Jugadores de futbolín en portadas de libros de fútbol

 

El “futbolín” es, seguramente, el mejor sucedáneo que existe del fútbol.

Fue inventado por Alejandro Finisterre, un personaje con una vida increíble que podemos seguir en una más que recomendable novela gráfica de Alessio Spataro y cuyo título es, justamente, “Futbolín”.

Futbolín” (o “Metegol”, en Argentina) es también una historia de Eduardo Sacheri basada en el cuento “Memorias de un wing derecho” de Roberto Fontanarrosa. El texto fue convertido en película del mismo título en el 2013, con dirección de José Campanella.

Y el futbolín y, muy especialmente, los jugadores de futbolín, han sido uno de los motivos más utilizados en las portadas de los libros de literatura futbolera. En este artículo comparto 20 portadas que he conseguido ir reuniendo con el tiempo. Si conocéis alguna más estaré encantado de incorporarla a esta modesta exposición.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(Cartel de la película «Rivales» de Fernando Colomo (2008)

 

 

Barça – Athletic de Bilbao: una final repleta de fútbol y literatura

 

 

Esta noche el Camp Nou acoge la final de la Copa del Rey entre el Fútbol Club Barcelona y el Athletic de Bilbao. Es, sin duda, una de aquellas finales cien por cien futboleras, con dos equipos que prometen un gran espectáculo y con dos aficiones cuyas afinidades hacen que el de esta noche sea un auténtico acontecimiento futbolístico.

De hecho, aunque hace días que el aroma copero se ha ido extendiendo por todos los rincones, es hoy cuando en el ambiente solo se respira final. En mi caso, espero que cuando todo haya pasado nos quedemos con el recuerdo de haber presenciado el gran acontecimiento que un partido de estas características debería ser.

Y, como consecuencia de ello, espero también que se acabe convirtiendo en fuente de inspiración para futuras obras literarias, artículos periodísticos o narraciones cortas que sirvan para alimentar a los aficionados del fútbol y la literatura.

De momento, el día de hoy, el aroma de partido, la presencia del Barça y el Athletic me han llevado a estos cuatro pensamientos literarios.

1. Ramiro Pinilla

 

Porque si pienso en una final de copa en la que participa el Athletic de Bilbao no puedo dejar de pensar en Ramiro Pinilla y su magnífica “Aquella edad inolvidable”. Y, por supuesto, en su protagonista, Souto Menaya, autor de un histórico gol contra el Real Madrid en la final de la Copa de Rey de 1943.

 2. Un Barça – Athletic de Bilbao en una «sala d’estar que és un camp de futbol»

Pienso en Josep Maria Fonalleras y su “La sala d’estar és un camp de futbol”, cuando habla de un día que fue el Camp Nou a ver un partido en el que el Barça jugaba, precisamente, contra un Ahtletic de Bilbao cuyo portero era, por aquel entonces, Iríbar.

“És tan bo que em penso que mai de la vida no li faran un gol”.

Imagen de www.miathletic.com

3. Fan Zones y “Fanculers”

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Oigo en la radio entrevistas a aficionados que circulan por la Fan Zone destinada a los seguidores del Athletic de Bilbao. Está en Montjuic, y algunos se han quejado porque, dicen, están lejos del Camp Nou.

Y en el Camp Nou es donde encontramos no una Fan Zone, sino a los “Fanculers”, una serie de libros sobre el Barça, publicada por La Galera, y dirigida a los lectores a partir de 6 años. La serie está protagonizada por unos extraños personajes que viven en el Camp Nou. «La fàbrica de nata» y «La princesa Menjanta» són los dos primeros títulos de la serie que se han publicado.

El texto es de Carles y Eloi Sala, y las ilustraciones de José Labarí, y entre sus personajes encontramos a Fantrèpid, Fantina, Fanmanetes, Fanku, Fanbala o el Fansavi.

Podéis leer un fragmento en este enlace.

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4. Final de Copa = Duelo literario

 

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Y pienso, por último, en que la final ya comenzó a jugarse ayer por la tarde en forma de… ¡duelo literario! Eso es lo que hicieron Josep Maria Fonalleras y Luís Racionero como aficionados culers, por un lado, y Alejandro Fernández Aldasoro y Jon Maia en representación del Athletic de Bilbao, por otro.

Un debate celebrado en la Sala Moragas del Born Centre Cultural y que tuvo como moderador a otro destacado jugador del equipo que forman fútbol y literatura como es Vicenç Villatoro, y a quien me referiré dentro de una semana con motivo de la final de la Champions.

«La sala d’estar és un camp de futbol», Josep Maria Fonalleras. Ara Llibres

 

 

Javier Marías, gran aficionado al fútbol y autor de “Salvajes y sentimentales”, una obra imprescindible para los amantes de la literatura futbolera, decía que “el fútbol es la recuperación semanal de la infancia”. Y una magnífica y emotiva recuperación de la infancia con retazos de fútbol como telón de fondo es lo que encontramos en “La sala d’estar és un camp de futbol”, de Josep Maria Fonalleras, publicada por Ara Llibres.

Últimamente pienso a menudo en mi infancia, e intento recuperar recuerdos de aquella época ya lejana que con el paso del tiempo va dejando en mi memoria un poso de paisaje casi idílico. Una infancia en la que como en tantos y tantos otros niños el fútbol en la calle, en el patio del colegio, con porterías improvisadas, en cualquier rincón y bajo cualquier excusa lo acababa invadiendo todo.

La manera més pràctica de saber si ha estat gol és comprovar-ho amb l’empremta que la pilota deixa a la paret. Ha d’haver plogut, és clar, i el terra encara ha d’estar moll, perquè, si no, al pati dels Maristes sempre hi ha discussions.

Los partidos interminables hasta que la noche caía y casi ya no se veía la pelota, las carreras detrás de una pelota con un bocadillo en la mano, los rasponazos en las rodillas, los marcadores infinitos, las colecciones de cromos y la admiración por los jugadores que veíamos tan inalcanzables, los encuentros improvisados en un pasillo…

 Imagen de www.eltravesser.cat

Una recuperación de ese fútbol de la infancia encontré en “Fuera de juego” y “La inmensa minoría”, dos magníficas obras de Miguel Ángel Ortiz y con las que tanto me identifiqué. Y algo muy parecido me ha ocurrido con el libro de Fonalleras, lleno de elementos, salvando las distancias, tan cercanos a mi niñez: los míticos madelman, el clásico Scaléxtric, el salvador Vicks Vaporub, las liturgias habituales en las familias de hace cuarenta años, el miedo al corte de digestión, las relaciones vecinales, y otros muchos elementos fácilmente reconocibles para quienes conocimos aquellos tiempos.

«En el joc, els jugadors que s’estan quiets, la gespa és  de color verd plàstic, molt lluent. El porter es pot moure amb una guia que el fa anar a dreta i esquerra, i els futbolistes, cadascú al seu lloc, tenen una molla als peus que els permet anar enrere per agafar impuls. És així com es fan les centrades i els xuts.

Como dice Vicenç Pagès Jordà en la reseña sobre el libro publicada en El Periódico de Catalunya y que podéis leer aquí, “Josep Maria Fonalleras no se limita a enumerar los recuerdos, pero tampoco aspira a agotarlos: con cuatro pinceladas le basta para dar fe de un tiempo y de un país.”

Y, claro está, el fútbol. “La sala d’estar és un camp de futbol” no es una novela “futbolera”, aunque, como no podía ser de otra manera, el fútbol va apareciendo de manera fragmentaria e intermitente. Pese a ello, su presencia se intuye en todo momento como parte del paisaje de la infancia del autor.

Pocos niños de aquella época deben haber sido ajenos al fútbol. De hecho, Fonalleras ha continuado cultivando esa afición, y podemos disfrutar con su serie de libros infantiles “Contes blaugrana”, una colección de seis libros publicados el año 2005 por la Fundació del Fútbol Club Barcelona y la Editorial Cruïlla, con motivo del Any del Llibre i la Lectura.

portades contes blaugrana

En el episodio del programa Vía Llibre que podéis ver a continuación aparece una entrevista con Josep Maria Fonalleras. En la introducción, se habla de que lo que hace con este libro es actuar como un entomólogo, clasificando y pasando a analizar pequeñas impresiones de su infancia. Las correspondientes al fútbol nos lo muestran prácticamente en todas sus variedades, lo que demuestra el peso que debió tener en su infancia: los partidos con botones, las improvisadas pelotas de papel prensado, los partidos en el patio del colegio, el futbolín, las pruebas para entrar en un equipo…

http://www.ccma.cat/video/embed/5515169

Una obra construida con recuerdos de infancia del autor sobre los que, tal y como él mismo define, actúa como un entomólogo, como si los observara a través de un microscopio. Un libro, en todo caso, con el que Josep Maria Fonalleras consigue completamente su objetivo de ofrecer un “canto vital” mediante la descripción de esos recuerdos de infancia.

En mi caso, ha sido un emotivo y revitalizante viaje hasta aquellos tiempos.

Imagen de www.ara.cat

Un último apunte «Austeriano»

Leo en el libro un episodio en el que se describe un concurso de aquellos tiempos que daban por la televisión los sábados por la mañana. La mecánica del juego consistía, más o menos, en que un grupo de cinco jóvenes, como si fuera un equipo de básquet, debía responder las preguntas que se le hacían.

Supongo que se refiere a “Cesta y puntos”, que estuvo en antena entre 1965 y 1971. Personalmente, cuando leí la referencia en el libro, creí que estaba siendo víctima de una de esas casualidades que tanto gustan a Paul Auster (y a mí, añado). Dejo aquí constancia de ello porque no puedo decir más, aunque espero y deseo poder un día explicar a qué me refiero. Cruzo los dedos.