27 de enero de 1994: Granada – Barbados y «Fútbol. La novela gráfica»

 

 

Hoy, 27 de enero, se cumplen 22 años de uno de los partidos más surrealistas, increíbles, curiosos y alucinantes que se recuerden. Curiosamente, a toda esa retahíla de calificativos hay que añadir otro: el de ‘desconocido’. Y es que, sorprendentemente, uno de los encuentros de fútbol más estrambóticos que jamás se hayan celebrado no es especialmente conocido. ¿La causa de ello? Seguramente, el nombre de los contendientes: Granada y Barbados.

El caso es que en la primera edición de la Copa del Caribe celebrada en 1994, el día 27 de enero tocó enfrentarse a las selecciones citadas. En la clasificación, ambos equipos estaban separados por un gol a favor de los de Granada, la cual cosa obligaba a Barbados a ganar el partido por una diferencia de al menos dos goles, para poder acceder a la fase final.

El problema –y aquí radica la causa del inesperado desenlace del partido- es que el torneo tenía dos reglas un tanto especiales. La primera, que ningún partido podía terminar en empate. En caso de que eso ocurriera, se disputaría una prórroga en la que se aplicaría el “gol de oro”. Es decir: el primero en marcar ganaba el partido.

La segunda regla era que ese “gol de oro” valdría doble. Quien marcara en la prórroga tras un 0 a 0 acabaría ganando por 2 a 0. Si era tras un 1 a 1, el resultado final sería de 3 a 1. Etc. Esa circunstancia, lo habéis adivinado, podía acabar repercutiendo en el global de goles a favor y en contra en la clasificación final.

El partido más bizarro de la historia del fútbol

El caso es que en el minuto 82 de partido Barbados ganaba por 2 a 0, lo que les permitía superar el gol de diferencia que Granada les llevaba. Pero hete aquí que un minuto después, en el 83, los granadinos marcaron el 2 a 1, lo que volvía a dar la clasificación a estos últimos. ¿Y qué sucedió entonces?

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Lo que ocurrió a partir de aquel momento es lo que se explica en innumerables páginas que podéis encontrar en la red. Aunque a mi, una de las que más me gusta es la que acabáis de leer, procedente de esa obra imprescindible para los amantes del fútbol y la literatura que es “Fútbol. La novela gráfica”, escrita por Santiago García, ilustrada por Pablo Ríos y publicada por Astiberri Ediciones.

Los mismos autores, vale la pena recordarlo, del cómic “El portero”, editado por la Fundación del Athletic de Bilbao con motivo de la edición del “Letras y fútbol” celebrado el pasado noviembre.

El Portero

Como decía, una historia alucinante que descubrí gracias a ese volumen, y en el que hice algún otro descubrimiento más del que ya os hablaré cuando llegue el momento. En este enlace tenéis un magnífico artículo sobre «Fútbol. La novela gráfica«.

Mientras tanto, disfrutar con una curiosa explicación de lo sucedido durante el Granada – Barbados de 1994.

24 de enero, las matemáticas y el millón de hinchas tolerantes

 


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El mundo ultra. Los radicales del fútbol español” (Temas de Hoy, 2005) y “Tolerància zero. La violència en el futbol”, (Angle Editorial, 2006), ambos de Carles Viñas, “Juego sucio. Fútbol y crimen organizado”,de Declan Hill (Alba, 2010), “Niños futbolistas”, de Juan Pablo Meneses (Blackie Books, 2013), “FIFA Mafia”, de Thomas Kistner (Córner, 2015), “Heysel”, de Armand Company (3i4 Edicions, 2015), “Hooligan”, relato de Jordi de Manuel, el monográfico sobre los radicales en el fútbol de la Revista Panenka

Son ejemplos de libros que se ocupan de la cara más oscura del fútbol, el reverso del espacio que nos ofrecen los focos, las profundidades de la fauna abisal que casi nunca emerge a la superficie. Este es el territorio de la explotación, de las apuestas ilegales, de las trampas y la corrupción. Y, por supuesto, de la violencia de los radicales.

Aunque el artículo de hoy esté regido por una visión tan catastrófica, no todo está perdido. Afortunadamente, la literatura futbolera no solo sirve para mostrarnos la parte más tenebrosa del universo futbolístico, sino que también puede venir en nuestro auxilio para proporcionarnos la solución a algunos de tan graves problemas. Por ejemplo, el de la violencia en las gradas.

Imagen de www.ateniesi.it

Es así como hoy, 24 de enero, puede significar el final de los conflictos y la agresividad en los estadios, y el inicio de una nueva era de tolerancia, deportividad, diversión y fair play

La solución, es cierto, quizá esté cogida con pinzas. Pero ante la resolución de determinados problemas uno se agarra, si hace falta, a un clavo ardiendo. El caso es que la literatura futbolera nos ofrece un arma para combatir la conflictividad de los aficionados, mediante la invención de una grada un tanto especial: la “tribuna tolerancia”.

La salvación al enigma la encontramos en “Fútbol pensado”, un original libro cuyo autor es Edgardo Broner en el fútbol se convierte en acertijo, y en el que las rabonas, las bicicletas y las elásticas no se hacen con las piernas, sino con el cerebro.

Se trata de un libro en el que se proponen hasta 86 preguntas relacionadas con diferentes aspectos futbolísticos -reglamento, incidencias, curiosidades, etc.- y que son una original aproximación a este juego de una manera diferente. Una propuesta con la que además de aprender se mueve el balón… digo el cerebro, y permite que el juego -nunca mejor dicho- se siga desarrollando en las páginas de un libro.

Imagen de www.borussia.blogspot.com

Uno de los desafíos de ingenio que se plantean en el libro tiene que ver, justamente, con el asunto que tratamos. El planteamiento es el siguiente:

¿Quiénes de ustedes tienen un amigo hincha de Boca y otro de River capaces de ver un partido juntos, respetándose y sin insultar?”, preguntó comenzando su exposición el sociólogo y matemático Alonso Paz. Algunos dudaron, pero finalmente todos los presentes levantaron la mano.

“Si eso es cierto, entonces está resuelto el problema de la violencia en los estadios argentinos”, anunció entre las exclamaciones de asombro. “La propuesta es organizar superclásicos todos los días a partir del 5 de enero. El primer día habrá solo 2 espectadores, por ejemplo mis dos amigos. A cada uno se le darán 2 entradas para que inviten para el día siguiente a otros 2 amigos tolerantes. Ya irán 4 personas. Y se repetirá el mismo procedimiento cada día”, remató Paz.

“Esto es una burla, irrumpió indignado el dirigente Atilio Vendetutti. No nos vamos a pasar meses jugando partidos para 10 tipos”. El sociólogo lo miró fijo, tomó un sorbo de mate cocido y retrucó: “Antes de fin de enero necesitarán un estadio para un millón de espectadores”.

¿Qué día se jugaría el clásico para 65 mil hinchas tolerantes?

¿Qué día hará falta un estadio para un millón de hinchas tolerantes?

Imagen de www.mundodeportivo.com

Planteado el problema matemático, la solución se nos ofrece justamente hoy, 24 de enero, un día que podría convertirse en histórico si, tal y como describe la secuencia numérica que resuelve el problema, nos encontramos ante la fecha en la que la tolerancia habría invadido los estadios y las conciencias de los aficionados.

¿Y qué operaciones matemáticas nos conducen a tal conclusión? Veamos.

Si partimos de que la secuencia de espectadores (tolerantes, no lo olvidemos) que asistirá cada día al partido, comenzando el 5 de enero, es de 2, 4, 8, 16, 32, 64,… (es decir, 21, 22, 23, 24, 25, 26, …,) llegaremos al resultado de que el día 24 de enero, es decir, hoy, el número de espectadores será de 220 = 210 x 210 = 1.024 x 1.024 = ¡1.048.576!

¿Qué día hará falta un estadio para un millón de hinchas tolerantes? El 24 de enero. Tal día como día.

Una fecha idónea para comenzar a trabajar en la construcción tanto del edificio como del millón de hinchas tolerantes.

Futbol pensado Edgardo Broner

23 de enero, Matthias Sindelar y «Fuera de juego» de Fabrizio Silei. Barbara Fiore Editora

 

 

Es el día del partido.

Marcus y su padre entran en el estadio Prater, donde no cabe un alfiler, agarrados de la mano para no perderse.

En el palco de las autoridades, entre marchas y anuncios de la propaganda, se sienta, imponente, el jefe del deporte de la Alemania nazi.

La cámara filma cuanto ocurre el gran día para recuerdo de la posteridad. Naturalmente, los periódicos dan como favorita a Alemania.

El padre de Marcus lleva consigo la bandera rojiblanca del Wunderteam con el escudo austríaco del águila.

Hoy, 23 de enero, se cumplen 77 años de la prematura muerte de Matthias Sindelar (10 de febrero de 1903 – 23 de enero de 1939), con tan solo 35 años y en extrañas circunstancias. También llamado el “Mozart del fútbol” por su gran elegancia sobre el terreno de juego, está considerado el mejor futbolista austriaco de todos los tiempos, estando también su figura asociada al rechazo al nazismo, ante el que mostró su oposición en un histórico episodio desarrollado en un partido de fútbol.

Nacido en Viena, su trayectoria deportiva se inició en el Hertha, pasando posteriormente al Austria de Viena, donde ocupó la posición de delantero centro. Había comenzado a jugar al fútbol de joven en el barrio obrero al que su familia se trasladó en busca de una mejor vida, y ya en aquella época fue merecedor de otro curioso apodo: “Hombre de papel”, por su habilidad para colarse entre los defensas rivales.

Matthias Sindelar fue uno de los mejores jugadores de la Europa de los años 30, además de liderar uno de los grandes equipos de la historia del fútbol: el Wunderteam, pionero de lo que después se llamó “fútbol total”.

Aquella selección fue capaz de vencer a la alemana en dos ocasiones, siéndole birlado el Mundial de 1934 tras un parcial arbitraje contra Italia. Un equipo de un potencial extraordinario que además revolucionó el mundo del fútbol desde un punto de vista táctico gracias a la visión táctica de Hugo Meisl, su entrenador.

– Papá, ¿iremos al estadio este domingo?

– ¡Tú solo piensas en la pelota! –le reprocha su madre-. ¡En lugar de cabeza tienes un balón!

– No lo sé… -contesta el padre, indeciso-. Será el último partido… Después se acabó el Wunderteam, se acabó Austria… solo quedarán los nazis.

Aquel equipo, además de éxitos futbolísticos, vivió un histórico episodio de rechazo al nazismo con Sindelar de protagonista, un gesto de dignidad y valentía que es el eje central del álbum “Fuera de juego”. Escrito por Fabrizio Silei, con ilustraciones de Maurizio A. C. Quarello y publicado por Barbara Fiore Editora, se trata de un libro que describe aquel suceso.

Nos encontramos en 1938. Tras la anexión de Austria por parte de la Alemania nazi, se programa un amistoso entre las selecciones de los dos países como forma de bienvenida a la integración de los jugadores austriacos al equipo alemán. El partido se disputará el 3 de abril de 1938 en el Estadio Prater de Viena.

A través de un hijo y su padre, que asisten como espectadores al encuentro, seguimos el hilo de los acontecimientos, desde la ilusión del niño por ver a su ídolo hasta el gesto de oposición de oposición de Sindelar ante al régimen nazi. Una decisión cuyas consecuencias serán terribles para él.

Con unas ilustraciones de gran plasticidad y realismo “Fuera de juego” recorre aquellos trágicos días de la historia europea a través del gesto de valentía de uno de los grandes del fútbol europeo. Como leemos en la sinopsis, Sindelar se atrevió a decir “No” a “aquello que le parecía injusto, manifestando con sus goles y su actitud su rechazo a un régimen político basado en la destrucción de aquellos que pensaban diferente”.

Marcus hojea sus recortes sobre la gesta del Wunderteam, el equipo fantástico. Austria-Hungría: 8-2. ¡Qué día! Austria-Inglaterra: recuerda el magnífico gol marcado por Sindelar en esa ocasión.

Viena estalló como un río desbordado, llevando a hombros a su campeón, EL MÁS GRANDE DEL MUNDO.

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FICHA TÉCNICA

Título: Fuera de juego. Matthias Sindelar, un héroe de su tiempo

Autor: Fabrizio Silei

Ilustraciones: Maurizio A.C. Quarello

Editorial: Barbara Fiore, 2013

Formato: 31 cm., 40 páginas, ilustrado

Encontraréis un interesante artículo sobre el episodio descrito en el libro que fue publicado por el diario El País en este enlace.

Y también encontraréis numerosos vídeos sobre Matthias Sindelar y el Wunderteam en YouTube. Uno de ellos es el que podéis ver a continuación, y cuyo título no podía ser más adecuado para hablar del «Mozart del fútbol«: «Sindelar en Do mayor«.

18 de enero y «El milagro de Castel di Sangro», de Joe McGinniss. Contra Editorial

 

 

“En 1994 viajé a Italia persiguiendo una recién inaugurada pasión. La primera semana de diciembre, cogí un tren de Padua a Roma, donde cuatro después mi nuevo amigo Alexi Lalas iba a jugar al fútbol”.

 

Así comienza el prólogo de “El milagro de Castel di Sangro”, sin duda una de las mejores lecturas para saltar al terreno de juego del fútbol y la literatura. Escrita en 1999 por Joe McGinnis, y publicada a finales de 2014 por la Editorial Contra, se trata de un libro en el que se describe el nacimiento de una pasión que cambiaría la vida del autor.

En la sinopsis del libro leemos:

 

EL MILAGRO DE CASTEL DI SANGRO

UN CUENTO DE PASIÓN Y LOCURA
EN EL CORAZÓN DE ITALIA

Joe McGinniss

Durante el Mundial de fútbol de 1994 celebrado en EE. UU., en Joe McGinniss, contraviniendo la histórica desidia norteamericana hacia el fútbol, nació una pasión que cambiaría su vida. Descubrió las emociones exacerbadas que mueve este deporte, descubrió el calcio italiano y sucumbió ante la clase y el estilo de Roberto Baggio, que brilló y fracasó en aquel Mundial a partes iguales.
Poco después, siendo ya un converso al balompié en toda regla, supo de la gesta de un pequeño equipo de una población de apenas cinco mil habitantes perdida en medio de los agrestes Abruzos italianos. El Castel di Sangro Calcio hizo realidad una proeza inaudita: pasó en pocos años de las profundidades de la liga amateur —Campionato Promozione, Terza Categoria— a la Serie B de la liga profesional (el equivalente a la Segunda División española). El coraje, talento y arrojo de un equipo de jóvenes liderados por el aguerrido y brutal Osvaldo Jaconi logró un hito que pasaría a los anales de la historia del fútbol.
McGinniss quiso inmortalizar aquella increíble hazaña y se trasladó al pequeño y gélido pueblo para dar cuenta de la gloriosa temporada 1996-1997 del Castel di Sangro, que tendría que enfrentarse a algunos de los mejores combinados del fútbol italiano.
El milagro de Castel di Sangro es el retrato de esa temporada épica, y es probablemente uno de los libros que mejor ha capturado la pasión del fútbol. A partir de un retrato casi felliniano de los personajes —los jugadores, el entrenador, los habitantes del pueblo, la oscura organización que controla el equipo, con actividades paralelas propias de la mafia—, McGinniss construye un fresco coral memorable, teñido de alegría, desolación, misterio,
crimen, muerte y todo el drama que destila el fútbol en estado puro.

 

Imagen de www.klear.com

 

Cualquier día es bueno para introducirse entre las páginas de esta apasionante historia. Por ejemplo, hoy mismo, 18 de enero, y viajar en el tiempo hasta otro 18 de enero, el que encontramos reflejado en el libro de la siguiente manera:

Llegué de vuelta a Roma el 18 de enero, un sábado. Christian vino a buscarme al aeropuerto. La primera pregunta que le hice fue cómo. ¿Cómo aquel conjunto de mediocridades desconsoladas, abatidas, sin Lotti, se había transformado en un equipo capaz de vencer al Lecce, a la Salernitana y al Génova en dos semanas?

                – Es Pippo y Danilo, Joe. Ellos es la causa.

                – ¿Qué quieres decir?

                – Sus espíritu. Nos levantas a todos. Los jugadores dicen: «Tenemos ahora el recuerdos de Pippo y Danilo, y a esto debemos dar todo nuestro cuore», ¿no? «No podemos hacer el disonore de sus nombres.»

                – ¿Quieres decir que los han inspirado?

                – Inspirati, si. ¿Recuerdas cuando Giuseppe escribes «tenemos el jugador número doce ahora porque Joe es vuelto»? Bueno, no seas insulto, pero con Pippo y Danilo es la veritad, no las tonterías de Giuseppe. Y ahora tenemos no el jugador número doce, sino el número treces, Pippo y Danilo. Cada partido dedica a ellos, así que cada partido nosotros ganamos porque ispirano a nosotros desde paradiso.

                Esperé el guiño de Christian y su sonrisa irónica de complicidad, porque aquel joven no era un crédulo inocente. Pero no hubo nada parecido.

                – Somos i lazzarati, Joe –dijo con seriedad-. La muerte de Pippo y Danilo nos ha levantato de los muertos. ¿Crees que yo bromas? Espera, Joe. Mañana verás, en Pescara.

Un libro de lectura imprescindible, que fue uno de los once finalistas en la edición del año pasado del «Libro del año» de la Revista Panenka.

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15 de enero, y el ‘derbi de la calderilla’

 

Imagen de www.lavanguardia.com correspondiente a un derbi de 1929

 

Dejamos atrás la sobredosis de derbis entre Barça y Espanyol de los últimos días. Tres partidos que como acostumbra a suceder en encuentros de estas características suelen estar impregnados de más bronca y polémica que de juego.

Casualmente, en el número 47 de la revista Panenka, dedicado de forma monográfica a los radicales en el mundo del fútbol, encontramos un artículo firmado por Toni Padilla y cuyo título es “Hooligans en blanco y negro”. Se trata de un texto en el que se describe la situación en la Barcelona de los años 20, “ciudad de pistoleros y anarquistas que alumbró también los primeros grupos radicales: la Peña Ibérica, del Espanyol, y la Penya Ardévol, del Barça”.

En el texto aparece una fecha, la del 15 de enero de 1925. Es decir, que se cumplen hoy 91 años de uno de los episodios descritos en el artículo. Un momento inmejorable para que busquéis la revista y os leáis el texto.

El fragmento en el que se cita la fecha es el siguiente:

“Fue el famoso ‘derbi de la calderilla’, llamado así por la cantidad de monedas lanzadas. Fue un auténtico escándalo. Tanto, que el partido no se pudo acabar hasta el 15 de enero de 1925, sin público por orden de las autoridades militares. A partir de ese encuentro la presencia de miembros de la Guardia Civil se dobló cuando jugaban Barça y Espanyol, ya que los miembros de ambas peñas se buscaban. En los años 20, las agresiones a hinchas rivales empezaron a ser constantes”.

Panenka 47

Cuando hayáis acabado (y disfrutado) con la lectura del artículo continuáis con el resto de la revista, que hoy es viernes y tenemos todo un fin de semana de fútbol y literatura por delante.

Aquí tenéis el booktráiler del número 47 de la revista:

«Blade Runner» y la literatura futbolera

 

Imagen de www.ferplei.com

 

Jordi Puntí, destacado jugador de este Fútbol Club de Lectura, habló de mí el pasado día 8 en su artículo “El futuro ya está aquí” publicado en El Periódico de Catalunya. Quizá lo hizo sin saberlo (o sí, ves a saber), pero lo importante es que lo hizo, y que quien lo sabe es quien debería saberlo: es decir, yo.

Como la temática de este blog es el fútbol y la literatura y no los jeroglíficos iré al grano y os explicaré lo que sucedió. El caso es que nada más comenzar el citado artículo hizo una alusión directa hacia mi persona, sí, sí, ya en la primera línea, justo cuando se refiere a los seguidores empedernidos de la película “Blade Runner”, de Ridley Scott, y entre los cuales me cuento.  Supongo que entendéis la inmensa emoción que en ese momento me embargó, pues no todos los días es uno objeto de la atención de un escritor. Me entendéis, ¿verdad?.

El caso es que en ese artículo explica Jordi Puntí que Roy Batty -uno de los protagonistas del film- nació, justamente, ese mismo día: el 8 de enero de 2016. Y que dentro de cuatro años (esa es la duración de los Nexus 6, generación de replicantes a la que Roy pertenece) su vida se extinguirá, perdiéndose igual que lo hacen las lágrimas en las gotas de lluvia.

Imagen de www.ilmanifesto.info

Y ahora, la pregunta es: ¿y qué pinta la fecha de caducidad de unos androides con aspecto humano en un blog sobre lecturas futboleras? ¿Acaso se está preparando una segunda parte de «Blade Runner» con escenas futbolísticas?

La respuesta a la segunda pregunta es ‘no’ (que yo sepa). En cuanto a la primera cuestión, la verdad es que existe una curiosa y cierta relación entre Blade Runner y la literatura futbolera.

Antes de continuar, tomaros un descanso y leed algo como dios manda. Así que disfrutar con el artículo de Puntí.

«El futuro ya está aquí»

JORDI PUNTÍ

El Periódico de Catalunya – Viernes, 8 de enero de 2016

Si usted es un seguidor empedernido de la película ‘Blade runner’, de Ridley Scott, quizá sepa que el 8 de enero del 2016 es un día importante: esta es la fecha de creación del replicante Roy Batty, el modelo de Nexus 6 programado para vivir cuatro años y que, tras rebelarse y volver a la Tierra, se convierte en un fugitivo. Dentro de cuatro años reales, pues, llegará ese momento culminante en el que Roy, a punto de morir, suelta el famoso monólogo de las lágrimas en la lluvia. Pero de momento ya tenemos la excusa perfecta para ver de nuevo la película.

El paso del tiempo es implacable y al final la ciencia-ficción siempre se convierte en ciencia o en ficción. Nos dejamos engatusar por sus juegos, pero cuando el futuro se convierte en presente suele ser una mezcla entre fascinante y decepcionante. Hace unos meses llegamos al día clave de ‘Regreso al futuro’, de Robert Zemeckis, y muchos lo aprovecharon para convertirlo en una fiesta de la fantasía. El efecto de ‘Blade Runner’ es menos alegre: no tenemos replicantes, ni coches voladores, pero su escenografía era tan potente y verosímil que la realidad a menudo nos hace pensar en ella. Más allá de la intriga, hoy ‘Blade Runner’ es el caos de la hora punta en las megalópolis del siglo XXI, las pantallas gigantes que iluminan la noche eterna, la lluvia inesperada y persistente del cambio climático…

El paso del tiempo es implacable y al final la ciencia ficción siempre se convierte en ciencia o en ficción

En 1948, cuando George Orwell publicó ‘1984’, le debió parecer que invertir los números era suficiente para situar la distopía en un futuro lejano pero amenazador -no iba mal-. En 1968, cuando Stanley Kubrick adaptó un relato de Arthur C. Clarke y le puso ‘2001: una odisea del espacio’, el siglo XXI era un misterio donde los ordenadores podían tener personalidad. Cada vez es más arriesgado jugar con el futuro, porque ahora llega más rápido que antes para desmentir o, peor, confirmar las premoniciones. Es más seguro imaginarse el año 2540, como Aldous Huxley en ‘Un mundo feliz’, o como en esa canción pegadiza que Zager & Evans cantaban en los años 70: «En el 3535 no hará falta decir la verdad ni mentir, todo lo que pienses, hagas o digas estará en la pastilla que te hayas tomado hoy”.

Blade Runner y el fútbol

La literatura futbolera no solo sirve para conocer asuntos relacionados con el fútbol. Afortunadamente, en las páginas de cualquier lectura con el fútbol como tema central podemos encontrar mucho más que los simples devenires de un balón. Si el fútbol es un reflejo de la vida («La vida no es sino un partido de fútbol”, decía Walter Scott) inspirarse en este deporte para llenar páginas y páginas no puede ser más que una fuente inagotable de contenidos.

Pero, además, con este tipo de libros también se aprenden otras muchas cosas, puesto que además de las alusiones puramente futbolísticas (un partido, un equipo, un gol…) en ellos encontramos también otro tipo referencias: a lugares, a sucesos históricos, a obras literarias, a personajes, a canciones… y a películas de cine.

Y entre las citas cinematográficas, ¿sabéis cuál es la película con la que más veces me he topado en este tipo de libros? Premio: con «Blade Runner«.

 A continuación, las pruebas.

«El delantero centro fue asesinado al atardecer», de Manuel Vázquez Montalbán 

En «El delantero centro fue asesinado al atardecer«, del gran Manuel Vázquez Montalbán, encontramos una referencia directa a la película pese a que no llega a ser citada, una descripción que si no eres muy friqui (a lo Puntí) de la película posiblemente no consigas identificar. Es la siguiente:

«Luego, en la calle, el aire fresco del atardecer olía a gasolina y cubos de basura, aire estancado que no conseguía impedir del todo el resol del poniente. Recordó de pronto una película de ciencia ficción que había visto hacía algún tiempo, entre tinieblas de una ciudad contaminada los héroes se persiguen y se matan, una batalla entre hombres y robots de apariencia humana que de pronto termina con un viaje de huida del chico y la chica, hacia el sol, hacia el capo, de pronto de nuevo la luz, como si la ciudad fuera el fondo de un pozo. Pero tenía salida.»

«Las cuatro torres», de Leandro Pérez. Planeta, 2014

«Una novela negra, futbolera y sentimental. Y además, muy bien escrita«. Esto es lo que afirma Arturo Pérez-Reverte sobre esta obra sobre la que publiqué este artículo. Entre sus páginas, hacia la mitad del texto, encontramos lo siguiente:

«En cuanto llegó al estudio, Torca cogió un bolígrafo para anotar todo lo que recordaba del disco duro. Un cuarto de hora más tarde miró el papel. Sólo había puesto la fecha. Madrid, 31 de octubre de 2011. Y no se había quedado en blanco, pero no sabía por dónde empezar. La memoria, caprichosa y volátil, le recordaba el monólogo del replicando de Blade Runner: «Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir».

 

 «Los once de la tribu», de Juan Villoro

Juan Villoro es otro de los cracks de la literatura futbolística. Es el autor de dos obras imprescindibles para los amantes de este tipo de lecturas: «Dios es redondo«, y la más reciente «Balón dividido«. Así mismo, entre su producción encontramos otra obra cuyo título no deja dudas ante su tendencia futbolera: «Los once de la tribu«.

Publicado en 1995, se trata de una recopilación de artículos en la que tienen cabida tanto crónicas futbolísticas como de otros aspectos relativos a la cultura de masas, como el rock o el arte.

Sin ser una obra totalmente futbolera, tanto la portada como algunos de los artículos interiores sí lo son. Y aunque no sea precisamente en estos dónde aparece, también entre las páginas del libro encontramos dos referencias a «Blade Runner«.

La primera de ellas es en el artículo «Los quince minutos de Andy Warhol«:

«El siglo XX inventó a las celebridades, es decir, a las personas famosas por ser famosas. Andy Warhol captó a la perfección su carácter superficial y se convirtió en el pintor de Corte de quienes disponían de más de siete cifras en el banco. Como Goya al retratar a los Borbones de hiperquijada, no dejó de criticar a sus acaudalados modelos. Las caras en serie, pintadas con dos o tres ayudantes, transformaron a los célebres del planeta en fantasmas de sí mismos, figuras creadas por una inteligencia artificial, como los replicantes de Blade Runner».

Y la segunda en la crónica «Las piedras tienen la edad del fuego«

«Empieza a oscurecer y los fotógrafos buscan un último ángulo del escenario diseñado por Mark Fisher, una fantasía metálica, presidida por una cobra de treinta metros que si no estuviera tan pulida podría decorar algún rincón de Blade Runner».

Dos referencias más en un libro titulado «Los once de la tribu» con la silueta de un futbolista conduciendo un balón. Sirven, ¿no?

 

La sintonía del programa «Fútbol de primera»

Y por si todavía quedan dudas sobre la vinculación entre «Blade Runner» y el fútbol recordaros que en la televisión argentina existía un programa, «Fútbol de primera«, cuya sintonía musical era, adivina adivinanza, una de las canciones más conocidas de la banda sonora de la película.

 

CONCLUSIONES

Como podéis ver, la relación entre «Blade Runner«, el fútbol y la literatura futbolera es estrecha. Que tres autores del nivel de los descritos acudan a la misma película para incorporarla a sus obras no puede ser casualidad. Por eso, y a modo de conclusión, solo me resta acabar este artículo con tres observaciones finales.

  1. «Blade Runner» está parcialmente inspirada en la novela «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?«, escrita en 1968 por Philip K. Dick. La pregunta es: si el autor hubiera sido futbolero, habría cambiado el título a «¿Sueñan los futbolistas con balones eléctricos?«.

2. Además de la de Roy Batty en la escena final, la película está repleta de frases inolvidables. Una de ellas tiene lugar cuando Roy va a visitar a su creador para intentar que le ayude a alargar su longevidad. Un momento de gran intensidad en el que la respuesta del ‘dios de la biotecnología, el responsable de la Tyrell Corporation, es:

«La luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo. Y tú has brillado con mucha intensidad, Roy.»

Una magnífica frase aplicable a muchos ámbitos y situaciones de la vida excepto a uno: la longevidad en el rendimiento de Leo Messi, para quien el paso de los años no parece ser inversamente proporcional al brillo de su juego.

3. Para terminar, si Roy Batty fuera un replicante construido con el objeto de jugar a un fútbol futurista (como podría ser el que se describe en «Fuera de juego», de Enki Bilal), quizá la frase final de la película habría quedado de la siguiente manera:

 

«Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar defensas cerradas más allá del punto de penalti. He visto rabonas, bicicletas y elásticas brillar en la hierba cerca de la portería de los mejores guardametas. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia».

 

10 de enero: un día particular en el fútbol y la literatura

 

 

Imagen de www.es.diccionariodefutbol.wikia.com

 

Si no fuera por el Balón de Oro ganado por Messi el año 2010, podría decirse que el día 10 de enero es una fecha, cuando menos, algo conflictiva en el calendario del fútbol y la literatura. Con esta afirmación no me estoy refiriendo a que todo lo sucedido en tal día a lo largo de la historia del fútbol haya sido negativo. Lo que quiero decir es que cada vez que he tropezado con esa fecha en alguna lectura relacionada con el fútbol, lo que describía no era, precisamente, de grato recuerdo.

Este, digamos, parentesco de malos augurios con combinaciones del calendario como “martes y trece” no es reciente, sino que viene ya de antiguo. Desde 1540, exactamente, y tiene que ver con los mismísimos orígenes de la palabra “fútbol”:

“La palabra “football” no nació como la denominación inglesa del juego como comúnmente se entiende, sino como la pelota con que se juega. De acuerdo con un documento del 10 de enero de 1540 de la ciudad de Chester, era costumbre que los martes de carnestolendas los zapateros retasen a los fabricantes de paños a un partido. En ese documento, que marca ese día como uno de los más tradicionales tanto en Chester como en Derby y otras ciudades para la disputa del partido, se hace una condena de estas “mal dispuestas personas” que causaban a la ciudad notables alteraciones de orden público. Por entonces ya se habían producido repetidas condenas de este juego por parte de los reyes.

         El partido al que se refiere el documento de Chester iba a jugarse con una ball of letter (leather), caulyd a foutbale –pelota de cuero llamada fútbol- y de la denominación del balón, como se ve, tomó nombre el deporte.”

En “Un mundo de neologismos”, capítulo 4 de “Épica y lírica del fútbol”, de Julián García Candau

Imagen de www.es.fifa.com

Casi cuatrocientos años después, el 10 de enero continúa generando material para la literatura futbolera. Y no precisamente para describir grandes gestas o momentos gloriosos, sino, más bien, para destacar uno de los aspectos que envuelven este deporte: la rivalidad.

“Los grandes duelos traspasaron la frontera de la ciudad y se extendieron ala provincia y, luego, se ampliaron a la región. Bilbaínos y donostiarras comenzaron a zaherirse casi en el principio de los tiempos futbolísticos. En 1910, tras un partido entre el Athletic y la Real, ganado por el primero, tuvo como estrambote esta nota de la junta directiva: “El Athletic muestra su agradecimiento al club donostiarra y al público de preferencia. No así al de general, por haber tenido varias muestras de incultura, como la de apedrear a nuestro equipo a la salida del campo”.

         El periódico La Crónica de San Sebastián, el 10 de enero de 1916, relató lo sucedido en Bilbao de esta manera: “Nunca hubiésemos creído que en el pecho bilbaíno residieran gérmenes tan bajos como los exteriorizados ayer en San Mamés. Ni hubiéramos pensado que, cual borregos, cumplieran exactamente las sandeces, ruines y venenosas que unos cuantos “zulús” les han expuesto, diciendo de todo menos lo que es ‘sport’”.

En “Derbis y coplas”, capítulo 18 de “Épica y lírica del fútbol”, de Julián García Candau.

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Una rivalidad que en ocasiones se ha convertido en una de las grandes lacras del fútbol, como sucede en torno al 10 de enero que encontramos en otra página:

10 de enero de 2005. El colegiado del encuentro Real Madrid-Atlético de Madrid, Alfonso Pérez Burrull, incluye en el acta del partido la emisión de sonidos simiescos procedentes de la grada cada vez que un jugador negro tocaba el esférico. Reproduciéndose los hechos acontecidos con anterioridad, tanto en el Coliseo Alfonso Pérez de Getafe como en el estadio Carlos Belmonte de Albacete.”

Carles Viñas, en “El mundo ultra”. Temas de Hoy, 2005

Imagen de www.pasionfutbol.com

E incluso ese día, el 10 de enero, aparece vinculado a una prohibición: la de contratar extranjeros:

“En nuestro fútbol no siempre ha sido posible la contratación de extranjeros. En este país, como en algunos otros, ha estado prohibida en algunos períodos. En 1962, tras el fracaso del Mundial de Chile, se decidió cerrarla. Era el ocaso de los fabulosos Di Stéfano, Kubala, Puskas y demás, y nuestra liga había salido de aquel período de oro arruinada. El Barça tuvo que vender a Suárez, el Madrid a Del Sol y el Atlético a Peiró para restablecer sus finanzas. Se decía, además, que junto a aquellas gloriosas figuras se había contratado a mucho mediocre que cerraba el paso a los jugadores españoles, así que la Delegación de Deportes decidió prohibir la importación de jugadores”.

Fragmento de “10 de enero. Llaudet contrata un chófer negro (1967)”, en “366 Historias del Fútbol Mundial que deberías saber”, de Alfredo Relaño. Editorial Martínez Roca, 2010.

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Por suerte, el 10 de enero también ha servido para recoger la recompensa a la creación artística sobre un terreno de juego:

“Aseguran quienes le conocen que aquel 10 de enero fue uno de los días más dichosos de su carrera por la sorpresa del resultado, por su incapacidad para tener una respuesta preparada, instado a improvisar, igual que si hubiera ganado un inesperado Oscar. A veces, como en su caso, la imprevisibilidad consiste en volver a ganar. Messi se sintió más niño que nunca en un acto montado por adultos. A falta del cuero, no extrañó que le temblaran las piernas y se recogiera sin mentar a Iniesta y a Xavi, aparentemente predestinados a competir por el trofeo. La hinchada española del Barça suspiraba por Iniesta, nacido en Fuentealbilla, autor del gol que había dado la Copa del Mundo a la Roja, favorito de la prensa extranjera, mientras que Catalunya apostaba sobre todo por Xavi, hijo de Terrassa, extensión de Guardiola en el campo, santo y seña del juego, el joven políticamente correcto del país. El Balón de Oro parecía por una vez un asunto de un catalán o un español y no de un extranjero”.

Fragmento de “¿Un cuento o un relato?”, por Ramón Besa, en “Cuando nunca perdíamos”.

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Como resumen, espero haberos podido demostrar que tras estos cinco extraños sucesos se oculta una conspiración literario-futbolística de dimensiones desconocidas, una gigantesca trama paranormal de intenciones estrambóticas cuyas consecuencias todavía no estoy en disposición de adelantar.

De momento, permaneceré alerta al desarrollo de los acontecimientos y esperaré vigilante la llegada del 10 de enero de 2017.

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«Libre directo», Pepe Albert de Paco y los inescrutables designios de la literatura futbolera

 

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Lo advierto. Cualquier día de estos me lío el blog a la cabeza y fundo una secta, la de los adeptos a la idea de que “Los designios de la literatura futbolera son inescrutables”. No hablo en broma. «¿Y por qué?«, presiento que preguntan por el córner. Pues porque, chavales (como diría Wild Frank), a mi no es que me pasen cosas raras. No. Lo que a mi me pasa supera lo indescriptible. Reíros de las caras de Bélmez, de las líneas de Nazca o de los ovnis (supuestos) que en 1954 sobrevolaron el estadio Artemio Franchi de Florencia obligando a suspender el partido que en aquel momento se estaba disputando. Lo mío es todavía mucho más raro. O inescrutable, si lo preferís.

Va, que os pongo un ejemplo.

El domingo 3 de enero (es decir, hace tres días) el Real Madrid visitaba el estadio de Mestalla para enfrentarse al Valencia en partido de Liga. Me pareció una buena ocasión para publicar algo en el blog sobre el enfrentamiento entre ambos equipos, alguna cosa relativa a un Valencia–Real Madrid al que se hiciera referencia en algún libro de literatura futbolera.

Supuse entonces que quizá encontraría algo en “La balada del bar Torino” de Rafa Lahuerta. Tratándose de una obra que gira en torno a una trayectoria vital en la que Mestalla y el equipo ché forman parte parte esencial me pareció que habría muchas posibilidades de encontrar alguna vivencia vinculada a ese partido.

Y hete aquí que tomando el libro entre mis manos comencé a pasar páginas, a ojearlas y hojearlas, hasta que mis ojos fueron a aterrizar en el capítulo 46, cuyo título es “La chica del café Lisboa”. Allí, entre el bosque de palabras de aquella página, topé con lo siguiente:

“Me gusta estar solo en estas tardes de invierno. Escucho Nostalgia de Bell Ville, la canción de La Gran Esperanza Blanca que inmortaliza el debut de Kempes en Valencia. No espero milagros. Son las 18:35 del sábado 25 de enero de 2014. En un rato me iré a Mestalla para sufrir el Valencia-Espanyol. Cada vez que jugamos contra el Espanyol pienso en Libre directo, el libro de mi buen amigo José María Albert de Paco. Es una joya poco común. Un texto indispensable para cualquier futbolero.”

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Tomé buena nota de aquella recomendación literaria, ya que se trata de un libro cuya existencia desconocía, y comencé a investigar al respecto. Entre las referencias que encontré por la red destacaré dos: la primera, un artículo escrito por el propio autor hablando del libro en la revista Jot Down.

Y la segunda, una oferta de venta de un ejemplar del libro en Amazon, aunque bien podríamos estar hablando de Sotheby’s, ya que el precio de venta que aparece es de … 590€!

Libre Directo Amazon

Al día siguiente, 4 de enero, decidí publicar una breve referencia a la relación de Albert Camus con el fútbol, aprovechando que ese día se cumplían 56 años desde su fallecimiento. A media mañana publiqué el artículo y lo compartí a través de facebook y Twitter.

Al cabo de poco recibí un aviso de que el tweet había sido retwitteado desde los perfiles de Patricia Cazón, Veva y Alfonso Morillas (este soy yo, jeje). Y justo al cabo de pocos minutos, se publicaba un nuevo tweet desde el perfil Veva, en el que se avisaba a alguien de que quizá podía interesarle la página del Fútbol Club de Lectura. Y aquí aprovecho para agradecer a Veva que considere que este espacio pueda tener algún tipo de interés 😀

El caso, volviendo al suceso paranormal, es que a quien iba dirigido ese tweet informativo es… ¡Pepe Albert de Paco, con quien apenas hacía unas horas que me había tropezado en el libro de Rafa Lahuerta!

Like tweet Pepe Albert de Paco

¿Qué os parece el episodio? No me digáis que no tiene gracia la cosa.

Es lo que digo: los designios de la literatura futbolera son inescrutables.

(NOTA: incluí «Libre Directo» en mi carta a los Reyes Magos. Respuesta: «amigo, mira a ver si el gordo de rojo te lo puede conseguir, porque a nosotros se nos va de presupuesto»).

Carta a los Reyes Magos del Fútbol y la Literatura

Queridos Reyes Magos de la Literatura Futbolera:

Como creo que este año me he portado bastante bien, aquí va la lista de libros que me gustaría incorporar a la plantilla del Fútbol Club de Lectura.

 

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1. «La vida es un balón redondo«, Vladimir Dimitrijevic, Sexto Piso, 2010
2. «Cuentos a patadas«, José Urriola, Ediciones Ekaré 2015
3. «No ho expliquis a ningú«, Joan Portell Rifà, Animallibres, 2015
4. «Cañonazo en la tormenta«, Adela Pérez Lladó, Estrella Polar, 2015
5. «Desde los ojos de Lucas«, Juan Carlos Quezadas, A Buen Paso, 2015
6. «Manual de fútbol«, Juan Tallón, Sexto Piso
7. «Maldito United«, David Peace, Contra 2015
8. «Libre directo«, Josep Maria Albert de Paco, Pearson Educación 2004
9. «Los caballos de Dios«, Mahi Binebine, Alfaguara, 2015
10. «Soy Zlatan Ibrahimovic«, David Lagercrant, Córner, 2015
11. «Els àngels juguen a futbol«, Joan Sala i Vila, Tèmenos, 2014

Os prometo que esta noche me iré a dormir bien prontito.