«Doble victoria», número 3 de la serie «Los pirañas del fútbol», de Adela Pérez Lladó

 

 

¿Qué pasaría si dos de los principales jugadores de los Pirañas, Nico y Lucas, ficharan por otro equipo? ¿De qué manera afectaría esa situación tanto al resto de jugadores como al futuro del conjunto?

La posibilidad de que ese cambio se produzca es el inicio de “Doble victoria”, el número tres de la serie “Los pirañas del fútbol” (“Els piranyes del futbol”). Escrita por Adela Pérez Lladó y publicada por Destino (Estrella Polar de Grup 62, en la versión catalana) se trata de una nueva aventura de uno de los equipos de fútbol más especiales de la literatura infantil, Los Pirañas, de los que en septiembre se publicará el volumen número 5 de la saga: «Un equipo para siempre«.

Como en los números anteriores (“¡Que vienen los Pirañas!” y “Una remontada bestial”), el narrador de las historias es Nico, un apasionado del fútbol que tras haber tenido que superar un cambio de ciudad, de amigos y de equipo se encuentra ya totalmente integrado en su nuevo destino.

Los otros chicos tenían las caras más largas que un árbitro en la final de un Mundial. Parecía que sus miradas calibrasen con infrarrojos las posibilidades de cada uno de los rivales. La competición impregnaba el aire, y os aseguro que no era el mejor ambiente para jugar. Pero yo salté al campo y lo dí todo, oh y tanto que lo dí.

DSC_1337 - copia

En el comienzo de “Doble victoria” lo encontramos, junto a su compañero Lucas, participando en unas pruebas de selección para fichar por un importante club. Un fichaje que de producirse significaría un duro golpe para la estabilidad de los Pirañas como equipo.

Al margen de esa posibilidad, Pipo Polo, el entrenador del equipo, comunica al grupo que los han seleccionado para participar en un importante y competitivo torneo en el que también estará presente el principal rival y enemigo de los Pirañas: los Maléficos, con el engreído y fanfarrón Álex el Lobo al frente.

La evolución de la competición nos permite disfrutar con las páginas más futboleras de la historia, llenas de grandes jugadas, goles y emoción prácticamente hasta el final, manteniéndonos en vilo al respecto del papel del equipo frente a sus rivales.

– Pirañas, os quedan muchos partidos por jugar. Y no hablo solo de fútbol… La vida está llena de partidos, y a menudo no hay árbitro, ni tiempo añadido, ni gente animando. En todos os tendréis que esforzar para hacerlo tan bien pomo podáis, pero sin dejar de pasároslo bien.

En “Doble victoria” encontramos la característica mezcla de ingredientes de la serie: amistad, fútbol, compañerismo, superación, rivalidad, aventura… a los que se añaden toques de misterio (en esta ocasión una pincelada esotérica), de intriga (con un turbio y oscuro episodio) y momentos de humor, como el apoteósico y nutritivo final.

En este número, además, descubriremos a los Pirañas haciéndose con una mascota muy especial y, por supuesto, muy futbolera. Y todo ello sin olvidar las continuas reflexiones propias de la visión del mundo que tienen los niños de la edad de los protagonistas.

DSC_1336 - copia

Tan solo os explicaré cómo comenzó el partido: en la primera jugada, el segundo pase tras el inicio del partido, controlé la pelota, superé al centrocampista contrario con el balón enganchado a mis botas, me detuve y vi que tenía un pequeño espacio en la banda.

Una lectura más que recomendable en la que, de nuevo, la combinación de fútbol y literatura es una auténtica “Doble victoria”.

Podéis leer el primer capítulo haciendo clic aquí.

Aquí tenéis el booktráiler de la serie:

 

En este enlace tenéis el microsite de la serie. Y las reseñas a los números anteriores:

 

 

«La alineación», un relato de Jorge Gamero. Editorial Gramática Parda

 

 

“De pie, empezando por la izquierda; Losada, Lareo, Santos, Ribó, Barrituabeña y Pelayo. Agachados, Semprún, Artúa, Wilson, Planas y Chamizo.

Un gran equipo”.

 

De este modo tan directo y contundente comienza “La alineación”, un magnífico relato futbolero que he disfrutado muchísimo y cuya lectura me ha resultado muy placentera de principio a fin. Se da la circunstancia, además, de que Jorge Gamero (Jordi Jiménez Gamero), su autor, es una amistad de juventud a la que había perdido el rastro hace muchos años y con quien, cosas de la vida, me reencuentro gracias al fútbol y la literatura.

Y aunque alguien pueda pensar que mi objetividad está condicionada por ese aprecio personal, os aseguro que cuando digo que el relato me ha parecido fantástico es porque lo pienso de verdad, y porque el poso que me deja es excelente.

La previa del partido

El texto forma parte de la obra “Las tres caras de la moneda”, y está publicado por la Editorial Gramática Parda. Como decía, hace ya mucho tiempo que perdí el rastro de Jordi, con quien compartí tiempos de instituto y afición por el fútbol. Tras unos 20 ó 30 años «sin noticias de Gamero«, hete aquí que el pasado julio se organizó un encuentro de fútbol de antiguos jugadores del Levante Las Planas, equipo en el que jugué a finales de los 80.

F. C. Levante Las Planas: el antes…

Si la memoria no me falla (que es lo más probable), acabados los tiempos de instituto todavía mantuve contacto durante un tiempo con Jordi a través de un primo suyo con el que compartí vestuario, y de tanto en tanto coincidíamos los tres, en los momentos post-entreno intersemanales… ¡berreando ante un micrófono!

El mencionado encuentro de viejas glorias del fútbol regional sirvió, básicamente, para redescubrir sensaciones corporales sepultadas bajo el peso de los años: agujetas, amagos de asfixia, tipologías variadas de lipotimias y taquicardias de diversa índole.

Como contrapartida, también sirvió para producir un importante cargamento de fotografías de recuerdo del acontecimiento, algunas de las cuales fueron a parar al Feisbuk, ese artefacto del demonio en el que, mira tú por dónde, no todo es negativo. Y fue así como en una de las imágenes publicadas apareció un comentario de un señor que firmaba como… Jordi Jiménez Gamero.

¡Ostras!, me dije” -bueno, en realidad lo que dije no fue exactamente “ostras”-. ¡Cuánto tiempo!”.

Y fue así como se abrió la puerta a volver a tener noticias suyas, circunstancia que, para qué negarlo, me hizo bastante ilusión.

Veteranos del F. C. Levante Las Planas… el después

Más ilusión si cabe me hizo el conocer que su actividad profesional estaba directamente vinculada al mundo de los libros y la enseñanza. Intercambiamos un par de mensajes («hicimos unas paredes«, en el argot futbolístico-literario) y no tardó en hacer acto de presencia el binomio fútbol y literatura, siendo entonces cuando me dió a conocer la existencia de su relato «La alineación«.

«Pues habrá que ficharlo«, me dije.

Y comencé a iniciar gestiones antes de que el mercado de fichajes de verano se cerrara.

Mi equipo de ojeadores me informó que había un ejemplar de lo que buscaba en la Biblioteca de Cornellà, formando parte de la Colección Local, que es la destinada a los autores locales. Casualmente, el ejemplar que allí tenían estaba dedicado y firmado por el propio Jordi.

DSC_1049 - còpia (2)

«La alineación»

Siempre me ha parecido que las alineaciones de los equipos de fútbol tienen un componente de musicalidad muy atractivo. Once nombres que unidos, enlazados y dichos de carrerilla se convierten en una agradable melodía. Por esa razón, el inicio de «La alineación» se convierte en la mejor forma de comenzar el partido, de olvidarse de lo superfluo y de poner el balón en movimiento.

«Losada, Lareo, Santos, Ribó, Barrituabeña, Pelayo, Semprún, Artús, Wilson, Planas y Chamizo» 

«Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón«, cantaba Joan Manuel Serrat en homenaje al Barça de las Cinco Copas, incorporando ese framento de alineación a su inolvidable canción «Temps era temps«. «Arkonada, Celayeta, Kortabarría, Alonso, Gorriz, Olaizola, Idigoras, Diego, Satrustegui, Zamora y Lopez Ufarte» llegamos a memorizar muchos a principios de los 80 cuando los donostiarras ganaron la Liga.

Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón

Y también me gustaba recordar las alineaciones de uno de los partidos que forman parte de mi educación futbolística, aquel inolvidable Brasil-Italia del Mundial 82 que se disputó en Sarrià y en el que las formaciones fueron:

BrasilWaldir Peres; Leandro, Oscar, Luizinho, Junior, Socrates, Serginho, Zico, Eder y Falcao.

Italia: Zoff; Cabrini, Gentile, Collovati, Scirea; Oriali, Antognoni, Tardelli; Conti, Graziani, Rossi.

Sumo ahora a esos particulares estribillos el que nos ofrece «La alineación«, en cuya estructura encontramos justamente eso: la descripción pormenorizada de los jugadores de un equipo. Jugador a jugador, comenzando por el portero, vamos conociendo uno a uno a todos sus futbolistas.

 

Gustavo Biosca. Imagen de www.blaugranas.com

De cada uno de ellos tenemos una breve pero perfecta radiografía de sus principales características como jugador, de aquello que desde un punto de vista futbolístico lo diferencia del resto. Contundencia defensiva, astucia sobre el terreno de juego, elegancia técnica, capacidad goleadora…

Un variado muestrario de peculiaridades propias de los equipos de fútbol, perfectamente repartidas y que demuestran el conocimiento de Jordi sobre la materia y que lo que sucede en un terreno de juego no le es ajeno.

«Su única pierna, una izquierda prodigiosa, le valía por dos. En un partido contra el Atlétic Club de Bilbao se le contabilizaron veinte centros, y ese día, el buen cancerbero vasco Carmelo, encajó cinco goles. En otro partido contra el Sevilla hizo un gol subiendo el solo toda la banda desde su posición de latersl izquierdo. Tenía además una recuperación increíble. Si llegaba en jugada hasta el ataque y el portero contrario lo despejaba rápido de un patadón, en muchas ocasiones tenía tiempo de volver al corte y abortar el ataque contrario.»

Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza. Imagen de www.deia.com

En la descripción de los integrantes de «La alineación» se intercalan también episodios de partidos contra equipos de primera división que permiten profundizar en su conocimiento.

Así mismo, se describen anécdotas vividas en partidos en los que también intervienen jugadores míticos que permiten situar la historia en la década de los cincuenta: Gento, Stanley Matthews, Czibor, Carmelo, Garay, Kubala, Biosca, Zarra, Panizo, Gainza, Di Stefano, Luis Suárez, Eusebio, Eizaguirre

«En primera división jugó siete temporadas con nosotros y tres más con el Atlético de Madrid. Recuerdo especialmente un partido contra el Fútbol Club Barcelona en nuestro campo. Empatamos uno a uno pero él hizo un partido de manual, para recordar. No sólo empujó el juego de nuestro ataque sino que anuló prácticamente al gran Kubala y se encaró en un par de ocasiones con Biosca».

 

Kubala. Imagen de www.martiperarnau.com

 

De la misma manera, la enumeración de equipos y estadios que salpican el texto informan también de una cierta cultura futbolística propia de los que ya tenemos cierta edad.

Los más jóvenes han crecido con otros referentes, mucho más visuales, mientras que los nuestros, que eran más radiofónicos, conservan ecos míticos al recordar las voces que hablan de gol en El Molinón, el Sadar o el Sardinero. Y así, en el texto, se hacen fugaces visitas a Anoeta, San Mamés, Mestalla o el citado Sadar de Pamplona.

Garay. Imagen de www.nyodh.es

Haciendo un símil con un equipo de fútbol, diría que «La alineación» es un conjunto sólido y compacto, bien trabajado en todas sus líneas, sin fisuras, muy equilibrado. En él todo está muy bien proporcionado, con mucha solvencia en todas sus zonas, ocupando con gran sentido del juego todas las zonas del campo.

Una seriedad como conjunto que se complementa con los detalles delicatessen de algunas de sus jugadas, con una interesante variedad de registros y filigranas que le permite adaptar su táctica y mostrarse resolutivo ante todo tipo de rivales, circunstancias y lectores. Una propuesta futbolísitico-literaria rica en matices, llena de elegancia y con un variado catálogo de detalles propios del fútbol escrito.

Carmelo. Imagen de www.blogs.elpais.com

Una lectura, además, que tiene un remate letal en tanto que va avanzando hasta llegar al interior del área y sorprender con un disparo inesperado que coge totalmente desprevenido a quien lo recibe para acabar convirtiéndose en un gol por toda la escuadra.

Este dribling final del narrador me ha hecho recordar un relato de Rafael Azcona titulado «Gol«, que también os recomiendo y que podéis encontrar en la recopilación «Cuentos de fútbol 2» de Alfaguara.

En las dos historias hay un sorprendente desenlace final, que nos habla de una común tipología de personajes, muy propia del mundo del fútbol. Pero como no puedo explicar nada sobre los motivos que me llevan a vincular a ambos jugadores sin desvelar el misterio os invito a que lo descubráis por vosotros mismos leyendo y disfrutando las dos historias.

Imagen de www.thetimes.co.uk

 

Tiempo de descuento

Para aquellos que todavía piensan que fútbol y literatura no forman buena pareja, fijaros en esta historia: un partido de fútbol ha sido el hilo conductor hacia una narración literaria en la que el fútbol es protagonista.

P.D. Solo he encontrado un pero en la solidez de esta «Alineación«, y es que Pichardo no haya salido de titular 😀

Di Stefano. Imagen de www.taringa.net

Sala de prensa

Para terminar, aquí tenéis el vídeo de la presentación del libro «Las tres caras de la moneda«, en la que también estuvo presente Luis Landero, uno de los grandes de las letras y autor de la inolvidable «Juegos de la edad tardía«. Entre el minuto 46 y el 47.17 Jordi habla de «La alineación» y da su opinión sobre la relación entre literatura y fútbol.

 

 

 

 

«El misterio de los siete goles en propia puerta», número 2 de «Los futbolísimos», Roberto Santiago. SM Ediciones / Editorial Cruïlla

 

 

 

“Lo diré sin rodeos.

Nunca en la historia del fútbol, que se sepa, un equipo se ha marcado dos goles en propia puerta en un mismo partido.

Y nunca significa nunca”.

El misterio de los siete goles en propia puerta” es el segundo volumen de la exitosa serie de literatura infantil “Los futbolísimos”, escrita por Roberto Santiago, ilustrada por Enrique Lorenzo y publicada por SM Ediciones (la versión española) y Editorial Cruïlla (la versión catalana).

Como en el primer número de la serie («El misterio de los árbitros dormidos«) en este segundo nos encontramos ante una nueva y original aventura en la que se entremezclan fútbol, misterio, humor y muchos otros elementos que lo convierten en una más que recomendable lectura.

Siguiendo la línea del resto de números que integran la serie (de la que se acaba de publicar el número 7: “El misterio del penalti invisible”) la palabra “misterio” forma parte del título, lo que nos da una idea bastante clara de lo que nos propone el libro. De hecho, esta combinación de intriga y fútbol es una de las claves del éxito de la serie y uno de sus principales atractivos.

En el caso de “El misterio de los siete goles en propia puerta” nos encontramos ante una sorprendente intriga que nos mantiene en vilo hasta la última página, y como en las buenas novelas de suspense el secreto no es desvelado hasta el final.

DSC_1320 - copia

El equipo de Soto Alto (el Pla de Dalt, en la versión catalana) ha sido invitado a participar en un prestigioso torneo de fútbol internacional que se celebra en Benidorm, y en el que participan equipos como el Inter de Milán, el Rias Boas portugués, el San Esteban de Argentina, el Huangh Shi de China, el Strekker de Johannesburgo, y el Colci, el equipo local.


DSC_1322 - copia

Y por encima de todos ellos, el torneo cuenta con la participación del mejor equipo de fútbol infantil del mundo, el Cronos, integrado por una selección de niños y niñas de diversos países especialmente escogidos y entrenados, una formación invencible que no ha perdido un solo partido.

“El Cronos no es un equipo de fútbol.

Es mucho más.

Es el único equipo del mundo que jamás ha perdido un partido.

Fue creado hace tan solo tres años, pero ya es toda una leyenda.”

Ante este escenario, el equipo de los Futbolísimos poco tienen que hacer a priori, y acuden al torneo con el convencimiento de que serán eliminados a la primera de cambio. Pero en cuanto el balón empieza a rodar en el primer partido los protagonistas de la historia serán testigos de una serie de sucesos absolutamente increíbles e inexplicables.

Los extraños acontecimientos que comienzan a ocurrir durante el torneo hará que los futbolísimos se conjuren no solo para hacer el mejor papel futbolístico posible, sino para poner en marcha sus dotes detectivescas y descubrir lo que está pasando.

Una historia que se lee de un tirón gracias a la perfecta combinación de momentos de fútbol, de piezas por encajar, de falsas apariencias que hacen pensar lo que no es y de continuos giros inesperados.

Y todo ello con un estilo de escritura basado en frases cortas y directas, que permiten un ritmo alto de lectura muy acertado para el tipo de público al que se dirige, como si cada frase fuera un pase que hace avanzar la historia hacia la portería. Sin olvidar unas fantásticas ilustraciones que complementan a la perfección el texto y que en algunos capítulos toman el protagonismo de la narración.

Imagen de www.itunes.apple.com

Aquí tenéis el booktráiler de la serie:

 

Por último, también es interesante destacar algunos de los números de la serie se acompañan de recursos didácticos para trabajar en relación con la lectura y que se pueden encontrar en la página web de la editorial.

Imagen de www.guiadelnino.com

«Cuando los balones se volvieron invisibles», relato de Fulgencio Argüelles

 

 

Esta noche se inaugura oficialmente el campeonato de Liga 2015-2016. Será con el partido que disputarán a las 20.30 el Málaga y el Sevilla en el estadio de la Rosaleda. Tras los escarceos de los últimos días en forma de partidos de pretemporada, supercopas y previas de la Champions, llega por fin la competición de verdad, la vuelta a la rutina futbolística, o, como dice Javier Marías, “la recuperación semanal de la infancia”.

El inicio de liga es síntoma también de que las vacaciones de verano llegan a su fin. Y el regreso de la competición liguera también significa, para muchos, el final de un síndrome de abstinencia de dos meses que muchos sobrevuelan como pueden. Los años en que hay Olimpiadas, Mundial o Eurocopa el “mono” es más fácil de superar. Pero cuando el verano se convierte en un desierto sin balompié, la situación, para muchos, se vuelve insoportable.

Así las cosas, ¿os imagináis lo que sería que el fútbol desapareciera de nuestras vidas? ¿Que la competición, los equipos, los jugadores dejaran de existir sin remedio? Este inquietante escenario es el que describe Fulgencio Argüelles en su relato “Cuando los balones se volvieron invisibles”, una historia apocalíptica en la que un país acaba sumido en la mayor de las ruinas y destrucciones como consecuencia de la desaparición del fútbol.

El relato es uno de los que componen la recopilación «Cuentos de fútbol 1«, una selección de relatos futboleros realizada por Jorge Valdano -que además de escribir el prólogo participa también con un relato- y publicado por la Editorial Alfaguara en 1995. La propuesta tuvo continuidad poco tiempo después, ya que en 1998 la misma editorial lanzó al mercado «Cuentos de fútbol 2«, siendo el seleccionador, de nuevo, Jorge Valdano.

Héctor Guerrero, antiguo futbolista famoso, es el protagonista de la historia. A través de sus recuerdos, desde la miseria de su habitación, conocemos un pasado en el que el fútbol se acabó convirtiendo en una religión que acabó por invadir todos los espacios de la vida pública: la política, la economía, la educación, el deporte. Todo giraba en torno al fútbol.

“El fútbol llegó a convertirse en la religión de un país ajeno a su propia ruina. Los partidos de la liga se repartieron a lo largo de toda la semana, con el fin de que todos los días, y no sólo el domingo, fueran jornadas de fútbol”.

Hasta que la catástrofe llegó, la economía del país –sustentada en el único pilar del fútbol- entró en quiebra, la sociedad entró en una crisis como nunca se había conocido en la historia de la humanidad, y el orden social saltó por los aires hecho añicos. Pobreza, miseria, destrucción. Todo por culpa del fútbol, aquella religión que se había convertido en el núcleo central de la vida del país y que tras un paranormal episodio había llevado el apocalipsis hasta las vidas de sus habitantes.

“Y por último se establecía la pena de muerte para todo aquel que manifestara públicamente, de palabra o de obra, cualquier tipo de apoyo, consideración o referencia a la plaga del fútbol o a cualquier recuerdo, objeto o teoría que con aquel juego diabólico tuviera algo que ver”.

Imagen de www.footballstories.konbini.com

 

“Las voluntades se solidificaron en un solo objetivo: el fútbol de cada día; y todas las órbitas de la realidad confluyeron en ese objetivo hasta invadir bárbaramente las personalidades de la misma manera que lo hacen las pestes, el hambre o el frío”.

Una historia inquietante que es una magnífica metáfora de lo que puede llegar a suceder cuando los fanatismos y las creencias obsesivas se convierten en eje vital y se llevan hasta el extremo.

Podéis escuchar el cuento haciendo clic aquí. Se trata de un audio de La radio en colectivo que dedicó el programa del 7 de marzo de 2013 a relatos deportivos. Se leyeron varios, incluyendo «Cuando los balones se volvieron invisibles» a partir del minuto 31 y 25 segundos.

De momento, disfrutemos del inicio de una nueva liga y dejemos que el fútbol desaparezca tan solo en la ficción.

«El fin de los buenos tiempos», de Ignacio Martínez de Pisón

 

 

DSC_1258 - copia

El Athletic de Bilbao se proclamó el lunes campeón de la Supercopa de España tras empatar a uno con el Barça en el Camp Nou. Fue un partido claramente condicionado por el resultado del partido de ida en San Mamés, donde los leones ganaron por 4 a 0, lo que les permitió viajar a Barcelona con una más que considerable ventaja que hacía casi imposible que les arrebataran el título. Pese a ello, los blaugrana afrontaron el partido con la intención de luchar por conseguir «una remontada bestial” y no renunciar a nada.

Pese a los esfuerzos y voluntad del F. C. Barcelona, el título acabó volando hacia Bilbao, circunstancia que impedirá al conjunto culer ganar los seis títulos en juego, una proeza para la que tenían muchos números y que se evaporó al perder la Supercopa.

Lo más curioso del caso es que incluso estando en disposición de ganar cinco títulos en un solo curso –cinco títulos, que se dice pronto-, y pese a haber culminado hace apenas dos meses un triplete (Copa, Liga y Champions, que también se dice pronto), ya se oyen comentarios de tono catastrofista, como si un apocalipsis hubiera llegado al club blaugrana, como si nos encontráramos ante el final de un ciclo o como si el perder la Supercopa fuera un síntoma de que ha llegado “el fin de los buenos tiempos” a Barcelona.

Como siempre, el tiempo dará y quitará razones. Por mi parte, lo único que puedo decir, es que «El fin de los buenos tiempos» que conozco con certeza es el relato largo (o novela corta) de temática futbolera y escrito por uno de los autores más premiados y reconocidos de nuestro panorama literario: Ignacio Martínez de Pisón.

 

 Imagen de www.pasiondelalectura.wordpress.com

Además de una de las historias del libro, «El fin de los buenos tiempos» es el título del volumen en el que se incluyen dos narraciones más: «Siempre hay un perro al acecho» y «La ley de la gravedad«, teniendo las tres como tema común el de las relaciones familiares, tal y como podemos leer en la contraportada:

«Unas vacaciones con un desenlace inesperado, un equipo de fútbol de provincias humilde pero ambicioso, un reencuentro con el pasado en la ciudad de juventud: tres escenarios, tres familias, tres viajes que sumergen al lector en los vínculos emocionales que rigen las relaciones entre los personajes. Los protagonistas de los relatos que componen este volumen están marcados por secretos silenciados, por acusaciones reveladoras, por el amor y el implacable paso del tiempo».

 

 Portada de la edición de Booket

Como antes decía, en la historia que da título al libro el fútbol tiene un destacado protagonismo. Narrada en primera persona por el profesor de gimnasia del instituto, conocemos la exitosa situación que atraviesa el equipo local, el C. F. San Simeón, una modesta formación integrada por muchachos a los que el profesor conoce bien.

Quico, Romero, Tonín, Fernando, Izco, Abelardo, Prieto, Luis Miguel, Zapata, Bellido y Aníbal, jugadores del equipo, han conseguido dibujar una trayectoria impecable durante las últimas jornadas. Así, el optimismo ha llegado hasta los aficionados locales, que sueñan con revivir una época ya mítica, dieciocho años atrás, en la que el club alcanzó unos octavos de final en los que acabó cayendo heroicamente ante el Valencia.

«Los resultados de cada jornada habían ido poco a poco alimentando el optimismo de los seguidores, y al final todo el mundo parecía de acuerdo en que estábamos asistiendo a la resurrección del equipo».

 

Imagen de www.urbancidades.wordpress.com

La placidez con la que los acontecimientos se van desarrollando queda interrumpida cuando Sánchez Moreno, el entrenador del equipo, sufre un accidente de automóvil que lo obliga a estar casi seis meses de baja. Se hace necesaria entonces una sustitución rápida e inmediata, la búsqueda de un nuevo director técnico que mantenga el buen rumbo del equipo.

El elegido será Silvestre, el único futbolista salido del pueblo que llegó a triunfar en primera división, el candidato más idóneo para tomar las riendas del equipo según todas las opiniones. Pero su llegada traerá consigo también el conflicto que forma parte del núcleo del relato.

«Silvestre había sido el interior izquierdo de la gloriosa alineación y acaso el único futbolista local que había triunfado en equipos mayores. Yo lo recordaba como jugador del Racing de Santander y el Español de Barcelona: me acordaba de su destreza en el regate, de su zurda portentosa, de cierto gol que le había metido al Celta en un partido televisado. Concluida su carrera deportiva, había entrenado a un par de equipos modestos. Luego le había perdido la pista».

Imagen de www.imagenesdeportivasdefutbol.com

A lo largo de la narración se van entrelazando las consecuencias de la llegada de Silvestre, no solo para el equipo sino para alguno de sus jugadores, como Bellido, uno de los protagonistas de la historia. Y también para María, madre del jugador y guardiana de un secreto familiar que amenaza con salir a flote. Así, a lo largo de las páginas la incertidumbre, el desasosiego, la intuición de que todo puede estallar por los aires en cualquier momento es permanente.

El relato, de esta manera, se lee con la sensación permanente de que la aparente estabilidad de los personajes y el equipo es de una fragilidad máxima, planeando hasta la última página la incertidumbre sobre lo que podrá acabar sucediendo.

Una lectura en la que hay mucho más de lo que se ve, llena de sugerencias y recovecos y en la que conflicto familiar y trasfondo futbolístico construyen un relato que todo amante del fútbol y la literatura no debería perderse.

Encontraréis también un comentario sobre el relato en este enlace del blog «A ras de hierba». dedicado a algunos «cuentistas del balón«.

Imagen de www.objetivorioja.larioja.com

 

NOTA: Además de disfrutar del relato, he tenido la gran suerte de conseguir una dedicatoria del autor, que es la que podéis ver al principio de este artículo 😀

P.D. Las imágenes que ilustran este post son imágenes antiguas de fútbol que he buscado en internet y que no aparecen en el libro.

Objetivo del Barça: «Una remontada bestial»

 

 

Tras la contundente derrota del Barça por 4 a 0 en el partido de ida de la Supercopa de España ante el Athletic de Bilbao, llega el partido de vuelta y con él la solución al enigma que desde entonces sobrevuela el mundo del fútbol. ¿Será el equipo blaugrana capaz de dar la vuelta a la eliminatoria? ¿Será capaz el Barça de ganar por un mínimo de 5 a 0? ¿Serán capaces los Messi, Iniesta, Suárez y compañía materializar lo que sin duda sería «una remontada bestial«?

De momento, parece que los jugadores del Barça se han conjurado para contrarrestar la debacle de San Mamés, y los mensajes que desde entonces han ido lanzando son de ilusión en sus capacidades. Del primero al último, aún conscientes de la dificultad de la proeza, todos confían en sus posibilidades y apuntan a gesta histórica.

Hasta que el partido concluya y sepamos con certeza si se consigue o no, la literatura infantil nos ofrece la posibilidad de experimentar justamente eso, «Una remontada bestial«.

Y es que ese es el título del volumen número 2 de la serie «Los pirañas del fútbol«, acerca del cual podéis leer una reseña aqui.

IMG_20141210_120211 - copia

Quizás los jugadores del Barça se inspiren en Nico, Lucas, Quique, Lin Tao, Ray, Ivo, Roque y Toni, del equipo de Los Pirañas, quienes ya saben lo que es llevar a cabo «Una remontada bestial«.

Dani Alves, Ernesto Sábato y el fóbal

 

 

Tras el magnífico espectáculo futbolístico que F. C. Barcelona y Sevilla nos ofrecieron la noche del martes en la final de la Supercopa de Europa, lo primero que me vino a la cabeza fueron las declaraciones realizadas el día antes por Dani Alves afirmando que en el fútbol «solo se recuerda a los ganadores«.

En realidad, lo que el recuerdo de esas palabras de Alves provocó fue que me transportara hasta el mundo de la literatura y la figura del escritor Ernesto Sábato, apasionado y declarado aficionado al fútbol y, en concreto, seguidor de Estudiantes de La Plata.

De hecho, incluso pensé que, quizá, el lateral brasileño llegó a leer en algún momento de su vida el libro «Sobre héroes y tumbas» del escritor argentino.

¿Y porqué relacioné a Alves con Sábato? Pues porque lo que Alves dijo en la previa del partido, más o menos, fue esto:

«En las finales no importa cómo lo hagas. Lo importante es ganar. Sólo son recordados los ganadores. Si puedes ganar y enamorar, entonces muy bien».

Unas palabras que, dicho sea de paso, están más que interiorizadas en Alves, puesto que en el año 2011 (casualmente el año del fallecimiento de Ernesto Sábato), antes de la final de la Champions que el Barça jugaría y ganaría en Wembley contra el Manchester United, ya afirmó:

«¿Entrar en la historia? El fútbol sólo recuerda a los ganadores»

 

Y ahora vayamos a Ernesto Sábato y una de sus grandes obras, «Sobre héroes y tumbas», en la que podemos leer un par de páginas en las que el fútbol es protagonista. En algunos lugares este texto es considerado un relato corto titulado «Fobal del grande«, que podéis leer completo desde aquí.

Se trata de una conversación en un café en la que Humberto J. D’Arcángelo (Tito), en compañía de Chichín, explica a Martín un episodio relacionado con Boca Juniors y su visión sobre el «fóbal«.

Y formando parte de ese texto encontramos el siguiente párrafo, que es lo que me vino a la cabeza tras escuchar las palabras de Alves::

Y a la final, pibe, se diga lo que se diga, lo que se persigue en el fóbal es el escore. Y te advierto que yo soy de lo que piensan que un juego espetacular e algo que enllena el corazón y que la hinchada agradece, qué joder. Pero el mundo e así y a la final todo e cuestión de gole.

¿No os parece que Alves y Tito comparten la misma filosofía futbolística?

Como mínimo, el escritor era aficionado al fútbol, y el futbolista aficionado a la lectura.

Fútbol y literatura, literatura y fútbol…

 

Eduardo Manchón en la literatura

 

La playa de Coma-ruga acogerá esta tarde la 18 edición del torneo Eduardo Manchón, un acontecimiento lúdico-deportivo con el que se quiere homenajear a quien fue uno de los míticos integrantes de la histórica delantera del Barça de las Cinco Copas.

Organizado por un gran amigo del jugador, Josep Maldonado, y la Penya Barcelonista de Coma-ruga, se trata de una oportunidad de ver en acción a exjugadores jugando un partido en la playa, así como de acercarse a otros conocidos y populares personajes que aportan su granito de arena en la organización del torneo.

Tal y como podemos encontrar en la Wikipedia, Eduardo Manchón Molina (Barcelona, 24 de julio del 1930 – Barcelona, 29 de septiembre del 2010) fue un futbolista español de los años 50. Desarrolló la mayor parte de su carrera deportiva en el FC Barcelona, entre 1948 y 1957, como extremo izquierdo, formando parte de la legendaria delantera del «Barça de las Cinco Copas» de la temporada 1951-52 junto a Basora, César, Kubala, Vila y Moreno, que emocionó a los barcelonistas y que Joan Manuel Serrat popularizó con su famosa canción «Temps era temps«.

Manchón fue un extremo izquierdo de clase excepcional, pequeño (1,66 m de altura), con gran velocidad y muy buen regado, pero también un excelente rematador. Su velocidad hizo que lo denominaran con el apodo de La Bicicleta.

A Manchón lo ha recordado la música (el citado Serrat), e incluso la televisión, mediante la serie “Kubala, Moreno i Manchón” de TV3. Así que un día como hoy es ideal para aportar un granito de arena en su recuerdo. Y nada mejor para hacerlo que recordar algunas referencias literarias en las que es protagonista.

Aparte de todos las innumerables obras de historia en las que se hace referencia a la mítica delantera de las Cinco Copas, Manchón también ocupa alguna obra de ficción, como es el caso de “La inmensa minoría”, de Miguel Ángel Ortiz, novela en la que los orígenes de Manchón y su paso por el Iberia, el equipo del barrio, forman parte de la trama:

“Decía eso y nos contaba la historia del Manchón.

Nos decía que había tenido que dejar su tierra para poder comer. Con nuestra edad, el Barça ya se había fijado en él, “asín que vais tarde, canijos”, nos decía, “Menos quejarse de que a nuestro campo no vienen los ojeadores, que él salió de Casa Antúnez, que así le llamaban a Can Tunis, y, de allí, al Iberia. ¡Ea! Que pasó de clavar los tacos en la tierra del Iberia a clavarlos en la yerba del Camp Nou. Ahí es na”.

En otro momento de la novela descubrimos que Manchón también es el personaje central del trabajo de recerca del narrador:

“El Pista me llamó después de los exámenes, cuando ya estábamos metidos con el trabajo de recerca. Yo había elegido al Manchón como tema para el trabajo. Pensé que no me lo darían por válido, pero al tutor le gustó porque había sido una personalidad del barrio y me dio el visto bueno. Le hice muchas preguntas al padre del Chusmari y el Peludo me dejó buscar más información en su ordenador y pasarlo a limpio. Chanaba, la recerca; pero cada vez que pensaba que tendría que salir y explicarlo delante de la clase, empezaba a morderme las uñas y los pellejos.”

Otro tipo de referencias son las que encontramos en “Fútbol, una religión en busca de un Dios”, publicado el 2005, una obra en la que Manuel Vázquez Montalbán atribuye a Eduardo Manchón una cuota de responsabilidad en el hecho de que el creador de Carvalho fuera del Barça:

“Imposible olvidar que empieza la celebración del Centenario del Barcelona F. C., institución de la que me declaro partidario por los mismos motivos que Joan Manuel Serrat. Los dos somos de barrio y nos hicimos del Barça porque en las tiendas del país de nuestra infancia aparecían carteles en los que Samitier regateaba a un jugador, cualquiera, del Espanyol. Los dos nos hicimos del Barça por obra y gracia de Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón. Y lo seguimos siendo porque el Barça era el ejército simbólico de una idea de catalanidad popular, laica, sin necesidad de peregrinar a otra montaña sagrada que no sea la grada del Camp de Les Corts o del Camp Nou”.

Y en el mismo libro hace una invitación al lector a comparar aquella mítica delantera de la que Manchón fue elemento destacado con la del equipo del año del Centenario:

“Qué importa un autoengaño más. Al fin y al cabo, Serrat canta del himno del Centenario y ahí está la delantera representativa, heredera de Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón. Recítenla de carrerilla: Figo, Giovanni, Anderson o Kluivert, Rivaldo y Zenden. No les invito a que reciten de carrerilla el resto del equipo para que no se echen a llorar, porque hay motivos más serios para las lágrimas: por ejemplo, la flexibilización del mercado de trabajo o que a Pinochet le haya salido un hijo con esa voz”.

Y una referencia más es la que encontramos cuando dice:

“Diez años después de que el franquismo pretendiera convertir el campo de Les Corts en un aparcamiento de tanques de ocupación, Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón desembarcaban en Dunkerque y abrían el segundo frente ansiado, respaldados por una retaguardia tan exquisita como disuasoria: Ramallets, Calvet, Biosca, Seguer, Gonzalvo III, Bosch, Aldecoa, Vila… El equipo de las Cinco Copas”.