“Mis amigos poetas futboleros
a veces tienen lunes desastrosos.
Da igual que sean de liga o amistosos,
si pierden sus equipos andan fieros”.
Fragmento de “Mis amigos poetas futboleros”, de Daniel Rodríguez Moya
Hoy, 21 de marzo, se celebra el Día Mundial de la Poesía, una iniciativa aprobada por la Unesco en 1999 en París. Uno de sus objetivos es el de apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y dar la oportunidad a las lenguas amenzadas de ser un vehículo de comunicación artística en sus comunidades respectivas. El día, en Europa, se conoce como la “Primavera de los Poetas”, y significa la celebración de numerosos actos en los que la poesía es la protagonista absoluta.
No he sido capaz de encontrar si en alguna ocasión se ha realizado alguna acción especial desde el ámbito del fútbol para conmemorar este día. Por ejemplo, si algún club de fútbol celebró el Día Mundial de la Poesía organizando un recital poético, o repartiendo poemas entre los asistentes al partido de esa jornada. En cualquier caso, no sería nada extraño, puesto que la relación entre fútbol y poesía ha sido constante y fructífera a lo largo de la historia.
ÁRBITROS
Y tres señores de negro,
Un pito y dos banderines:
Alcancías de improperios.
Rafael Martínez Shaw
El año pasado, con motivo del 21 de marzo, publiqué este artículo en el que además del “Poema de fútbol” de Walter Saavedra y Claudio Cherep hacía también referencia a uno de los libros imprescindibles en la biblioteca de todo amante del fútbol y la literatura: “Épica y lírica del fútbol”, de Julián García Candau.
Se trata de un trabajo que ofrece una completísima recopilación de textos de autores de todas las épocas. Desde Rabelais a Shakespeare, pasando por Machado, Alberti, Miguel Hernández, Pemán, y muchísimos otros, el libro es un completo catálogo de poemas que constituye una magnífica muestra de la relación entre fútbol y poesía.
Hoy, en este día tan especial, vale la pena volver a reivindicar el papel del fútbol como inspirador poética a través de otro libro “Un balón envenenado”, un volumen especial publicado en la Colección Visor de Poesía, en cuyo trasfondo encontramos el trabajo de dos grandes de la poesía: Luis García Montero y Jesús García Sánchez.
En la sinopsis podemos leer:
La colección Visor de Poesía tiene la costumbre de celebrar con un libro especial cada centena de títulos que alcanza su catálogo. Con motivo de la aparición del número 800 se presenta ahora “El balón envenenado”, una antología de poemas dedicados al fútbol. El lector encontrará aquí hermanados los nombres de Platko, Di Stefano, Pelé, Messi o el Niño Torres con Rafael Alberti, Miguel Hernández, Mario Benedetti, Mújica Laínez o Eduardo Galeano. Un partido de fútbol resume en 90 minutos muchas preguntas sobre la memoria, el futuro, la identidad, la suerte, la justicia, el yo y el nosotros. No es extraño que los poetas se hayan interesado por este deporte rey, sin duda el más republicano de todos, desde los años de la vanguardia hasta nuestros días. Como cualquiera de los grandes asuntos relacionados con la vida, el fútbol ha provocado himnos y elegías, sátiras y cultos a la personalidad, declaraciones de amor y de principios.
Lo que corre por las barras de los bares, las discusiones de autobús, los quioscos de prensa, las llamadas de teléfono, las alegrías y tristezas de la gente, no puede ser ajeno a la poesía. Del mismo modo, estamos convencidos de que la poesía sigue ocupando un lugar en la vida. Así lo demuestra un catálogo con 800 títulos, casi un partido con 800 goles. Gracias, lector, por tu compañía.
“Un balón envenenado” es una auténtica joya, una delicia de obra que pone a nuestro alcance una extraordinaria recopilación de poesías de temática futbolera, un atractivo catálogo con una completa diversidad de perspectivas y miradas.
“Elemental y recio, tu pasado
es la cruda tangente para el vuelo
de un litro de aire en cuero aprisionado…”
Fragmento de “Oda a Jacinto Quincoces”, de Federico Muelas
Poemas escritos por autores que son declarados apasionados del fútbol y también por otros que no lo son. Homenajes a jugadores, a equipos, a estadios, a momentos vitales en los que el fútbol es el centro del mundo, a episodios históricos de la historia del fútbol, a la afición, al árbitro… En “Un balón envenenado” hay espacio para todas las caras del poliédrico universo fútbol.
Algunos ejemplos para que os hagáis una idea de lo que se reúne en este volumen. Autores de Chile, Nicaragua, Perú y España, entre otras nacionalidades. Apasionados de clubes como Nacional de Montevideo, el Manchester United, San Lorenzo, Boca Juniors Atlético de Madrid, Xeréz, Osasuna y algunos más.
Homenajes al fútbol callejero y al fútbol de la infancia, a la grada y a los estadios abandonados, a legendarios jugadores y a goles inolvidables… Versos de poetas, escritores e incluso cantantes. Palabras que se convierten en versos para ofrecernos inolvidables metáforas en torno al mundo del fútbol.
A todo ello cabe añadir un ensayo de presentación que es una auténtica reivindicación de lo que el fútbol ha significado y continúa significando desde un punto de vista social, pero también como parte inherente a la formación de nuestra identidad.
“… la verdadera verdad de las cosas
es que nosotros éramos gente de acción
a nuestros ojos el mundo se reducía
al tamaño de una pelota de fútbol
y patearla era nuestro delirio
nuestra razón de ser adolescentes…”
Fragmento de “Los profesores”, de Nicanor Parra
El libro ideal para leer en días como hoy, de reivindicación poética, pero también para llevarlos en el bolsillo de la chaqueta e ir echándole un vistazo de tanto en tanto, a medida que el partido transcurre, para disfrutar de lo que vemos sobre el “tapete verde del azar” explicado a través de los ojos y las palabras de los poetas.
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