltan obras policiacas, entre las que se cuenta la interesante serie de “Los enigmas del Inspector Vega”, publicados por la Editorial Saturnino Calleja en la década de los 50. Fueron, en total, once novelas, correspondiendo el número 6 a “El gol del diablo”, con el fútbol como telón de fondo.

 

juan_antonio_de_laiglesia

Juan Antonio de Laiglesia. Imagen de www.tebeosfera.com

 

SINOPSIS

Una novela policiaca sin robos ni asesinatos. ¿Materia de delito? ¡¡UN GOL!! Un gol que decide un Campeonato del Mundo, y que el portero, cegado por un misterioso rayo de luz, no puede detener, ante el asombro de millares de espectadores. ¿Cómo se proyectó aquella luz? ¿Quién dirige la banda que ha saboteado al equipo derrotado? El inspector Vega y su secretaria Sonsoles…

La historia se sitúa en Atenas, ciudad que acoge una final del Mundial a la que han llegado las selecciones de Holanda y Rumania. En uno de los lances del partido, el equipo rumano se adelanta en el marcador batiendo con facilidad al portero holandés, considerado el mejor del mundo, después de que este haya sido deslumbrado a propósito por un destello de procedencia desconocida. El Inspector Vega y Sonsoles, su secretaria, que estaban en Atenas como simples visitantes, se pondrán manos a la obra para intentar averiguar qué es lo que ha ocurrido.

La novela tiene un planteamiento interesante, pues, tal y como destaca la sinopsis, no existe ni robo ni asesinatos. El enigma de todo lo que sucede va por otros derroteros, consiguiendo el autor poner en funcionamiento un amplio conjunto de piezas y personajes que mantienen el interés hasta el final. Narrada en tercera persona, por sus páginas se van entrelazando y construyendo la trama jugadores de la selección rumana y la holandesa, el responsable de la policía de Atenas, un antiguo amigo griego del inspector Vega y otros secundarios con participación en la historia.

 

20200108_214631

 

Pese al siniestro título de la novela, “El gol del diablo”, que puede llevar a pensar que nos encontramos ante una obra oscura y dura, lo que prevalece aquí es el proceso de deducción de lo que sucede. Incluso podría decirse que existe un cierto tono amable en toda la historia, no exenta de ciertos toques de humor presentes a lo largo de todo el libro.

Se trata de una novela en la que se nota la maestría del autor, dominador de géneros muy diferentes, y que cabría incluir en la amplia producción de las denominadas novelas de quiosco cuyo único objetivo era el de proporcionar un buen rato de lectura. Pero, además de conseguirlo, se demuestra una vez más que en este extenso conjunto de obras olvidadas la calidad literaria está bien presente en muchas de ellas.

Una delicia de obra: entretenida, ágil, muy bien escrita y en la que las piezas del enigma están tan bien encajadas que el interés no decae en ningún momento.

 

El gol del diablo.jpg

«Terror en los mundiales», Silver Kane. Serie Servicio Secreto. Bolsilibros Bruguera

 

 

Kelby gruñó:

– ¿Orsay? No lo era.

Maldito si entendía de aquello.

Pero de algún modo tenía que justificar su presencia allí.

 

 

Uno de los autores más reconocidos e importantes de la denominada novela negra de corte social española fue Francisco González Ledesma (1927-2015). Su producción es extensa, e incluye numerosos e importantes premios, como el Planeta, en 1984, por “Crónica sentimental en rojo” o el RBA de Novela Policiaca en 2007 por “Una novela de barrio” entre otros muchos.

Pero, además, fue uno de los autores más destacados de novelas del oeste bajo el pseudónimo de Silver Kane, de las que se considera que llegó a escribir más de un millar. Bajo esa firma publicó también historias de otros géneros, como el terror, la ciencia ficción terror, de misterio o thrillers. Y, seguramente una rareza, conozco al menos una en el que el fútbol forma parte del título y actúa como telón de fondo de la historia: “Terror en los mundiales”.

Publicada en 1975 con el número 1288 de la serie Servicio Secreto de la colección policiaca de Bolsilibros de la Editorial Bruguera, la acción transcurre en Munich, durante la celebración del campeonato del mundo de Alemania de 1974, y cuya final (a la que se hace referencia en algún momento del texto) disputaron las selecciones de Alemania y Holanda.

 

¡La gran final va a empezar! ¡Alemania y Holanda se disputan el título de campeón del mundo! ¡Polonia, equipo revelación, ha quedado en tercer lugar!

 

Kelby, el protagonista, es un agente americano que obtiene permiso para desplazarse hasta el país alemán para resolver un asunto que arrastra desde años atrás: capturar al peligroso Lebian, un escurridizo asesino con quien tiene alguna cuenta pendiente que arrastra desde el pasado. En esa búsqueda se cruza un episodio inesperado, como es el secuestro de Mengele, uno de los jugadores reservas del cuadro alemán por parte de un comando árabe.

Escenas de gran acción en la que no se evitan las descripciones sangrientas, y una intriga que no se acaba resolviendo hasta el final hacen que el interés del lector no decaiga en ningún momento.

 

Vio a uno que bajaba por la escalera.

Tenía tres ojos. Los dos de la cara y el de la metralleta. Pero fue éste el que más fastidió a Kelby.

A un tipo que tiene tres ojos se le pude quitar uno.

No le pasa nada. Total, queda como los otros hombres.

En lo que al fútbol respecta, y aunque no faltan algunas referencias que van apareciendo a lo largo de la narración, su función es la de actuar como escenario en el que situar la acción. Aunque, por otro lado, uno de los momentos de clímax se sitúa justo en el momento de la celebración de la final que disputaron Alemania y Holanda.

 

Una buena pareja para «Asesinatos en el Mundial 74» de Curtis Garland, ambientada en el mismo Mundial y publicada en la misma colección.

 

Kane y Garland.jpg

«El ídolo sin pies», de Federico Revilla. Ediciones Domingo Savio, Colección Géyser (1966)

 

20190207_073515 - còpia

 

 

Hace unas semanas publiqué una reseña sobre “Días de fútbol”, una novela de Luis Aleixandre, publicada por Unaria Ediciones, y en la que un abuelo y su nieto mantenían un fuerte vínculo emocional gracias a su pasión por el Villareal C. F. Aprovechando aquel artículo hacía referencia a la existencia de una interesante serie de obras de temática futbolera en las que la relación entre padres e hijos (o abuelos y nietos), con el fútbol de telón de fondo, era parte destacada de la historia.

En el campo del fútbol y la literatura son diversos los ámbitos en los que esa relación se mueve: el fútbol como canal para relacionarse con el hijo o nieto, la transmisión de una pasión, la implicación en asuntos de apuestas ilegales, alguna vivencia trágica, etc.

Sin embargo, no me había encontrado nunca con una historia en la que los dos protagonistas fueran un padre y su hijo, siendo ambos futbolistas en activo. Es lo que sucede en “El ídolo sin pies”, una novela escrita por Federico Revilla en 1966 en formato bolsilibro, y publicada por la Editorial Domingo Savio en su Colección Geyser. La portada es obra de Jesús Blasco Monterde, e incluye un par de ilustraciones de Domingo Bladé.

Todo comienza con una escena aparentemente intrascendente, aunque al final del libro se revelará como premonitoria. Javier Arabizu, una de las figuras y goleadores de la liga española, y destacado miembro de la selección nacional, se encuentra de vacaciones jugando con su hijo Toni en el jardín de su casa de veraneo. El chico, de 17 años, quiere ser futbolista como su padre, pero en lugar de marcando goles su intención es detenerlos y jugar de portero.

En el arranque de la novela, el padre está lanzando chuts al hijo, que aunque consigue dar muestras de su talento como guardameta no puede evitar que la calidad de su padre le supere en más de una ocasión. Al cabo de un rato, alguien llama a la puerta. Se trata de un periodista deportivo que quiere entrevistar al goleador. Entre otras cuestiones, le pregunta si ha pensado ya en su retirada, teniendo en cuenta que tiene ya 39 años. Arabizu, que se siente todavía un jugador de gran calidad, le responde que en absoluto, y que piensa seguir marcando muchos goles y siendo el ídolo de los aficionados. Justo entonces recibe un telegrama. Procede del Deportivo C.T., equipo que pretende ficharlo. Arabizu utiliza ese hecho ante el periodista para demostrar que todavía es un jugador valorado.

A partir de entonces la novela nos muestra la evolución futbolística de padre e hijo. El primero, poco a poco, se verá obligado a admitir que ya no es el mismo que era, y que su estado físico comienza a restarle facultades. El hijo, en el inicio de su carrera, comienza a hacer destacados partidos, haciendo que se hable de él como de un portero de prometedor futuro. Tanto es así, que acaba siendo fichado por uno de los equipos más importantes de la liga.

20190206_164133 - còpia

 

La evolución y consolidación del hijo corre en paralelo con el ocaso y la decadencia del padre. Uno forma parte del líder de la liga, mientras que el otro cada vez juega menos y es más criticado. Aunque le pese, todos coinciden en que ya no es el mismo que fue. Incluso su hijo le dice que es mejor retirarse por decisión propia que ser retirado por los demás. Arabizu, sin embargo, no quiere abandonar como un fracasado, y espera disponer de una oportunidad para hacerlo como la vieja gloria que fue.

A medida que la novela avanza comenzamos a intuir lo que sucederá al final de la historia. El equipo del hijo y el del padre participan en la Copa, y ambos van superando eliminatorias, con mayor o menor dificultad, hasta encontrarse en la final. Toni es titular indiscutible, mientras que Arabizu hace ya muchos partidos que no sale del banquillo. Sin embargo, en el entrenamiento previo al partido decisivo, el delantero titular del equipo de la vieja gloria sufre una lesión, y el entrenador, pese a sus reticencias, no tiene más remedio que hacer alinear en el equipo titular a Arabizu.

El partido se desarrolla de manera muy igualada, pero rápidamente se demuestra que Arabizu no está en condiciones de jugar. En ese momento, hasta él mismo se da cuenta de ello, y se convence de que no está al mismo nivel que sus compañeros. Por eso, cuando su equipo hace alguna jugada, él intenta mantenerse al margen, no tocar la pelota por miedo a fallar. Aún así, todavía alberga la esperanza de disponer de una oportunidad, una chispa que le permita volver a demostrar a todo el mundo, aunque sea por última vez, que fue un gran jugador, y poderse retirar por la puerta grande, dejando en los aficionados el recuerdo que por su trayectoria cree que se merece.

20190207_072523 - còpia

Y esa oportunidad llega, en el momento que se convierte en el clímax de la historia. Javier Arabizu, con el marcador en empate a 1, recibe un balón desmarcado y avanza solo hacia el área rival, donde deberá enfrentarse en un mano a mano a su hijo Toni, quien inicia la salida para intentar evitar el gol. ¿El resultado? ¿Cómo resuelve el autor esta dramática situación?

Tengo un pequeño problema ante estas preguntas. Al no tratarse de un libro fácil de conseguir es difícil que podáis leerlo. En mi entorno, tan solo se encuentra en una biblioteca, pero debido a que se trata de una obra antigua está excluido de préstamo y únicamente se puede leer en la sala. Teniendo eso en cuenta, podría explicar cómo acaba la historia y no dejaros con la intriga. Pero, ¿y si alguien tiene la posibilidad de leerlo y le apetece hacerlo? ¿Le destrozo el final? Evidentemente, no puedo hacer eso. Así que si hay alguien por aquí que quiera conocer el desenlace de esa jugada final entre padre e hijo puede escribirme un privado y se lo cuento. Así dejamos todas las posibilidades abiertas.

En cualquier caso, me ha parecido una historia magníficamente construida, con un ritmo perfecto, que refleja un gran conocimiento del autor sobre el mundo del fútbol y que plantea dos interesantes dilemas. Por un lado, el de la vieja gloria que no encuentra el momento de retirarse, ávido como está del aplauso del público. Una situación que conlleva un grave riesgo: el de acabar convertido en alguien de quien no se recuerden sus logros, sino su etapa final arrastrándose por los campos sin estar en condiciones. La otra reflexión de interés es la que se plantea entre el padre y el hijo. ¿Hasta dónde llega la defensa de los propios colores? ¿A pasar por encima de tu hijo? ¿A ser cómplice de la humillación de tu padre?

El debate está abierto.