«Cancerberos. Teoría y sentimiento del portero de fútbol», de José María Contreras Espuny (Ediciones Monóculo, 2024)


Diré que este libro habla sobre el oficio del portero y sobre la castidad. Y habla sobre ambas cosas porque el portero de fútbol libra una batalla desesperada contra los deseos del cuerpo; un cuerpo pulsional, empecatado y siempre en busca de la consumación.


Vladimir Nabokov, Albert Camus, Miguel Delibes, Mario Bendetti… son algunos ejemplos de escritores que jugaron en algún momento de sus vidas al fútbol, y lo hicieron ocupando la posición de portero. No sé si durante su actividad reflexionaron en torno a tan peculiar y anómala figura –un tipo con uniforme diferente del resto de su equipo, y que puede coger el balón con las manos, lo es-, pero de lo que sí estoy seguro es que no llegaron al nivel de profundidad de análisis que muestra Cancerberos. Teoría y sentimiento del portero de fútbol, de José María Contreras Espuny, y editado por Ediciones Monóculo. Una auténtica resonancia magnética y estudio psicológico de la figura del cancerbero rica en reflexiones, referencias culturales, humor y capacidad de análisis casi microscópico para definir tanto lo que forma parte del sistema solar del portero como de lo que siente y pasa por su cabeza.

Lo dice Juan Bonilla en el magnífico prólogo que abre el libro: “Un libro delicioso en el que uno aprende muchísimas cosas, se sorprende riéndose a menudo con sus comparaciones, y entre bromas, experiencias y veras, incurre en filosofía…”. Y es que nos encontramos ante una maravilla que explica lo que todo portero siente pero sería incapaz de explicar, y que sirve, también, para que el resto de jugadores de campo comprendan la idiosincrasia de tan compleja posición.


Este deporte está embrujado, cautivado por la portería, que es umbral y matriz, una excepcionalidad espacial acotada por dos puntos, un vacío atento, una oquedad ubérrima..


El libro es brillante en su análisis. Hay momentos para la intervención efectista (como haría René Higuita) y también para la parada sobria (al modo del chopo Iríbar). Los temas que se abordan son ejemplificados con casos sucedidos a porteros por todos conocidos, pero también con episodios vividos durante la etapa del autor como cancerbero. Y, además de rigor, reflexiones profundas y muy pensadas, originalidad en identificar lo que los simples aficionados no habríamos sido capaces de hacer, sin que falten los apuntes que van de la filosofía a la mitología. Y de humor. Un humor que a menudo despierta la sonrisa del lector sin perder un ápice de seriedad en lo que se escribe.

Cancerberos. Teoría y sentimiento del portero de fútbol se estructura en torno a los nueve grandes temas que podríamos considerar determinan las circunstancias de todo guardameta: la portería, la pelota, el portero, la vocación, la titularidad, el fallo, el penalti, el estilo y la parada. Cada uno de ellos es despiezado a conciencia, tratando todo lo que tiene que ver con esos aspectos hasta el último detalle. Desde el deseo de virginidad de la portería, el primigenio origen de la pelota, el ensimismamiento del portero y su soledad, los caminos que conducen a uno a convertirse en portero, la dualidad entre la titularidad y la suplencia, la maldición de las repeticiones de los errores de los porteros, el intercambio de responsabilidades entre lanzador y guardameta ante el penalti, la controversia entre porteros palomiteros y sobrios, o la imposibilidad de baremar la eficacia del cancerbero… Los citados son tan solo una pequeña muestra de la enorme cantidad de aspectos tratados.

En el libro encontramos mitología y episodios callejeros, referencias a conocidos porteros y a la poesía de Baudelaire, citas de autores y obras y hasta se asoma por el área Heinrich von Kleist, poeta y dramaturgo del romanticismo alemán a quien estudié en la asignatura de Estética cuando cursé la carrera de Historia del Arte.


El objetivo del portero no es tanto acertar como no fallar, y que, asimismo, la forma más de fallar es tener miedo a hacerlo. Y si el fallo, además de un gol, puede costarte la titularidad, el temor se acrecienta, y a más temor, más probabilidades de meter la pata.


Hasta ahora, la figura del portero había sido protagonista de varios libros. El miedo del portero ante el penalti, de Peter Handke, algún relato o poema como el que Rafael Alberti dedicó a Platko o el de Miguel Hernández. Tan solo cabe destacar, en la bibliografía porteril, el magnífico La utopía del portero, de Ángel Silvelo Gabriel, libro que reseñé aquí. Y se me ocurre que sería fantástico poder organizar un diálogo entre este último y José María Contreras. Y a esa escasa producción se suma este maravilloso Cancerberos. Teoría y sentimiento del portero de fútbol, que se convierte en un libro de referencia y lectura obligatoria tanto para los que gustan de situarse bajo palos, para quienes estén pensando en hacerlo o, simplemente, para cualquier aficionado al fútbol y la buena literatura.

Una joya de lectura. Un auténtico paradón de libro.


He ahí el dilema: salir o no salir. ¿Qué es mejor, permanecer al abrigo de la portería esperando el tiro, ya se verá si penetrante, o dar un paso al frente, oponer los brazos y procurar dar fin prematuro a la jugada? No se sabe.


«Antropología del fútbol. La cara oculta del jugador», de Alberto del Campo Tejedor (Ed. Base, 2024)


A través de la lente antropológica, este libro plasma las vidas, experiencias y opiniones de personalidades futbolísticas de nuestra Liga que me parecen sugerentes por alguna razón. Intenta trasladar una visión insospechada de los jugadores -y, en menor medida, de otros profesionales del fútbol-, alumbrando aspectos que el aficionado no suele conocer en profundidad, tanto de sus vidas futbolísticas como extradeportivas.


Egoístas, individualistas, sumergidos en una burbuja ajena a la realidad, materialistas, hedonistas… Son muchos los tópicos que se lanzan a la hora de referirse a los futbolistas. Seguramente, a la mayoría de esas definiciones no les falta razón. Pero también se acostumbra a caer en visiones simplistas y generalizadoras cuando hay que referirse a ellos. A todos, sin excepción, se les acostumbra a valorar bajo el mismo patrón, como si el hecho de ser futbolista implicara, automáticamente, que hay que ser de una determinada manera.

Como todas las generalizaciones, también esa es injusta. Y en Antropología del fútbol. La cara oculta del jugador nos encontramos ante un interesantísimo ensayo que nos muestra un buen ejemplo de ello a través de una acertada y necesaria aproximación a la figura del jugador de fútbol. Con un análisis desde una perspectiva antropológica, lo que el libro propone es mostrar las diferentes facetas que los futbolistas proyectan. No se habla aquí de las condiciones técnicas o físicas que un profesional debe tener, sino de la significación y el simbolismo que determinados jugadores, por sus particulares circunstancias, implican.


Ciertos futbolistas sirven para reflexionar sobre diferentes problemáticas, asuntos y temáticas que la sociedad considera importantes. Con su comportamiento y manera de ser, los protagonistas de este juego alumbran fenómenos como la masculinidad, la fe o el humor.


Por ejemplo, la capacidad de superación que ante una lesión se puede proyectar y el no desfallecer cuando se presentan situaciones adversas, o la preocupación ante determinados problemas sociales, o la capacidad para mantener los pies en el suelo y considerar que una cosa es ejercer la profesión de futbolista y otra muy distinta perder de vista los orígenes de los que uno procede. O, incluso, la conciencia que en tanto que personaje público se puede adquirir a la hora de promover determinados modelos de masculinidad.

Ejemplos de todo ello, y mucho más, es lo que encontramos en este necesario y clarificador libro.

SINOPSIS

A través de la experiencia propia, el trabajo de campo antropológico y un sinfín de horas de convivencia y conversación con jugadores y otros profesionales del fútbol, este libro desvela el lado insospechado de los futbolistas, tanto de sus vidas profesionales como extradeportivas. De Maradona a Cruyff, de Borja Iglesias a Mikel Oyarzabal, y muchos otros, aquí se exponen y analizan sus vivencias y opiniones, sorprendentes en muchos casos. Se plasman sus secretos y manías; sus luchas y venganzas, sus vinculaciones políticas, su concepción de la masculinidad o sus creencias; y, por supuesto, sus maneras de entender y vivir este deporte, más allá de lo que ocurre en el campo de fútbol.

En el libro también hay espacio para tratar el reflejo que determinados jugadores y entrenadores transmiten con su forma de jugar. Por ejemplo, no se percibe de la misma manera a los guerreros que a los creativos. Hay aficionados que se acaban identificando con un tipo y otros con el opuesto. Pero, en el fondo, lo que hay en esa identificación va más allá del terreno de juego, puesto que suele tratarse de visiones de enfrentarse ante la vida en general con la que se acaba congeniando más o menos. Y también se trata de la significación o el papel que para determinados clubes juegan algunos jugadores por el simple hecho de ser incorporados, como lo es el contribuir a ampliar mercados y aficionados en lugares a los que de otra manera sería de gran dificultad acceder.

Dividido en veintitrés capítulos, centrados cada uno de ellos en la trayectoria de reconocidos futbolistas, el catálogo que se expone ante el lector va más allá de las simples descripciones. Las reflexiones relacionadas con el mundo del fútbol que se van proporcionando son un perfecto complemento a lo que se describe, y el abanico de perspectivas es amplio y variado.


Lo hermoso del fútbol es que, a diferencia de algunas películas de buenos y malos, el guion del balompié es demasiado intrincado e imprevisible y, por lo tanto, admite un sinfín de lecturas, en función de la perspectiva o simplemente de quiénes sean los agraviados en cada momento.


Un libro, en definitiva, que sería muy recomendable fuera leído por los aficionados al fútbol. En él encontrarán argumentos más que suficientes para entender que antes de lanzar determinadas opiniones basadas en tópicos e ideas estereotipadas es necesario profundizar en la realidad acerca de la que se habla. Y entre las páginas de esta Antropología del fútbol encontrarán una magnífica herramienta para hacerlo.


Los antropólogos estamos felices cuando podemos desenmascarar algún hecho, cuando descubrimos que algo no es lo que parece y que la realidad no se ajusta a la imagen.


Aquí tenéis una interesante conversación con el autor en el canal Cuadernos de Sergio.