«La vida en fuera de juego», de Galder Reguera. Ediciones SM

 

 

He asentido, sonriendo. Pero era una sonrisa fingida. De pronto, el fútbol ya no me parecía tan genial, el vestuario apestaba a sudor y las bromas de mis compañeros ya no tenían ninguna gracia.

 

Hace un par de años, Galder Reguera escribió una de las obras de referencia no solo para los amantes de la literatura futbolera, sino para los aficionados al fútbol en general. Bajo el título de «Hijos del fútbol«, el libro es una brillante indagación en lo que significa la pasión por el deporte del balón y cómo el virus es transmitido de padres a hijos. Una aproximación desde una perspectiva original y poco explorada que tomando como epicentro la relación del propio autor con su hijo se convierte en una obra trascendental en la bibliografía futbolera.

Poco después publicó «La muerte y el hincha«, otra magnífica obra que era un auténtico homenaje a la vinculación que los aficionados establecen con sus clubes. En ambos casos se trataba de obras destinada al público adulto. Y ahora nos sorprende con una obra destinada a los lectores adolescentes y juveniles, también con trasfondo futbolero, pero con la misma brillantez de las anteriores.

Se trata de «La vida en fuera de juego«, una novela para lectores a partir de los catorce años y que viene a ocupar un lugar destacado en un segmento de la literatura no especialmente explorado debido a su complejidad. Sin duda, la adolescencia es la franja de edad ante la que más dificultades se presentan a la hora de conseguir que accedan a la lectura. Sin embargo, hay obras que acaban provocando un click en lectores de estas edades, que por las razones que sean acaban activando en ellos un interés por los libros provocado por el impacto de una obra que ha caído en sus manos. Sea por la historia, por la temática, por la identificación con los personajes, por la forma en que esté escrita o porque entiendan que en aquellas páginas se está hablando de ellos, de tanto en tanto los más reticentes a coger un libro acaban sucumbiendo al encanto de la lectura. Y «La vida en fuera de juego” es uno de esos libros que estoy convencido de que hará que más de un joven alérgico a las historias de papel acabe cambiando de opinión respecto del mundo de los libros.

SINOPSIS

Ibon tiene catorce años, vive en un pequeño pueblo del País Vasco y su mayor pasión es jugar al fútbol. Es centrocampista y se desenvuelve bien sobre el césped, pero un día descubre algo que puede acabar para siempre con su sueño deportivo: lo que siempre ha creído que es el fuera de juego no lo es en realidad. Su equipo, el Sporting de Belako, se juega en los próximos partidos ganar el título de Liga por primera vez en su historia, e Ibon intentará descubrir por sí mismo en qué consiste esa norma indescifrable. En esa búsqueda vivirá su primer amor, hallará secretos que desconocía de sus padres y hermanos y se verá envuelto en un buen puñado de despropósitos, tanto dentro como fuera del campo de fútbol.

Como cualquier chico de su edad, Ibon transita por los márgenes del agujero negro que es la adolescencia. En esa extraña galaxia llena de incertidumbres, vaivenes emocionales y continua búsqueda de la identidad propia existen unos temas y preocupaciones que afectan prácticamente a todos los que la padecen. Y la habilidad por incorporarlos a la historia es destacable. “La vida en fuera de juego” es una novela que combina con un gran acierto todos esos ingredientes, consiguiendo que el interés por todo lo que va sucediendo a Ibon no decaiga en ningún momento y que tiene su culminación en su inesperado y sorprendente final.

 

Es curiosa la vida. Tantas y tantas semanas y meses iguales, en los que nada varía, repitiendo las mismas rutinas, y de repente, en un solo día, ¡paf!, todo cambia y te conviertes en alguien completamente distinto.

 

Me parece brillante el uso del fuera de juego como elemento simbólico para describir lo incomprensible de muchas de las cosas que rodean la vida a esas edades. En el irresistible campo gravitatorio del que antes hablaba, el tránsito de la infancia a la juventud es un torbellino de situaciones en el que todo parece incomprensible. Tanto como esa particular y controvertida regla.

Una etapa de nuestras vidas en la que acostumbramos a pensar que somos los únicos que desconocemos aspectos de la vida que creemos que todos dominan. Preguntas que no nos atrevemos a formular por miedo a quedar en ridículo, aunque después, la realidad, acostumbra a ser bien diferente. Una circunstancia que afecta a Ibon y que es pieza importante en el engranaje de la historia.

Pese a que el libro me llega con cuarenta años de retraso (sin duda, de haberlo tenido en mis manos durante mi época adolescente, se habría convertido en una de esas obras que recuerdas toda la vida) lo he disfrutado como si todavía estuviera anclado en aquella edad. Porque me ha permitido recuperar al joven que fui y rememorar que los mismos temas que protagonizan la vida de Ibon son los mismos en torno a los cuales giraba mi existencia: el fútbol y la pertenencia a un equipo, el descubrimiento del primer amor, las relaciones de amistad, los inevitables conflictos familiares, el comenzar a intuir que el mundo de los adultos se mueve en torno a situaciones que nunca hubiéramos imaginado y que parecen tan incomprensibles como la norma del fuera de juego…

Todos esos ingredientes, como antes decía, son maravillosamente mezclados a lo largo de la historia, y se interrelacionan los unos con los otros, consiguiendo que experimentemos las vivencias de Ibon como propias. La inmensa mayoría de adolescentes que lean el libro se identificarán rápidamente con Ibon. Y los adultos que lo hagan entenderán un poco cómo eran cuando tenían la edad del narrador. Por eso, creo que es una lectura ideal para ser recomendadas a alumnos de ESO, y estoy convencido de que más de un profesor la incluirá en el listado de libros para trabajar con sus estudiantes. Yo lo haría.

 

Ahora es distinto. No sé cómo ni por qué, pero nos hemos alejado. Supongo que él ha cambiado y supongo que yo también.

Si sois padres haced un favor a vuestros hijos e insistid en que la lean. Seguro que dentro de un tiempo os lo acabarán agradeciendo. Y si solo sois adultos, no os dejéis engañar por el hecho de que sea un libro para jóvenes lectores. Liberad al adolescente que fuisteis y acompañad a Ibon en esta maravillosa historia.

Y disfrutad también de la banda sonora, que por ahí suena muy buena música 😀

P. D.: Por si fuera poco, la edición es magnífica, iniciando cada capítulo con unas pinceladas de lo que contiene. Y, sobre todo, por la maravillosa portada que me ha regalado un nuevo cromo para mi colección de jugadores de futbolín en las portadas de libros 🙂

La vida en fuera de juego

«Verde que te quiero verde, verde césped en la portada…»

 

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Imagen de Mordillo

 

Seguramente, todos hemos comprado alguna vez un libro por su portada. Las cubiertas, a las que no siempre se otorga la importancia que merecen, son el primer contacto con el posible lector. Muchas veces la imagen que muestran guarda una relación directa con el contenido, y pretende ser un primer indicio de lo que encontraremos en las páginas del interior. En otros casos, aún no teniendo una gran relación con el objeto de la obra, ejercen una tremenda atracción sobre nosotros.

Es habitual que en las publicaciones de determinadas temáticas predomine un color. Por ejemplo, el negro es el más habitual en las obras de género criminal. Es difícil que en una novela de piratas no aparezca el azul del océano, o que en una historia ambientada en la nieve no se utilice el blanco. Si hay sangre, el rojo. Y si hay fútbol… ¿Está claro, verdad? El verde.

Esto, evidentemente, no siempre es así, y existen numerosas obras futboleras en las que la portada no siempre recurre a la utilización del color del césped. Sin embargo, existen muchas otras en las que sí es el protagonista del fondo de la portada. Y, como se suele decir, como muestra… unas cuantas. Aquí tenéis una recopilación de portadas en las que el color de fondo predominante es el verde.

 

Rafa Cabeleira: «Alienación indebida«.

Círculo de Tiza, 2018

 

 


Wilmar Cabrera: «Los fantasmas de Sarrià visten de chándal«.

Milenio, 2012

 

 


Luis Cantarero: «Diario de campo de un psicólogo en un club de fútbol«. 

Ediciones Pregunta, 2017

 

 


 

Horacio Convertini: «El último milagro«.

Barrett, 2017

 

 


 

Simon Critchley: «En qué pensamos cuando pensamos en fútbol«.

Sexto Piso, 2018

 


 

Wenceslao Fernández Flórez: «De portería a portería«, 1957

 


 

Roberto Fontanarrosa: «Puro fútbol«.

Ediciones de la Flor, 2002

 

 


 

Manuel Mandianes: «El fútbol (no) es así«

Sotelo Blanco, 2015

 

 


 

Víctor Panicello: «7000 metres quadrats de gespa«.

Estrella Polar, 2015

 


 

Dante Panzieri: «Fútbol. Dinámica de lo impensado«

Capitán Swing, 2012

 

 


 

Galder Reguera y Carlos Marañón:

«Quedará la ilusión. Una correspondencia durante el Mundial de Rusia«

Libros del K.O., 2019

 

 


 

Galder Reguera: «La vida en fuera de juego«

Literatura SM, 2019

 

 


 

Manuel Rodríguez García: «De fútbol y de hombres«

Ushuaia, 2016

 

 


 

Antonio Skármeta: «El arquero de los Andes«

Editorial Sudamericana, 2013

 

 


 

Javier Tebas y Pedro Torrens: «El fútbol no es así«

Titano Ediciones, 2014

 

 


 

VV. AA: «El futbol és així«.

Edicions Xandri, 2018

 


 

Edgardo Marín: «Centenario historia total del fútbol chileno: 1895-1995»

Editores REI, 1995

 

 

 

Jugadores de futbolín en portadas de libros de fútbol

 

El “futbolín” es, seguramente, el mejor sucedáneo que existe del fútbol.

Fue inventado por Alejandro Finisterre, un personaje con una vida increíble que podemos seguir en una más que recomendable novela gráfica de Alessio Spataro y cuyo título es, justamente, “Futbolín”.

Futbolín” (o “Metegol”, en Argentina) es también una historia de Eduardo Sacheri basada en el cuento “Memorias de un wing derecho” de Roberto Fontanarrosa. El texto fue convertido en película del mismo título en el 2013, con dirección de José Campanella.

Y el futbolín y, muy especialmente, los jugadores de futbolín, han sido uno de los motivos más utilizados en las portadas de los libros de literatura futbolera. En este artículo comparto 20 portadas que he conseguido ir reuniendo con el tiempo. Si conocéis alguna más estaré encantado de incorporarla a esta modesta exposición.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(Cartel de la película «Rivales» de Fernando Colomo (2008)