Desde 1997, cada 24 de octubre se conmemora en España el Día de la Biblioteca, promovido por la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil y apoyado por el Ministerio de Cultura, a través de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas, en recuerdo de la destrucción de la Biblioteca de Sarajevo, incendiada en 1992 durante el conflicto balcánico.
Para los amantes del fútbol y la literatura, estadios y bibliotecas son dos de los espacios en los que dar rienda suelta a sus pasiones. Cuando las luces se apagan, los vestuarios quedan vacíos y las gradas del campo se convierten en un desierto el colectivo de aficionados al fútbol que además son apasionados lectores tienen en la biblioteca un refugio seguro.
Es el lugar en el que pueden continuar alimentando su pasión futbolera, haciéndolo desde otra perspectiva, la de la lectura que explica, interpreta e imagina lo que ha sucedido sobre el terreno de juego.
Por eso, es justo homenajear desde un punto de vista futbolero a esos lugares hacia los que peregrinar en busca de alimento en forma de libros que tratan de lo que tanto nos apasiona. Y por eso, sería una gran idea que un día el universo futbolístico rindiera un merecido homenaje al mundo de las bibliotecas, un espacio en el que el fútbol tiene su propio dorsal: el 796.332.
Ese número perteneciente a la Clasificación Decimal Universal, es el correspondiente al fútbol. Y cada vez que vayáis a una biblioteca buscando libros sobre fútbol lo que debéis hacer es buscar ese número mágico: esa combinación de cifras es la clave que abre la cueva de los tesoros, la caja fuerte de los libros sobre fútbol.
Así que, ¿por qué no promover una campaña de fomento de la lectura desde el terreno de juego, desde las camisetas de los jugadores, y que un día saltaran al campo con el número 796.332 en la espalda? Es una propuesta que desde este modesto espacio lanzo a la UEFA, la FIFA, la Federación Española de Fútbol o a quien quiera recogerla.
En resumen, que podría decirse que las bibliotecas son el nexo de unión de las dos caras de la moneda formada por fútbol y literatura. Y si hablamos de fútbol, literatura, estadios y bibliotecas, tendremos que hacer referencia al Estadio Pascual Guerrero de Cali (Colombia), el primero de Latinoamérica que dispone de… una biblioteca pública de deporte.
Sí, sí. Habéis leído bien: un estadio de fútbol con una biblioteca en su interior.
Imagen de www.bibliotecanacional.gov.co
Imagen de www.bibliotecanacional.gov.co
En la página web de Periodismo sin Afán y también en la de la edición colombiana del diario El País podéis ampliar la información sobre este equipamiento.
Imagen de www.elpais.com
La obra fue impulsada desde el Ministerio de Cultura, la Fundación Carvajal y la Alcaldía de Cali. Dispone de un área de 650 metros cuadrados y está ubicada en el ala norte de la tribuna oriental del Estadio. Entre sus objetivos principales, como no podía ser de otra manera, está el de acercar a los amantes del deporte a la lectura, disponiendo de un fondo de 2.500 libros y revistas actualizadas y 7 millones de libros virtuales.
La biblioteca está dividida en dos espacios. El primero tiene una capacidad para 80 niños de hasta seis años de edad, existiendo unos nichos para que puedan leer con sus padres, cuatro ordenadores con acceso a Internet, cuatro televisores, un proyector y libros especializados en una estantería baja, además de balones de fútbol y bolas de golf y béisbol, entre otros objetos relacionados con el deporte.
Imagen de www.caliescribe.com
El otro espacio es el juvenil, con capacidad para 100 niños, con una sala de lectura, mesas para ordenadores y tres grandes espacios de estantes con libros relacionados con las diferentes disciplinas deportivas, donados por el Ministerio de Cultura y la FIFA.
Las dos áreas tienen pisos de vinilo antideslizante para que los niños puedan estar incluso en calcetines o descalzos, y su ambiente interior permanece con temperatura climatizada y aire acondicionado.
Y para terminar una curiosidad para que no os vayáis a dormir sin haber aprendido algo nuevo. ¿Sabéis porqué se llama este estadio Pascual Guerrero? Pues porque ese es el nombre de un señor que en el año 1935 cedió unos terrenos a cambio de que se construyera en ellos un estadio.
Y ahora, la buena: ¿sabéis cuál era la profesión de Pascual Guerrero? Poeta y escritor.
Una bonita historia para explicar en el Día de las Bibliotecas, ¿no os parece?
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