«Soy gallina. Once cuentos de fútbol azules. Soy león. Once cuentos de fútbol rojos», Varios Autores. Editorial Caballito de Acero

 

 



La globalización del mundo del fútbol ha hecho posible que te puedas encontrar en el lugar más insospechado con alguien vistiendo la camiseta del Barça, del Madrid, del Manchester o de la Juve. Sin embargo, se trata de un alcance de grandes titulares, de conocimiento de grandes nombres. En cambio, cuando intentamos ir al detalle, pocas cosas conocemos acerca de la historia o episodios más significativos de la mayoría de clubes del mundo.

En el caso del fútbol colombiano debo reconocer que mis referencias se reducen a nombres (legendarios en el mundo del fútbol) como los de René Higuita, Valderrama, el tren Valencia, Faustino Asprilla o Pacho Maturana. También, cómo no, al de Andrés Escobar por el trágico suceso de su asesinato. Y, más recientemente, James Rodríguez gracias a su paso por la liga española. Pero, más allá de esos jugadores, desconocemos la infinidad de pequeños episodios, anécdotas, vivencias, momentos de euforia y también de fracasos del universo del fútbol colombiano. Una situación, por otro lado, que es totalmente extrapolable al resto de clubes de cualquier ciudad de cualquier país del mundo.

 

 

En realidad, la esencia del fútbol sobrevive en la infinita zona que queda fuera de los grandes focos. Ahí es donde la auténtica pasión que el fútbol genera mantiene toda su vitalidad. Y ello se debe, sobre todo, a las vivencias de los aficionados, que con su inquebrantable adhesión consiguen que el balón continúe rodando y generando historias.

Se suele situar la aparición del primer hincha en la figura de Prudencio Miguelito Reyes, ‘el gordo Reyes’, seguidor de Nacional de Montevideo. El término procede de su ocupación en el estadio: era el encargado de inflar, de ‘hinchar’ los balones. La palabra, desde entonces, ha servido para definir la identificación entre un aficionado al fútbol y un equipo en concreto.

Convertirse en seguidor de un club es un fenómeno que poco tiene de racional y mucho de emocional. Seguramente, la mayoría de nosotros es capaz de identificar el momento en el que nos hicimos seguidores de nuestro equipo, con algún episodio infantil como experiencia clave. Pero lo más probable es que si nos piden que describamos y expliquemos nuestra afición nos cueste más hacerlo. Del mismo modo que es casi imposible establecer una definición acerca de qué es arte, también resulta de gran dificultad enunciar con palabras qué significa nuestra atracción por unos colores.

Una opción para hacerlo es recurrir a la literatura y la ficción. A veces, la descripción de un episodio, un recuerdo, una vivencia en forma de relato puede ser una vía de gran utilidad para que otros entiendan a qué nos referimos cuando decimos «soy de tal equipo«. Eso es, en parte, lo que nos ofrecen veintidós escritores y periodistas en «Soy gallina. Once cuentos de fútbol azules. Soy león. Once cuentos de fútbol rojos«, magnífica iniciativa en forma de libro publicado el pasado año por la editorial colombiana Caballito de Acero. Sus autores, once aficionados del Club Millonarios y once de Independiente de Santa Fe, los dos principales equipos de Bogotá que, además, comparten el estadio Nemesio Camacho, más conocido como ‘El Campín’. Y un ejemplar, el que obra en mi poder, con un simbolismo especial, pues Wilmar Cabrera, uno de los participantes en el proyecto y uno de los cracks del Fútbol Club de Lectura tuvo el enorme detalle de hacérmelo llegar.

 

 

SINOPSIS

Cuando un estadio se viste de un solo color, se apaga la algarabía y se pierde el grito de gol del contrario. Y esta es la fiesta más hermosa de todas: el gol nació para ser cantado y escuchado por hinchas, locutores, jugadores, rivales… crecer con una cancha a dos colores es aprender a convivir con la belleza de la derrota, la inmortalidad de la victoria, y la simpleza del empate. El fútbol es cosa de dos, nada tiene sentido sin el otro.

Por eso este libro es dos libros, por un lado azul, y por el otro rojo. Eso quiere decir que estaremos sentados uno al lado del otro como cuando el clásico capitalino se jugaba a dos colores, y la convivencia permitía la sonrisa burlona de la victoria, o el silencio ensimismado de la derrota. Leamos fútbol en paz, y juguemos a pensar con los pies en vez de ir por el mundo conviviendo a las patadas.

 

 

Por las páginas del libro desfila un variado catálogo de historias. Encontramos relatos en los que lo futbolístico entra en conflicto con lo amoroso; también alguno en el que la memoria que se pierde emite unos últimos destellos de lucidez gracias al recuerdo de lo que un balón es capaz de generar. Hay historias que describen los primeros pasos en el nacimiento de la afición por un club, referencias a partidos y jugadores, a maldiciones, gafes y los particulares rituales de los hinchas, incluso de especiales entrenadores interesados en la literatura… 22 cuentos futboleros unidos por un origen común: todos nacen en la afición por un equipo. Millonarios en el caso de unos, Independiente Santa Fe en el de otros. Un literario encuentro en el que es más acertado hablar de un “Once más once” que de un “Once contra once”, porque, en el fondo, los unos se necesitan a los otros, y en este magnífico partido nadie pierde, y todos (autores, aficionados de uno y otro equipo y lectores) ganan.

La relación de relatos y autores es la siguiente:

Soy Gallina

    • Alejandro Escorcia: “La no tan extraordinaria historia del argentino que nos enseñó a jugar fútbol
    • Nicolás Samper: “Esperanza
    • Stany Siruti: “La suerte de Charly Salazar
    • Felipe Valderrama: “Domingos
    • Wilmar “Gullit” Cabrera: “¡Gracias a un ángel noble y a la mismísima Santamaría!»
    • Jorge Andrés Osorio Guillot: “Los días arcanos del profe Ochoa
    • María Paula Lizarazo Cañón: “Hízose la luz«
    • Diego Caldas Triana: “El loco
    • Carlos Castillo: “La hincha
    • Diego Mauricio Cortés Zabala: “El domingo que Maricela no salió a la ciclovía
    • Ricardo Silva Romero: “Contragolpe

Soy León

    • Miguel Mendoza Luna: “Salvar a Gottardi
    • Sebastián Heredia Ferro: “¡Volveremos, volveremos!
    • Juan Francisco García: “Fuerza, Éder»
    • Andrea Salgado: “No se trata de un corazón generoso
    • Andrés Mauricio Muñoz: “Las pecas de un balón son letras
    • Mario Alberto Domínguez Torres: “Resiliencias
    • Paula Quintero: “Genealogía
    • Francisco José Restrepo: “Primer y último campeón
    • Juliana Muñoz Toro: “Final«
    • Federico Díaz-Granados: “La estrella en la memoria«
    • Santiago Rivas: “Mufa

Un maravilloso proyecto magníficamente editado que valdría la pena exportar a otras aficiones deportivamente enfrentadas. Un libro que sirve para demostrar que en el fútbol, la rivalidad bien entendida también sirve para dar a la luz proyectos tan atractivos como este.