
Un día, el escritor Jordi de Manuel recibe un misterioso sobre de parte de un tal Joan Gols i Camp. En su interior, un disquete con un único archivo en el que el autor explica que un día, tras ser el afortunado acertante de una quiniela, decide dejarlo todo para dedicarse a su pasión, el fútbol, pero haciéndolo de una manera especial: conociendo sus escenarios y a sus protagonistas.
Tras una experiencia mística en el campo del Athletic de Bilbao (en la Catedral, como no podía ser de otra manera) decide escribir el libro que tenemos entre las manos. Se trata de una obra dividida en once fábulas y cuya estructura nos permite leerla como si estuviéramos leyendo un auténtico partido de fútbol: ‘Avantmatx’ (previa del partido), ‘Escalfament’ (calentamiento), ‘Primera part’, ‘Mitja part (Descans)’, ‘Segona part’ (segunda parte), ‘Pròrroga i penals’ (prórroga y penaltis) y ‘Bany i massatge’ (baño y masaje).
“Dues hores després, quan duia llegida la primera part i el descans, vaig adornar-me, amb la certesa aclaparadora pròpia dels descobriments, que aquell document –aquell “partit”- era una càrrega de profunditat contra un fet que ens ha vingut imposat, un fenomen que s’immisceix sense permís a les nostres vides tan bon punt arribem al món.
(“Dos horas después, cuando llevaba leídas la primera parte y el descanso, me dí cuenta, con la abrumadora certeza propia de los descubrimientos, que aquel documento –aquel “partido”- era una carga de profundidad contra un hecho que nos ha sido impuesto, un fenómeno que se inmiscuye sin permiso en nuestras vidas nada más llegar al mundo”).
Jordi de Manuel en el “Prólogo”

Esta es la futbolística estructura que encontramos en “Pantera Negra”, el libro que Jordi de Manuel decide hacer público con el material recibido de Joan Gols i Camp. Un libro publicado en el 2004 por la Editorial Proa y que fue premiado con el VII Premi Literari de Prosa de Ficció de l’Ajuntament de Sant Just Desvern. Once relatos que constituyen una magnífica aproximación a las posibilidades del fútbol como materia literaria.
Hay quien aún piensa que bajo la zona que con mayor intensidad iluminan los libros que hablan sobre fútbol tan solo encontraremos historias sobre partidos, sobre jugadores, sobre equipos y, en última instancia, sobre goles. Que más allá de las líneas que delimitan el terreno de juego de la literatura futbolera la atractiva alfombra del césped se queda sin semillas y ya no encontraremos más que aridez.
Por suerte, quienes hemos sido inoculados por el virus del fútbol y la literatura sabemos que eso no es así. Que el fútbol es un rico, complejo y variado universo en el que la creatividad literaria asoma cada vez más a menudo. Y la colección de relatos de “Pantera negra” es una demostración de ello, puesto que lo que va emergiendo entre sus páginas es una original aproximación a este mundo desde inesperadas y sorprendentes perspectivas.
“Per això vaig plantejar el text com una gran final, i el vaig dividir en les parts d’un partit. Vaig trobar que era la manera de retre un modest homenatge a les meves dues passions: el futbol i la literatura».
(Por eso planteé el texto como una gran final, y lo dividí en las partes de un partido. Me pareció que era la manera de rendir un modesto homenaje a mis dos pasiones: el fútbol y la literatura)
Joan Gols i Camp, en “Avantmatx” (“Previa del partido”)

Tal y como podemos leer en la contraportada del libro, por las páginas de “Pantera negra” desfilan “señoras de la limpieza de los vestuarios, linieres y árbitros apalizados, jugadores acabados, abuelos de hooligans de nueve años, políticos rejuvenecidos, mossos d’esquadra encargados de la vigilancia de los estadios, entrenadores incomprendidos y amas de casa que están hasta el gorro de todo”. Por si fuera poco, también encontramos una historia llena de erotismo y sexo, los extraños negocios que se cuecen en las tribunas de los estadios e incluso un crimen en un vestuario.
Y todo ello con el nexo común del personaje que da título al libro, ‘Pantera Negra’, el portero de fútbol más genial de los últimos tiempos, quien actúa como vínculo de la mayoría de los relatos y a quien vamos encontrando como si estuviera practicando su juego preferido de la infancia: la xarranca (la rayuela).
Una xarranca, por cierto, que se convierte en la portada de “Orsai”, otra recopilación de relatos futboleros de Jordi de Manuel en los que también aparece el personaje de Pantera Negra.

“L’encontre estava a punt de començar. L’androide que feia d’àrbitre realitzava el sorteig de camp amb els capitans. Els encarregats de manteniment s’afanyaven a acoblar els liniers, dues petites esferes que corrien per uns rails paral·lels a cada banda del camp. Cada jutge de banda estava equipat amb un sistema de sensors fotoelèctrics que enviaven informació sense parar al cervell positrònic del col·legiat. La transmissió i el processament de dades es realitzava en nanosegons”.
(“El encuentro estaba a punto de comenzar. El androide que hacía de árbitro realizaba el sorteo de campo entre los capitanes. Los encargados del mantenimiento se apresuraban a acoplar los linieres, dos pequeñas esferas que corrían por unos raíles paralelos en cada lado del campo. Cada juez de banda estaba equipado con un sistema de sensores fotoeléctricos que enviaban sin cesar información al cerebro positrónico del colegiado. La transmisión y el procesamiento de datos se realizaba en nanosegundos”).
Fragmento de “Llotja” («Tribuna»).
Me gusta particularmente este juego de “paredes literarias” (de hecho, se trata de una de las secciones que hace tiempo introduje en este blog, y tengo pendiente de publicación un artículo al respecto), de combinaciones entre relatos, puesto que añaden matices y enriquecen la trama y permiten complementar el contenido.
Además, su autor demuestra un gran conocimiento de los entresijos del mundo del fútbol, especialmente del correspondiente a una época en la que existían unos gestos que hoy día han desaparecido, como la línea que dibujaban los porteros en su área al inicio de cada encuentro, un curioso ritual al que el cambio en las superficies (hierba artificial por tierra) ha hecho desaparecer por completo.

Así, mediante fugaces apariciones desde diferentes y múltiples perspectivas, Pantera Negra hace de palanca de una rica intertextualidad que llena de lectura de líneas de pase que generan continuas oportunidades de gol. En el relato “Crim al vestidor blanc-i-blau” (“Crimen en el vestuario blanquiazul”) aparece un personaje, Dariusz Kandinsky, cuyo nombre remite claramente al mundo del arte y, más en concreto, a la abstracción. Pero mi sensación es que “Pantera Negra” tiene más de cubista que de abstracto, por su intención de acercarse a situaciones con continuos puntos de conexión pero llegando hasta ellas desde puntos diferentes.
“Mira que en veig de partits al llarg de l’any –arran de gespa-, però no m’acaba de fer el pes, aquest esport. El trobo poc organitzat, massa anàrquic: li manca ordre i disciplina. En canvi, al meu company, l’Arnau, li encantava. “
(“Mira que llego a ver partidos a lo largo del año –a pie de césped-, pero no me acaba de convencer, este deporte. Lo encuentro poco organizado, demasiado anárquico: le falta orden y disciplina. En cambio, a mi compañero Arnau, le encantaba”).
Fragmento de “Mosso”

Imagen de Ramón Masats
El personaje de Pantera Negra también me ha hecho pensar que quizá nos encontramos ante una especie de Bartleby futbolero, por su continuo preferir estar en un algún lugar diferente al de una portería de fútbol y haciendo algo distinto a intentar detener balones. Sin embargo, a Pantera negra lo encontramos en los diferentes escenarios que dibujan los relatos del libro, siempre en torno a un estadio de fútbol. Si pudiéramos preguntarle, seguramente respondería que “preferiría no estar en ellos”, cosa que afortunadamente no sucede, puesto que su presencia continua a lo largo de las páginas del libro nos permiten disfrutar de un auténtico festival de literatura futbolera.
Estamos, en definitiva, ante un catálogo de originales aproximaciones al mundo del fútbol, desde perspectivas diferentes a las habituales, demostrando que la galaxia balompié puede ser una gran fuente de material literario.

También hay una interesante componente profética en muchos aspectos de los relatos a los que el tiempo parece haber ido dando la razón o, cuando menos, parece que la tendencia irá por lo que en algunos casos se describe. Me refiero, por ejemplo, a la referencia en algún relato a las plataformas digitales y su influencia en el aforo de los estadios, a las posibles introducciones de nuevas normas en los partidos, o la situación de algunos relatos en fechas futuras. Se percibe de esta manera en el libro (publicado el 2004) que el autor es alguien muy cercano al mundo de la ciencia ficción (hay una referencia a “Fundación” de Isaac Asimov) apareciendo incluso la SCCF en una de las historias.
“No em sap greu confessar que durant els meus viatges vaig llegir molt, ni m’avergonyeix reconèixer que vaig fruir més amb novel·les de lladres i serenos, amb relats eròtics i amb narracions futuristes de ciència-ficció que amb cap altra cosa (fins i tot vaig entrar a formar part de la SCCFF, la societat catalana de ciència-ficció i fantasia, un ens virtual de dimensió summament fractal).
(“No me cuesta confesar que durante mis viajes leí mucho, ni me averguenza reconocer que disfruté más con novelas de ladrones y serenos, con relatos eróticos y narraciones futuristas de ciencia ficción que con ninguna otra cosa (incluso entré a formar parte de la SCCFF, la sociedad catalana de ciencia ficción y fantasía, un ente virtual de dimensión sumamente fractal”).
Joan Gols i Camp en «Avantmatx«

“Un dels entrenadors havia demanat temps mort, una regla del bàsquet que havien plagiat feia temps per al futbol. Durant un parell de minuts els jugadors descansaven i mitjançant el xip de comunicació que tots duien implantat al clatell rebien instruccions dels tècnics (que es trobaven a uns quants metres per sobre d’ells a les cabines mòbils).”
(“Uno de los entrenadores había pedido tiempo muerto, una regla del básquet que habían plagiado hacía tiempo para el fútbol. Durante un par de minutos los jugadores descansaban y mediante el chip de comunicación que todos tenían implantado en la nuca recibían instrucciones de los técnicos (que se encontraban a unos cuantos metros por encima de ellos en las cabinas móviles”).

Y todo ello aderezado con continuos toques de humor y con una crítica velada al mundo del fumbol frente al del auténtico fútbol.
“- A tu el que t’agrada no és el futbol, Florenci, a tu el que et fascina és el fumbol. Si no hi hagués tele, ni públic, ni cervesa, ni ganchitos, ni diaris esportius, ni Futbolnotícies, ni àrbitres per insultar, ni travesses, ni derbis, ni xats a FutbolNet, ni discussions amb els companys de la feina, ni eterns rivals, ni cracks que després fan figa, ni declaracions intel·ligents de directius, entrenadors i jugadors –ironitzà-. Si no hi hagués tot això, Florenci, series incapaç de gaudir d’un bon partit de futbol. No saps res de res d’aquest esport, ja no el pots reconèixer sense la merda que l’envolta –l’acusà ella amb la vena del coll inflada”.
(“- A ti lo que te gusta no es el fútbol, Florencio, a ti lo que te fascina es el fumbol Si no hubiera tele, ni público, ni cerveza, ni ganchitos, ni diarios deportivos, ni Futbolnotícias, ni árbitros a los que insultar, ni quinielas, ni derbis, ni chats en FutbolNet, ni discusiones con los compañeros de trabajo, ni eternos rivales, ni cracks que después se derriten, ni declaraciones inteligentes de directivos, entrenadores y jugadores –ironizó-. Si no hubiera todo eso, Florencia, serías incapaz de disfrutar de un buen partido de fútbol. No sabes nada de nada de este deporte, ya no eres capaz de reconocerlo sin toda la mierda que lo envuelve –lo acusó ella con la vena del cuello hinchada.”).
Fragmento de «Fins al barret» («Hasta el gorro«)

«Partido de fútbol», de Carlo Carrà (1934). Imagen de http://arelarte.blogspot.mx/2010/07/arte-y-deporte-homenaje-al-futbol.html
Un partido, en resumen, que se devora y en el que el tiempo de juego transcurre volando, por lo que nada más escuchar el pitido final nos entran ganas de rebobinar para revivir de nuevo las mejores jugadas del encuentro, que son muchas.
Y es que, como explica Jordi de Manuel en el prólogo a “Pantera Negra”:
“… som en una immensa pilota, dins la xarxa d’una porteria de dimensions incommensurables)”.
(«…nos encontramos en una inmensa pelota, dentro de la red de una portería de dimensiones inconmensurables»).


MÁS INFORMACIÓN
En los siguientes enlaces encontraréis más información sobre el autor y su obra literaria relacionada con el fútbol.
- Entrevista en L’Illa dels Llibres tras la presentación de «Orsai«, otra colección de relatos con el fútbol como temática principal.
- Una aproximación al extraño Joan Gols i Camp.
- Página dedicada a «Pantera negra» en la web del autor con enlaces a las reseñas publicadas en diferentes diarios.

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