«La noche que Luis nos hizo hombres», de Ángel Silvelo Gabriel (Ediciones Seshat, 2022)

Hay personas con las que nos unen ciertos lazos identitarios. Son aquellas que explican cosas de su pasado que podríamos explicar nosotros mismos, y que cuando lo hacen tenemos la sensación de que, en el fondo, de quien están hablando es de nosotros. Ángel Silvelo, autor de La utopía del portero y de La noche que Luis nos hizo hombres, el magnífico libro que acabo de terminar, ocuparía un lugar preferente en ese grupo. Son muchas las cosas que nos unen: misma generación, similar infancia en barrios periféricos, el fútbol como religión y combustible de nuestros sueños de niños, vida de calle rodeado de balones y amigos, sueños de ser como aquellos que veíamos por televisión, conciencia de que el fútbol y vida son pareja indisoluble, y el uso de la escritura como intento de mantener a flote los recuerdos de ese período que poco a poco se nos van deshaciendo con el tiempo.

Los recuerdos y sus emociones. Los recuerdos y la luz que proyectan sobre nuestras vidas. Recuerdos como la raíz desde la que parte todo: el hombre, sus sentimientos, sus luchas y obsesiones. Y, también, el suspiro lastimero del no me acuerdo de lo que quisiera acordarme.

En mi caso, también sentí la necesidad de explorar en mi memoria para que aquellos lejanos recuerdos no se perdieran como lágrimas en la lluvia, y también intenté hacerlo mediante la escritura. En mi caso utilicé el recurso de escribir una novela juvenil, La hermandad de los balones desaparecidos, que me sirvió como terapia y ejercicio de recuperación de un pasado que no quiero olvidar. En el suyo, percibo una potente y salvaje llamada de ese pasado que lucha por mantenerse presente, y lo hace a través de una escritura profunda y reflexiva que le permite ir desplegando el mapa de una experiencia vital que parte de un hecho concreto, el partido que el Atlético de Madrid perdió contra el Bayern de Munich en 1974, y que se acaba convirtiendo también en un magnífico homenaje a la figura de Luis Aragonés.

SINOPSIS

La noche que Luis nos hizo hombres es una novela que nos habla del fútbol como generador de ilusiones. Aquellas que un joven comparte con sus amigos en un barrio del extrarradio de Madrid a principios de los años setenta. El elemento aglutinador de todo ello es la figura de Luis Aragonés y sus hitos futbolísticos más importantes que van, desde la final de la Copa de Europa de 1974 que el Atlético de Madrid pierde frente al Bayern de Múnich, hasta la victoria de la selección española en la Eurocopa 2008 Austria-Suiza. Tras La utopía del portero, novela con la que ganó el Primer Premio de Novela Breve Carlos Matallanas 2019, su autor, Ángel Silvelo, vuelve a fijar su mirada en la relación entre el fútbol y la vida. Su protagonista lo hace a través del hombre que es y el niño que fue, en un claro enfrentamiento entre presente y pasado que no le deja indiferente, porque nunca somos conscientes de lo que ocurrirá cuando volvemos nuestra mirada sobre los recuerdos del pasado. Cuarenta años después, al protagonista sin nombre de esta historia, los campos de fútbol se le presentan como espacios fronterizos entre realidad y ficción en los que anclar sus sueños y borrar los errores de su vida…

«Estadio Heysel en Bruselas. Minuto 112 de partido. Final de la Copa de Europa de la temporada 1973-1974. El Atlético de Madrid se enfrenta al Bayern de Múnich. Falta de Hansen fuera del área sobre Becerra. Luis se dispone a disparar el golpe franco directo sobre la portería del mítico Sepp Maier. «Luis, Maier, gol. Gol de Luis Aragonés», se entiende que dice el narrador alemán del partido. El gol de Luis esta vez es en color. Y es narrado en alemán 40 años después de aquella fatídica noche para la afición rojiblanca. Hoy es de noche. Como aquel 15 de mayo de 1974. La noche que Luis nos hizo hombres. Mis recuerdos de aquel partido son difusos. En blanco y negro. Como los sueños de un niño que todavía no ha tenido unas botas de fútbol. Ni ha viajado al extranjero. Ni tampoco ha visto un partido de fútbol en color por televisión. Aquella noche descubrí qué se esconde detrás de una derrota: el silencio».

Como dice el protagonista de la novela: «El primer síntoma del fracaso es no volver a soñar con lo imposible tras una derrota.» Una frase que encuentra su eco en la mítica de Luis Aragonés: «…y ganar, y ganar y ganar, eso es el fútbol, señores».

Como ya sucedió con La utopía del portero, nos encontramos ante otra magnífica novela, que calificaría de autobiográfica, y que está en la línea y es un perfecto complemento de la anterior. En este caso, hay tres elementos en torno a los cuales se construye la obra: los recuerdos de infancia y adolescencia en los que el fútbol actúa como telón de fondo, el gran homenaje que se hace a la figura de Luis Aragonés, y las reflexiones sobre la vida que se van extrayendo a partir de los dos temas anteriores. Tres grandes ejes que se van entrelazando y combinando a través de los pensamientos del autor.

El deporte rey es un magnífico cauce donde se canalizan todos los sentimientos humanos. La ilusión y el miedo. La esperanza y la tristeza. El júbilo y la derrota. El fútbol es una prodigiosa máquina del tiempo. Donde los sueños se hacen realidad. Y a lo imposible se le brinda la oportunidad de llegar a ser. Especial. Importante. Legendario. Nada como el fútbol se muestra tan generoso con el devenir del tiempo. Y también con el olvido.

Todo va fluyendo con naturalidad, a partir de un inicio situado en el episodio del Atlético de Madrid de 1974, que sirve de detonante para toda la indagación en el pasado, convirtiéndose en la parte accesible del ovillo que hay que desenredar. Y a partir de aquí encontramos que la gran capacidad de introspección hace que el diálogo de pensamientos vaya encajando magníficamente las situaciones de cada uno de esos ámbitos. Se trata de un aspecto que me gusta mucho, esa capacidad para combinar la voz interior del narrador con la razón original de esos pensamientos. Y ver cómo van surgiendo reflexiones y enseñanzas a partir de recuerdos pasados.

Imagen de http://www.fcbayern.com Gol de Schwarzenbeck en el minuto 119

Como decía al principio, me resulta muy atractiva y me siento apelado por esa forma de proyectar la mirada sobre el pasado, en concreto sobre esa etapa tan decisiva e influyente como es la infancia y la adolescencia. Y también me siento cercano a esa utilización que hace de la literatura casi como salvavidas vital o recurso sustitutivo, algo que refuerza con el uso, muy acertado, de citas de temática futbolera extraídas de la obra de autores diversos. Camus, Javier Marías, Martin Amis, … incluso Neruda, tan poco aficionado al fútbol, ilustran con sus afirmaciones algunas de las ideas que encontramos en las páginas del libro.

El pasado, visto desde el presente, es una interrupción vital que nos lleva hasta los recuerdos más profundos de la adolescencia y la niñez. Aquellos que nos han marcado para siempre sin que nos demos cuenta de ello hasta que ya es demasiado tarde.

La voz y forma de narrar es muy personal, con un tipo de escritura concéntrica, de ondas expansivas que se van abriendo y ampliando su campo de acción de a partir de un concepto o una idea. Y no falta un marcado componente poético que permite construir sugerentes imágenes, como por ejemplo:

Entonces es donde el fútbol sale preñado de vida y viceversa, ambos, trasatlánticos que navegan por las aguas del pasado. Aguas que no mojan pero sí lo dejan todo húmedo y oliendo a moho. Allí donde una vez creíamos que aquello que te protegía luego supimos que nos destruía sin más. Zarpazos de vida manchados de sangre y muerte perdidos en el agujero negro del mundo que marca nuestro tiempo y nuestras vidas.

Y, entre otras muchas coincidencias y pensamientos que también me invaden, uno sobre la visión actual del fútbol: “El fútbol ya no tiene sentido para mí. Al menos, el que tenía antes. Ahora al deporte rey lo recubre un manto que me resulta muy frío y alejado de aquello que soñé cuando era niño”.

Otra magnífica y recomendable novela de Ángel Silvelo que no solo he disfrutado, sino que me ha hecho pensar y me ha ayudado a poner voz a gran parte de mis recuerdos. Recuerdos que se alejan cada vez más en el tiempo pero que, a la vez, siento que va creciendo la necesidad de conservar. Y libros como este me reconfortan porque me ayudan a hacerlo.

Un rosco de literatura deportiva

El pasado miércoles cerramos la temporada de la sección de literatura deportiva del Radioestadio Catalunya de Albert Arranz, en Onda Cero Catalunya. Después de 35 programas y más de 200 libros sobre deporte recomendados, hice una especie de resumen de una forma lúdica: simulando un rosco del Pasapalabra, en el que a cada letra le correspondía el título de una disciplina, de un autor o de un título de temática deportiva.

Si os apetece escuchar el audio, podéis hacerlo clicando aquí. Y aquí tenéis la relación de contenidos correspondientes a cada letra:

A de Atletismo

Pistorius. La sombra de la verdad, de John Carlin


B de Básquet

Mentalidad Mamba. Los secretos de mi éxito, de Kobe Bryant


C de Ciclismo

Plomo en los bolsillos, de Ander Izaguirre, y Contrarreloj de Eugenio Fuentes


D de Dribling

El regate, de Sergio Rodrigues


E de Esgrima

El maestro de esgrima, de Arturo Pérez-Reverte


F de Fútbol

El fútbol a sol y sombra de Eduardo Galeano, y Fiebre en las gradas de Nick Hornby


G de Gimnasia

El gran salto, de Gervasio Deferr


H de Historiador

El historiador en el estadio, de Toni Padilla


I de Iñurrategui

Hermanos Iñurrategui. Un latido en la montaña, de Ramón Olasagasti y César Llaguno


J de Jack y de Joyce

El combate del siglo, de Jack London y Del boxeo, de Joyce Carol Oates


K de Kathrine

La maratoniana. La carrera que revolucionó el deporte femenino, de Kathrine Switzer


L de Líbero (y Panenka)

Revistas Líbero y Panenka


M de Mortadelo y Filemón

Mortadelo y Filemón


N de Newey

Cómo hacer un coche, de Adrian Newey


O de Open y de Orantes

Open de André Agassi, y Orantes. De la barraca al podio, de Félix Sentmenat


P de Paralímpicos

Sin límites. Historias de superación de deportistas paralímpicos, de Ramón Chamorro


Q de Quidditch

Quidditch a través de los tiempos, de J. K. Rowling


R de Raticos y de Revancha

Raticos de Coronavirus. La Covid-19 explicada con fútbol, de Julián Cerón, y Revancha, de Kiko Amat


S de Sacheri

El funcionamiento general del mundo, de Eduardo Sacheri


T de Tenis

Los tenistas, Lars Gustafsson, y El tenis como experiencia religiosa y La broma infinita, David F. Wallace


U de Unzué

Una vida plena, de Juan Carlos Unzué


V de Vázquez

El delantero centro fue asesinado al atardecer, de Manuel Vázquez Montalbán, y El intruso de Daniel Vázquez Sallés


W de Waterpolo

Jesús Rollán eterno. Vida y muerte de una leyenda, de Francisco Ávila y Alberto Martínez


X de boXeo

El boxeador, de Rubén del Rincón y Manolo Carot


Y de ArroYo, IgnotofskY y MaYca

Dones de futbol de Natalia Arroyo, Mujeres en el deporte. 59 intrépidas deportistas que jugaron para ganar de Rachel Ignotofsky, y Yo también quiero jugar al fútbol de Natalia Arroyo


Z de Zweig

Novela de ajedrez de Stephan Zweig


40 años del Brasil-Italia del Mundial 82

Hace un par de semanas dediqué la sección de literatura deportiva del Radioestadio Catalunya de Albert Arranz, en Onda Cero Catalunya, a recordar los 40 años de la inauguración del Mundial de España 82, y lo hice mencionando algunas obras en las que ese campeonato tiene un papel protagonista o actúa como telón de fondo (podéis escuchar el audio del programa clicando aquí).

Hoy, 5 de julio, se cumplen exactamente 40 años del considerado uno de los mejores partidos de la historia del fútbol, el Italia 3 – Brasil 2 que se disputó en el desaparecido estadio de Sarrià. Aquel partido provocó, como se suele decir, ríos de tinta, pero vale la pena destacar especialmente dos libros: Los fantasmas de Sarrià visten de chándal, de Wilmar Cabrera (2014), y El partido, de Pietro Trellini (2022).

Y, siguiendo con los aniversarios, hoy se cumplen exactamente 5 años de la actividad que en compañía del amigo y escritor Jorge Gamero desarrollamos en la Biblioteca Marta Mata de Cornellà bajo el título de El Brasil-Italia de 1982 y cómo se transforma el fútbol en literatura.

Blade Runner y el fútbol

El pasado 25 de junio se cumplieron 40 años del estreno de una de mis películas favoritas: Blade Runner, de Ridley Scott. Como homenaje, dediqué la sección de literatura deportiva del Radioestadio Catalunya de Albert Arranz, en Onda Cero Catalunya, del pasado miércoles, a citar algunos ejemplos de la influencia que la película ha ejercido en la literatura y el periodismo deportivo. Porque, pese a tratarse de un film que nada tiene que ver con el deporte, haberlas haylas.

Como introducción, comentar que Blade Runner está inspirada en la novela de ciencia ficción ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, escrita por Philip K. Dick, uno de los grandes del género, en 1968.

Como decía al principio, la película no tiene nada que ver con el mundo del deporte, aunque sí aparecen dos momentos más o menos deportivos. El primero de ellos tiene que ver con la partida de ajedrez que dos de los personajes, el ingeniero J. F. Sebastian y Tyrell, responsable de la corporación del mismo nombre, están jugando.

Mientras que el segundo momento se produce durante la persecución final, cuando el replicante Roy Batty acusa de «comportamiento antideportivo» a Deckard, su perseguidor, interpretado por Harrison Ford.

Pero si hay dos elementos que han dejado una profunda influencia tanto en la literatrua como en el periodismo deportivo han sido, por un lado, el título de la novela, el citado ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Y, por otro, el monólogo de la inolvidable escena final:

«Yo… he visto cosas que vosotros no creeríais: Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán… en el tiempo… como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”.

Pues bien. A continuación veremos algunos ejemplos de utilización de este tipo de referencias a la película, al título del libro o al monólogo final.

Referencias a la película

Comenzamos por la que encontramos en la novela El delantero centro fue asesinado al atardecer, de Manuel Vázquez Montalbán, una obra imprescindible para los amantes de la novela negra y de la literatura futbolera. Allí, sin que el título de la película sea nombrado, aparece el siguiente fragmento:

“Recordó de pronto una película de ciencia ficción que había visto hacía algún tiempo, entre tinieblas de una ciudad contaminada los héroes se persiguen y se matan, una batalla entre hombres y robots de apariencia humana…”

Y otro ejemplo es el que aparece en la novela Blai Grana, de Alfred Picó (no confundir con Alfred Rodríguez Picó), en el que leemos:

– La Plaça Catalunya està igual –es va queixar l’Arnau.

– No del tot –el vaig corregir-. Mira amunt. La plaça té sostre. En el futur deu ploure molt, com a la pel·lícula Blade Runner.

Referencias al título de la novela

Como decía al principio, Blade Runner está inspirada en la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, un título que ha sido aprovechado y utilizado en numerosos textos. Por ejemplo, en un interesante artículo escrito en el 2015 por el jurista José Luis Pérez Triviño, en el que además de hacer numerosas referencias a la película habla de los problemas de tipo jurídico que se plantearían en el supuesto de que, un día, humanos y androides disputasen un partido. Y el título que pone a su texto es: ¿Sueñan los androides con jugar al fútbol?

Y en la misma línea tenemos un relato corto firmado por Antonio Valderrama. Situado en un futuro año 2199, en el que androides y robots están a punto de disputar un partido, encontramos el atractivo título de Sueñan los androides con gambetas mecánicas.

Imagen de www.elpais.com

Referencias al monólogo final

En cuanto a las referencias al monólogo del final de la películas, encontramos una en El intruso, de Daniel Vázquez Sallés, hijo de Manuel Vázquez Montalbán, que como su padre quiso rendir un homenaje al film. Y, también como su padre, lo hizo sin citar el título.

«Yo… he visto cosas que vosotros no creeríais: Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán… en el tiempo… como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir». Con todos ustedes, el presidente Roy Batty –susurró Memé con la boca pequeña, un rumor que sonó a ruido e interrumpió el discurso presidencial”.

En Las cuatro torres, novela escrita por Leandro Pérez en 2014, una novela de suspense muy recomendable, también encontramos un homenaje a la película y su escena final:

“La memoria, caprichosa y volátil, le recordaba el monólogo del replicante de Blade Runner: “Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”.

Y otra alusión al fragmento final la encontramos en el interesantísimo ensayo Los 7 pecados capitales del fútbol, de José Manuel Campillo, una obra llena de referencias literarias, cinematográficas y de muchos otros ámbitos. En uno de sus apartados, mientras habla de fenotipos y memes, dice:

«El filosofo Soren Kierkegaard es un meme, el cumpleaños de Parchís es otro y el balón de Mikasa, también lo es. Algunos pasarán a la posteridad, pero otros “se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia».

La dimensión de este monólogo final la encontramos también en numerosos artículos deportivos, en los que se hace servir con finalidades diversas. Por ejemplo, en este artículo publicado en la Revista Líbero, Alberto Cabello escribe lo siguiente hablando del gran Mágico González:

“Yo he visto en el Carranza cosas que vosotros no creeríais, he visto vaselinas dentro del área, he visto desde la Puerta de Fondo Norte a un portero ir hasta el centro del campo a darle la mano después de marcarle un gol”.

O este otro fragmento de Sphera Sports, en el que se habla de la despedida del estadio Vicente Calderón:

«El cielo se abrió para recordarnos que este partido era una despedida, que el escenario de nuestros recuerdos echaba el cierre. Llegó para que todos sepan que en ese campo hemos visto cosas que no creeríais. Pero que nuestros recuerdos del querido Vicente Calderón nunca se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia, aunque sea su hora de morir».

Referencias al título de la novela y al monólogo final

Y llegamos al conjunto de mis referencias favoritas. Son las de gente tan apasionada como yo por esta película, y que no tienen suficiente con mencionar el título o el fragmento final, sino que necesitan citarlos a los dos. Veamos un par de ejemplos.

Manolo Piera, en un artículo dedicado al futuro del Hércules, además de incluir numerosas referencias explícitas al film, titula su texto con un descriptivo ¿Sueñan los androides con goles eléctricos?, además de añadir la siguiente alusión al monólogo final:

“… por si acaso, salgo de casa ensayando mi soliloquio camino del trabajo: «He visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar al Barça jugando con diez; mantener la categoría en la última jornada ganando en el Bernabéu. He visto a Kempes marcar un gol olímpico y relucir con su melena negra al viento más allá de las puertas del Rico Pérez».

Y un último ejemplo en el que se llega a comparar al Celta de Vigo con el modelo de androides de la película, los Nexus 6, cuando el periodista Armando Álvarez escribe un artículo titulado ¿Sueña el Celta con goles eléctricos?, incluyendo, también, la siguiente referencia final:

«Este Celta, o sea, es como el androide nexus de «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?», la novela de Philip K. Dick en la que Ridley_Scott basó su «Blade Runner». Parecen vivos, ellos mismos creen estarlo, pero lo suyo no es más que un delirio artificial. ¿Ha visto Pepe Murcia cosas que no creeríamos? ¿Atacar naves en llamas más allá de Orión? ¿Ha visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser? ¿Se perderán en el tiempo todos esos momentos, como lágrimas en la lluvia? Y lo que es más importante: ¿Sueña el Celta con goles eléctricos?»

Imagen de www.as.com

Podéis escuchar el audio del programa haciendo clic aquí.