Literatura y deportes inventados

El pasado miércoles, en la sección de literatura deportiva del programa Radioestadio Catalunya de Albert Arranz, en Onda Cero Catalunya, hice referencia a obras en las que aparecen juegos o deportes inventados.

Comparto las portadas de los libros citados, junto a las sinopsis de las editoriales y el enlace al audio del programa, por si os apetece escucharlo.



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Quidditch a través de los tiempos, de J. K. Rowling. (Salamandra Infantil y Juvenil, 2001)

Si alguna vez te has preguntado de dónde proviene la snitch dorada, cómo adquieren vida las bludgers o por qué los Wigtown Wanderers llevan un cuchillo de carnicero dibujado en el uniforme, entonces querrás leer Quidditch a través de los tiempos.

Los beneficios de la venta de este libro se destinarán a Comic Relief, que utilizará tu dinero para continuar salvando y mejorando vidas, un trabajo que es aún más importante y sorprendente que los tres segundos y medio que tardó Roderick Plumpton en capturar la snitch dorada en 1921.


El Atlético Invisible, de Terry Pratchett (Plaza Janés, 2004)

Ante los drásticos recortes que amenazan su estilo de vida, los magos de la Universidad Invisible de Ankh-Morpork se ven obligados a doblegarse a la voluntad de Vetinari, el tirano benévolo de la ciudad, y a reanudar la tradición futbolera de su institución. Pero cuidado… ¡No podrán recurrir a la magia! Por suerte, cuentan con la ayuda de cuatro trabajadores: Trev, un simpático gamberro que lleva el fútbol en la sangre; Juliet, una hermosísima chica algo pánfila, pero de buen corazón, cuyo debut como modelo revolucionará la moda; Glenda, la imprescindible cocinera de noche; y el señor Huebo, cuyos orígenes son un misterio para todos, incluso para él mismo.

Al acercase el día del gran partido sus vidas cambiarán para siempre, mientras que el juego que tanto fervor despierta entre sus conciudadanos quedará sutil pero inconfundiblemente transformado.

¡Oééé, oé, oé, oééééé…!


Los juegos del hambre, de Suzanne Collins (RBA, 2009)

En una oscura versión del futuro próximo, doce chicos y doce chicas se ven obligados a participar en un reality show llamado Los Juegos del Hambre. Solo hay una regla: matar o morir. Cuando Katniss Everdeen, una joven de dieciseis años se presenta voluntaria para ocupar el lugar de su hermana en los Juegos, los entiende como una condena a muerte. Sin embargo, katniss ya ha visto la muerte de cerca y la supervivencia forma parte de naturaleza. Una de las sagas más exitosas de todos los tiempos reunida en un atractivo estuche para coleccionistas. Incluye los libros: Los juegos del hambre, En llamas, Sinsajo y Balada de pájaros cantores y serpientes.


Frío Ecuador, de Enki Bilal (Norma Editorial, 2003)

Punto final a la serie que consagró a Bilal a nivel mundial. FRÍO ECUADOR fue declarado libro del año en Francia en 1992, y ahora se reedita en cartoné para los amantes de este autor y sus fantasticas y sugerentes historias. En este caso,Alcide Nikopol viaja por el mundo gracias a sus habilidades como deportista de élite,siempre acompañado por el altivo y cruel Horus. Mientras, su hijo Niko, de su misma edad, le sigue la pista.


Béisbol en acción‘ de Paul Auster (en «A salto de mata«, Anagrama, 1998)

Paul Auster es un escritor que siempre se ha implicado en su literatura, ya fuesen ensayos o novelas. Baste recordar que en Ciudad de cristal, el primer volumen de la mítica Trilogía de Nueva York, la identidad del escritor era un enigma más de la novela: Quinn, el supuesto autor del libro, es tomado por un detective llamado Paul Auster, y decide asumir la identidad de éste.

En A salto de mata, la narración autobiográfica que inicia este volumen, se cuenta la historia del joven escritor Paul Auster, sus años de entrada en la literatura y en la vida, hasta poco después de los treinta años y de la muerte de su padre, límite que marca el inicio de sus obras más personales y definitivas. Pero este conmovedor y a ratos también picaresco y divertido relato de las peripecias de un joven empeñado en sobrevivir sin traicionar su más profundo deseo, es también un lúcido, penetrante escrito sobre el dinero, tema bastante inusual en la literatura contemporánea. Para los padres de Auster, el dinero «siempre tenía la última palabra». El dinero hablaba, y si uno seguía sus argumentos, aprendería el lenguaje de la vida…

Pero el rompecabezas de los años tempranos de un escritor se organiza con distintas piezas, y tras esta iluminadora narración autobiográfica, el escritor propone a sus lectores tres obras de teatro en un acto, escritas en esta época de dura supervivencia; un juego de cartas basado en el béisbol, diseñado en la adolescencia y que años después pasa a ser otro desesperado intento de ganar dinero (y tiempo) para escribir, y Jugada de presión, una novela policíaca, escrita también con la misma intención, y que aunque no produjo ningún beneficio, si afinó su prodigioso oficio de escritor.

Cada una de las partes de este libro opera finalmente como un fragmento de la novela de la vida de Auster, confirmando aquello de que el estilo hace al hombre, y así podemos ver ya en aquellas obras tempranas los personajes, los giros, las líneas maestras de toda la literatura de los años que vendrían, de ese gran proyecto de «obra total» que, en una suerte de azaroso determinismo, van constituyendo cada uno de los libros y ahora también las películas de Paul Auster.


Juego de croquet‘ en «Alicia en el País de las Maravillas«, de Lewis Carroll

Escrito en 1865, «Alicia en el País de las Maravillas» es una obra que con el correr del tiempo se ha liberado de su estrecho ámbito original, vinculado a la literatura juvenil, para convertirse en un clásico de la literatura. Popularizado por las decenas de versiones que de él se han llevado a cabo, el relato que el reverendo Charles Dodgson, verdadero nombre de Lewis Carroll, escribiera para la niña Alicia Liddell, de diez años, es un delicioso entramado de situaciones verosímiles y absurdas, metamorfosis insólitas de seres y ambientes, juegos con el lenguaje y con la lógica y asociaciones oníricas que hacen de él un libro inolvidable que habría de tener una secuela equiparable, cuando no superior, en «Alicia a través del espejo».

«La sala d’estar és un camp de futbol», Josep Maria Fonalleras. Ara Llibres

 

 

Javier Marías, gran aficionado al fútbol y autor de “Salvajes y sentimentales”, una obra imprescindible para los amantes de la literatura futbolera, decía que “el fútbol es la recuperación semanal de la infancia”. Y una magnífica y emotiva recuperación de la infancia con retazos de fútbol como telón de fondo es lo que encontramos en “La sala d’estar és un camp de futbol”, de Josep Maria Fonalleras, publicada por Ara Llibres.

Últimamente pienso a menudo en mi infancia, e intento recuperar recuerdos de aquella época ya lejana que con el paso del tiempo va dejando en mi memoria un poso de paisaje casi idílico. Una infancia en la que como en tantos y tantos otros niños el fútbol en la calle, en el patio del colegio, con porterías improvisadas, en cualquier rincón y bajo cualquier excusa lo acababa invadiendo todo.

La manera més pràctica de saber si ha estat gol és comprovar-ho amb l’empremta que la pilota deixa a la paret. Ha d’haver plogut, és clar, i el terra encara ha d’estar moll, perquè, si no, al pati dels Maristes sempre hi ha discussions.

Los partidos interminables hasta que la noche caía y casi ya no se veía la pelota, las carreras detrás de una pelota con un bocadillo en la mano, los rasponazos en las rodillas, los marcadores infinitos, las colecciones de cromos y la admiración por los jugadores que veíamos tan inalcanzables, los encuentros improvisados en un pasillo…

 Imagen de www.eltravesser.cat

Una recuperación de ese fútbol de la infancia encontré en “Fuera de juego” y “La inmensa minoría”, dos magníficas obras de Miguel Ángel Ortiz y con las que tanto me identifiqué. Y algo muy parecido me ha ocurrido con el libro de Fonalleras, lleno de elementos, salvando las distancias, tan cercanos a mi niñez: los míticos madelman, el clásico Scaléxtric, el salvador Vicks Vaporub, las liturgias habituales en las familias de hace cuarenta años, el miedo al corte de digestión, las relaciones vecinales, y otros muchos elementos fácilmente reconocibles para quienes conocimos aquellos tiempos.

«En el joc, els jugadors que s’estan quiets, la gespa és  de color verd plàstic, molt lluent. El porter es pot moure amb una guia que el fa anar a dreta i esquerra, i els futbolistes, cadascú al seu lloc, tenen una molla als peus que els permet anar enrere per agafar impuls. És així com es fan les centrades i els xuts.

Como dice Vicenç Pagès Jordà en la reseña sobre el libro publicada en El Periódico de Catalunya y que podéis leer aquí, “Josep Maria Fonalleras no se limita a enumerar los recuerdos, pero tampoco aspira a agotarlos: con cuatro pinceladas le basta para dar fe de un tiempo y de un país.”

Y, claro está, el fútbol. “La sala d’estar és un camp de futbol” no es una novela “futbolera”, aunque, como no podía ser de otra manera, el fútbol va apareciendo de manera fragmentaria e intermitente. Pese a ello, su presencia se intuye en todo momento como parte del paisaje de la infancia del autor.

Pocos niños de aquella época deben haber sido ajenos al fútbol. De hecho, Fonalleras ha continuado cultivando esa afición, y podemos disfrutar con su serie de libros infantiles “Contes blaugrana”, una colección de seis libros publicados el año 2005 por la Fundació del Fútbol Club Barcelona y la Editorial Cruïlla, con motivo del Any del Llibre i la Lectura.

portades contes blaugrana

En el episodio del programa Vía Llibre que podéis ver a continuación aparece una entrevista con Josep Maria Fonalleras. En la introducción, se habla de que lo que hace con este libro es actuar como un entomólogo, clasificando y pasando a analizar pequeñas impresiones de su infancia. Las correspondientes al fútbol nos lo muestran prácticamente en todas sus variedades, lo que demuestra el peso que debió tener en su infancia: los partidos con botones, las improvisadas pelotas de papel prensado, los partidos en el patio del colegio, el futbolín, las pruebas para entrar en un equipo…

http://www.ccma.cat/video/embed/5515169

Una obra construida con recuerdos de infancia del autor sobre los que, tal y como él mismo define, actúa como un entomólogo, como si los observara a través de un microscopio. Un libro, en todo caso, con el que Josep Maria Fonalleras consigue completamente su objetivo de ofrecer un “canto vital” mediante la descripción de esos recuerdos de infancia.

En mi caso, ha sido un emotivo y revitalizante viaje hasta aquellos tiempos.

Imagen de www.ara.cat

Un último apunte «Austeriano»

Leo en el libro un episodio en el que se describe un concurso de aquellos tiempos que daban por la televisión los sábados por la mañana. La mecánica del juego consistía, más o menos, en que un grupo de cinco jóvenes, como si fuera un equipo de básquet, debía responder las preguntas que se le hacían.

Supongo que se refiere a “Cesta y puntos”, que estuvo en antena entre 1965 y 1971. Personalmente, cuando leí la referencia en el libro, creí que estaba siendo víctima de una de esas casualidades que tanto gustan a Paul Auster (y a mí, añado). Dejo aquí constancia de ello porque no puedo decir más, aunque espero y deseo poder un día explicar a qué me refiero. Cruzo los dedos.