Fútbol, literatura y Manuel Vázquez Montalbán

Ayer, la sección de literatura deportiva del programa Radioestadio Catalunya de Albert Arranz, en Onda Cero Catalunya, estuvo dedicada a la figura del gran Manuel Vázquez Montalbán. Y lo recordamos citando algunas obras. Fueron, en concreto, las siguientes:

El delantero centro fue asesinado al atardecer (Planeta, 1988)

El club de fútbol más rico del mundo recibe en sus oficinas un anónimo en el que se amenaza de muerte al recién fichado delantero centro del equipo, Jack Mortimer. Los directivos del club contratan al detective Carlvalho para que inicie la investigación, haciéndose pasar por psicólogo para poder andar a sus anchas por el mundo deportivo sin levantar las sospechas de la prensa. Las pistas apuntan a un asunto de especulación inmobiliaria en el que están mezclados el presidente de un club de división regional y el delantero centro de su equipo, una vieja gloria venida a menos. Esta serie de coincidencias complican aún más, si cabe, la búsqueda del autor de las amenazas.


Sabotaje olímpico (Planeta, 1993)

El detective Pepe Carvalho se enfrenta a una crisis internacional en Barcelona. Una operación de desestabilización política está en marcha y todo puede ocurrir en los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. El detective deberá desenmascarar a los villanos antes de que Estados Unidos lance sus misiles, porque su vicepresidente, que no está familiarizado con la geopolítica, cree que Bagdad está al lado de Barcelona.

En la línea de la fábula satírica, en los límites de la melancolía y el sarcasmo, Carvalho protagoniza un ajuste de cuentas con el año prodigioso, 1992, desde la perspectiva de un mundo en crisis que ha olvidado todos los autos sacramentales de la modernidad.


Fútbol. Una religión en busca de un dios (Editorial Debate, 2005)

¿Qué ha ocurrido en el fútbol, en los equipos, en las aficiones, para que este noble deporte se haya convertido en un espectáculo trascendente? ¿Son las grandes estrellas del balón reencarnaciones de los antiguos dioses olímpicos? ¿Es el fútbol la nueva religión del siglo XXI? Como explica con ironía Manuel Vázquez Montalbán, los estadios parecen catedrales, los aficionados «adoran» los colores de su equipo y los protagonistas del espectáculo, condicionados por el mercado, se han convertido en portadores de mensajes publicitarios, en auténticos iconos mediáticos. Este libro póstumo, cuya edición final a estado al cuidado de Daniel Vázquez Sallés, explora los peligros, la gloria y el futuro del «más bello deporte del mundo» en un análisis lúcido y mordaz como solo podría salir de la pluma de uno de los más inteligentes observadores del mundo contemporáneo.

En la primera parte Vázquez Montalbán presenta la evolución del deporte que él jugaba en las calles y admiraba en los carteles de su barrio al fútbol como mercadotécnia y expone una sociología del balompié diseñado por la FIFA como nueva «religión» laica organizada para beneficio de las multinacionales y las televisiones. En este recorrido examina la trayectoria de ídolos como Pelé, Di Stéfano, Cruiff o «el ángel caído», Diego A. Maradona, hasta el papel de nuevos mitos como Ronaldo o Zidane. A continuación presenta una selección de sus mejores artículos sobre fútbol publicados en la prensa (1969-2003) que ofrecen la posibilidad de disfrutar con sus reflexiones sobre el Fútbol Club Barcelona(«El Barça es más que un club o más que una inmobiliaria»), el Real Madrid(«Whiteisbeatiful»), la confrontación entre ambos o sobre otros protagonistas del mundo del balón como José María García, Jesús Gil y Gil o Silvio Berlusconi.


Vázquez Montalbán. Fútbol y política, de Jordi Osúa Quintana (Ed. Base, 2019)

En una época en que el fútbol carecía de interés para los intelectuales por su instrumentalización política, Manuel Vázquez Montalbán fue de los pocos autores progresistas españoles que supo armonizar la afición futbolística y el compromiso político tanto en su vida como en su reflexión teórica, convirtiéndose en un referente para otros escritores y periodistas. En sus escritos hallamos suficientes referencias para construir una historia crítica del fútbol español, es decir, el relato de cómo una actividad estrictamente deportiva traduce las vicisitudes sociales, políticas y económicas de un país. Entendido así, el deporte rey puede dejar de ser un simple entretenimiento que nos evade de los problemas para convertirse en una herramienta eficaz para el análisis social. Gracias a la lúcida y transgresora mirada montalbaniana descubrimos el carácter extradeportivo del fútbol que, en la historia reciente de España, ha actuado como un reflejo del entramado de intereses que configuran la sociedad.


Manuel Vázquez Montalbán. Barça, cultura i esport, de Jordi Osúa Quintana (Ed. Base, 2018)

Manuel Vázquez Montalbán supo compaginar su afición barcelonista con la reflexión sobre el fútbol en general y sobre el Barça en particular. Sus escritos dieron a conocer al club y su significado simbólico por todo el mundo. La presente obra es una recopilación de artículos que permiten repasar la historia del FCB desde el punto de vista montalbaniano, así como entender las claves de su valor extradeportivo.


El intruso, de Daniel Vázquez Sallés (Ed. Temas de Hoy, 2013)

El éxito literario cosechado en su juventud se ha marchitado con el paso de los años y ahora Marcial Cárdenas vive como traductor anónimo y eterno pululante por congresos literarios sin estofa. Atosigado por su mujer, Carola, Marcial se ve obligado a aceptar el cargo de traductor del nuevo fichaje del F. C. Barcelona, el laureado entrenador escocés Arthur McBride, y de paso, servir de topo de un viejo amigo de su esposa, el vicepresidente económico Juan Bellpuig, cuyas ansias de poder chocan con la megalomanía del vicepresidente deportivo Pepe Dalmau. Aunque es un fan de las novelas de espías, a Marcial nunca le ha gustado el fútbol, actividad que considera propia de bárbaros, pero, poco a poco, la luz de los flashes y la posibilidad de convertirse en un ser alejado de su antigua vida tediosa y rutinaria le irán convirtiendo en un converso cuyo único objetivo será medrar dentro de las estructuras de un club que en 2020 vive atormentado por los éxitos de un pasado no muy lejano. Marcial Cárdenas se acabará convirtiendo en el protagonista de una historia tragicómica en la que la ambición es la gasolina que alimenta a todos los personajes. Una tragicomedia que a veces roza el esperpento y que tendrá en Marcial Cárdenas a un hombre cuyos escrúpulos están tan vacíos como un balón de fútbol. Una novela que gustará a los amantes del fútbol y que gustará aún más a los que no lo son.

Doce meses, doce dorsales: con el número 5, mayo

 

<> at Camp Nou on January 29, 2014 in Barcelona, Spain.

Imagen de www.elgraficochile.cl

 

Si el calendario fuera un equipo de fútbol, el dorsal número 5 lo llevaría el mes de mayo. Y así juega mayo, más o menos, sobre el terreno de juego del fútbol y la literatura.

RONALDO: UN DIOS DE LA INGENIERÍA FUTBOLÍSTICA

Partido Barcelona-Deportivo de La Coruña. Mayo de 1997. El Barcelona aún tiene oportunidades de acercarse al líder, el Real Madrid, pero ha de ganar al Depor cueste lo que cueste. Faltan pocos minutos para el final y se mantiene el empate. Un equipo de gala capitaneado por Ronaldo se ha estrellado una y otra vez contra la muralla de la excelente defensa coruñesa. Ronaldo lo ha intentando una vez más y ha caído al suelo. Parece un atleta vencido, con la mirada perdida buscando algo que sólo él ve. Es la pelota. Y de pronto la pelota rebota en un jugador coruñés y pasa ante Ronaldo como si le invitara a levantarse y seguirla para bailar la samba. La pelota le está diciendo: «Tú estás el primero en mi carnet de baile». El atleta caído obedece la llamada. Se levanta. Recupera la pelota con la punta de la bota y mira hacia la portería. Es el momento Ronaldo, ese instante técnico en que sabe medir como nadie el pasillo que le lleva hacia el gol. Empieza su carrera y su dribling a costa de cuantos adversarios se pongan en su camino y, ante la salida del portero del Depor, el gol está servido. La magia de Ronaldo ha funcionado una vez más, y un episodio se suma a la leyenda áurea de un jugador de fútbol prefabricado a la medida del siglo XXI.

Manuel Vázquez Montalbán, en «Fútbol. Una religión en busca de un Dios«. (Debate, 2005)

Portada Futbol religion dios

 

11 de setembre, Diada Nacional de Catalunya, y la literatura futbolera

 

Imagen de www.naciodigital.cat

 

Catalunya celebra hoy la Diada, su Fiesta Nacional. Se trata de una fecha con la que se conmemora la caída de Barcelona a manos de las tropas borbónicas del Duque de Berwick durante la Guerra de Sucesión Española de 1714. El 11 de septiembre de aquel año, tras catorce meses de asedio, Barcelona acabó cayendo en manos de los atacantes, una derrota que significó la abolición de las instituciones catalanas tras la promulgación de los Decretos de Nueva Planta del 1716.

Durante el día de hoy son numerosos los actos en recuerdos de aquellos sucesos históricos, con un marcado carácter simbólico y reivindicativo. Como colofón, una multitudinaria manifestación que durante los últimos años ha aumentado su dimensión (y cuyo último gran ejemplo fue el de la Vía Catalana de 2013 o la V de 2014) sirve como cierre del día.

El 11 de septiembre también tiene presencia en la literatura futbolera, de manera más o menos indirecta. En este artículo aprovecho para citar tres fragmentos en los que esa fecha aparece.

El primer fragmento corresponde a una conversación (que traduzco al español) entre Manel Serras y Ferran Ariño sobre “Barça i política”, publicada en el libro “Amb blau sofert i amb grana intens”, Editorial Proa, 1999.

 

MANEL SERRAS: “Echando un vistazo a la historia nos encontramos con situaciones de clara identificación del Barça con el sentido de catalanidad. Por ejemplo el junio de 1925, cuando Milans del Bosch, entonces capitán general de CAtalunya, cerró las Corts durante seis meses porque se había silbado al himno español, hubo una respuesta clara no solo de los socios, sino de la sociedad catalana que dio suporte económico a la entidad.

FERRAN ARIÑO: Pero era la consecuencia de otra cosa. Por aquel entonces el Barça era uno de los elementos que reflejaba aquella situación. Y suerte que era así. Pero ahora mucha gente, sobretodo los más jóvenes, piensan que el Barça era un activo elemento político. Y por sí mismo no lo ha estado nunca. En los boletines internos del Barça se explica que Pompeu Fabra dio clases de catalán a los socios, y se hacía una referencia habitual a los 11 de septiembre, y se convocaba a los socios a las manifestaciones, pero nadie se escandalizaba por todo ello. Era una entidad viva del país”.

Imagen de www.martiperarnau.com

 

El segundo fragmento es del capítulo “Cien años y un día”, de Manuel Vázquez Montalbán, que podemos encontrar en “Fútbol. Una religión en busca de un dios”, Debate, 2005.

 

 

 

“No hay que ver, pues, a Núñez como un dictador a la vieja usanza, defendiendo como gato panza arriba su pedestal civil, sino como un profeta de una nueva cosmovisión barcelonista en la que la vinculación nacional será un simple paisaje emocional para el 11 de septiembre, ni un minuto más. El Barça del futuro podrá estar formado por jugadores apátridas que en estos momentos ya deben de estar incubándose en laboratorios holandeses de ingeniería genética, alimentados, eso sí, con sueros aromatizados con pan con tomate artificial para que el globalizado público del futuro perciba el olor a pan con tomate nada más salir los jugadores al césped y se sienta por ello zoológicamente ratificado. Rafael Ribó ha anunciado el posnacionalismo, pero Núñez ha ido más allá al instalar al Barça en el mercado de los imaginarios sin fronteras. El día siguiente ha comenzado”.

 

Imagen de www.arasdehierba.wordpress.com

Y, por último, un tercer texto, un fragmento de “Elogio del centro del campo”, de Vicenç Villatoro, publicado en el libro “Cuando nunca perdíamos. 15 miradas sobre el Barça”, Alfaguara, 2011.

“Faltos de épica, hijos y nietos como mucho de una épica de derrotados, de perdedores de Ligas, como nos llamaba Félix de Azúa, entre el 11 de septiembre de 1714 y el 26 de enero de 1939, entre el anarquista de Terrassa y el señor de Terrassa, a los míos, a mi clase, a los que temíamos el lunes porque los castellanos de los carmelitanos eran del Madrid y se burlarían de nosotros y los catalanes de Can Culapi pensaban –entonces- que el fútbol era el opio del pueblo o el entretenimiento de los pobres, nos convenía que pasara finalmente lo que ha pasado, la entrada en la era no sé si llamarla mesiánica o messiánica. De Messi, claro.”

Eduardo Manchón en la literatura

 

La playa de Coma-ruga acogerá esta tarde la 18 edición del torneo Eduardo Manchón, un acontecimiento lúdico-deportivo con el que se quiere homenajear a quien fue uno de los míticos integrantes de la histórica delantera del Barça de las Cinco Copas.

Organizado por un gran amigo del jugador, Josep Maldonado, y la Penya Barcelonista de Coma-ruga, se trata de una oportunidad de ver en acción a exjugadores jugando un partido en la playa, así como de acercarse a otros conocidos y populares personajes que aportan su granito de arena en la organización del torneo.

Tal y como podemos encontrar en la Wikipedia, Eduardo Manchón Molina (Barcelona, 24 de julio del 1930 – Barcelona, 29 de septiembre del 2010) fue un futbolista español de los años 50. Desarrolló la mayor parte de su carrera deportiva en el FC Barcelona, entre 1948 y 1957, como extremo izquierdo, formando parte de la legendaria delantera del «Barça de las Cinco Copas» de la temporada 1951-52 junto a Basora, César, Kubala, Vila y Moreno, que emocionó a los barcelonistas y que Joan Manuel Serrat popularizó con su famosa canción «Temps era temps«.

Manchón fue un extremo izquierdo de clase excepcional, pequeño (1,66 m de altura), con gran velocidad y muy buen regado, pero también un excelente rematador. Su velocidad hizo que lo denominaran con el apodo de La Bicicleta.

A Manchón lo ha recordado la música (el citado Serrat), e incluso la televisión, mediante la serie “Kubala, Moreno i Manchón” de TV3. Así que un día como hoy es ideal para aportar un granito de arena en su recuerdo. Y nada mejor para hacerlo que recordar algunas referencias literarias en las que es protagonista.

Aparte de todos las innumerables obras de historia en las que se hace referencia a la mítica delantera de las Cinco Copas, Manchón también ocupa alguna obra de ficción, como es el caso de “La inmensa minoría”, de Miguel Ángel Ortiz, novela en la que los orígenes de Manchón y su paso por el Iberia, el equipo del barrio, forman parte de la trama:

“Decía eso y nos contaba la historia del Manchón.

Nos decía que había tenido que dejar su tierra para poder comer. Con nuestra edad, el Barça ya se había fijado en él, “asín que vais tarde, canijos”, nos decía, “Menos quejarse de que a nuestro campo no vienen los ojeadores, que él salió de Casa Antúnez, que así le llamaban a Can Tunis, y, de allí, al Iberia. ¡Ea! Que pasó de clavar los tacos en la tierra del Iberia a clavarlos en la yerba del Camp Nou. Ahí es na”.

En otro momento de la novela descubrimos que Manchón también es el personaje central del trabajo de recerca del narrador:

“El Pista me llamó después de los exámenes, cuando ya estábamos metidos con el trabajo de recerca. Yo había elegido al Manchón como tema para el trabajo. Pensé que no me lo darían por válido, pero al tutor le gustó porque había sido una personalidad del barrio y me dio el visto bueno. Le hice muchas preguntas al padre del Chusmari y el Peludo me dejó buscar más información en su ordenador y pasarlo a limpio. Chanaba, la recerca; pero cada vez que pensaba que tendría que salir y explicarlo delante de la clase, empezaba a morderme las uñas y los pellejos.”

Otro tipo de referencias son las que encontramos en “Fútbol, una religión en busca de un Dios”, publicado el 2005, una obra en la que Manuel Vázquez Montalbán atribuye a Eduardo Manchón una cuota de responsabilidad en el hecho de que el creador de Carvalho fuera del Barça:

“Imposible olvidar que empieza la celebración del Centenario del Barcelona F. C., institución de la que me declaro partidario por los mismos motivos que Joan Manuel Serrat. Los dos somos de barrio y nos hicimos del Barça porque en las tiendas del país de nuestra infancia aparecían carteles en los que Samitier regateaba a un jugador, cualquiera, del Espanyol. Los dos nos hicimos del Barça por obra y gracia de Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón. Y lo seguimos siendo porque el Barça era el ejército simbólico de una idea de catalanidad popular, laica, sin necesidad de peregrinar a otra montaña sagrada que no sea la grada del Camp de Les Corts o del Camp Nou”.

Y en el mismo libro hace una invitación al lector a comparar aquella mítica delantera de la que Manchón fue elemento destacado con la del equipo del año del Centenario:

“Qué importa un autoengaño más. Al fin y al cabo, Serrat canta del himno del Centenario y ahí está la delantera representativa, heredera de Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón. Recítenla de carrerilla: Figo, Giovanni, Anderson o Kluivert, Rivaldo y Zenden. No les invito a que reciten de carrerilla el resto del equipo para que no se echen a llorar, porque hay motivos más serios para las lágrimas: por ejemplo, la flexibilización del mercado de trabajo o que a Pinochet le haya salido un hijo con esa voz”.

Y una referencia más es la que encontramos cuando dice:

“Diez años después de que el franquismo pretendiera convertir el campo de Les Corts en un aparcamiento de tanques de ocupación, Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón desembarcaban en Dunkerque y abrían el segundo frente ansiado, respaldados por una retaguardia tan exquisita como disuasoria: Ramallets, Calvet, Biosca, Seguer, Gonzalvo III, Bosch, Aldecoa, Vila… El equipo de las Cinco Copas”.