Durante los últimos días la combinación de fútbol y literatura se podía respirar por diferentes lugares de Bilbao: en calles y bares, en las inmediaciones de San Mamés, en las librerías, y, por supuesto, en sus bibliotecas. El motivo de ello eran los encuentros «Letras y fútbol«, organizados un año más desde la Fundación del Athletic Club y, seguramente, la mejor iniciativa para difundir la relación que el mundo del fútbol y el de la literatura mantienen entre sí, un vínculo cada vez más intenso y aceptado por diferentes sectores del ámbito de la cultura.

Hace años que tenía ganas de asistir a alguna de las sesiones que en el marco de estas jornadas se celebran. Pero, desgraciadamente, nunca me era posible por unas razones u otras. Por suerte, este mes de noviembre se ha producido la necesaria conjunción astral que me ha permitido asistir a una de las tertulias. Ha sido una escapada relámpago, de apenas dos días, corta pero intensa, y más que suficiente para dejarme con las ganas de más. Así que, el año próximo, volveremos a intentarlo, porque la propuesta vale la pena.
«Maldito karma» es el título de la primera novela del novelista alemán David Safier, precisamente uno de los protagonistas de la edición de este año de los encuentros «Letras y Fútbol«, puesto que lo sentaron en el centro del estadio de San Mamés con una máquina de escribir y le encargaron que escribiera un relato futbolero.
El resultado fue editado en formato de librito y repartido por diferentes lugares de la ciudad. Nada más llegar a Bilbao al mediodía me acordé de Safier y su «Maldito karma«, pero en sentido contrario. El sencillo hotel en el que he estado alojado estos dos días presenta una fotografía histórica de Bilbao en cada una de sus habitaciones. Y a mi me tocó dormir junto a una imagen del viejo estadio de San Mamés. «Buena señal«, me dije.
Por la tarde, el «buen karma» se confirmó gracias a un encuentro fortuito. Fue al entrar en la FNAC, algo que no estaba previsto, puesto que los planes eran ir a tomar un café con un amigo al que hace años que no veo. Habíamos quedado en encontrarnos en un bar de la zona centro, pero poco antes de la hora acordada me llamó para aplazar nuestra cita hasta el día siguiente al encontrarse enfermo.
Recibí la llamada justo cuando estaba por la zona de la librería, por lo que al tener más tiempo disponible decidí, cómo no, entrar a curiosear. Lo primero que encontré, justo en la zona de la entrada, fue una pequeña exposición con libros y publicaciones relacionadas con el Athletic de Bilbao.

También allí había ejemplares del cuento de David Safier para que la gente los cogiera, un cartel anunciando las jornadas «Letras y Fútbol» y, sorpresa, un tipo cuyo aspecto físico me resultaba conocido: era Galder Reguera, gerente de la Fundación del Athletic, organizadora de los encuentros y autor del recientemente publicado «Hijos del fútbol«, una lectura imprescindible para los amantes del fútbol y la literatura.

Tras presentarme pudimos conversar un par de minutos (él estaba justo a punto de marchar a la sesión de aquel día) y quedamos en vernos al día siguiente, en la sesión a la que yo tenía previsto asistir. La agradable coincidencia me hizo pensar de nuevo en Safier. «Parece que el karma se está empeñando en ser más bendito que maldito«, pensé.



El día siguiente, martes 28 de noviembre, pude por fin acercarme hasta la magnífica Biblioteca Foral de Bizkaia, lugar en el que se han ido desarrollando todas las sesiones. El lugar destinado para ello era la sala noble de la biblioteca un espacio al que el adjetivo «noble» le va que ni pintado. A las 19 horas comenzó la tertulia, bajo el título «Fútbol, sociedad y literatura«.




Moderada por Leire Palacios, contaba con la participación de Miguel Ángel Ortiz y Belén Gopegui, dos personas protagonistas de uno de esos sucesos paranormales que me suelen suceder y que expliqué aquí. Una más que interesante conversación sobre diferentes cuestiones en los que fútbol y literatura acaban interactuando, con especial importancia en el trabajo del escritor.
Y, al terminar la sesión, tuve el gran honor de poder acompañar a los protagonistas y compartir un más que agradable rato de conversación con los protagonistas y con Galder Reguera, un par de horas de aislamiento del mundanal ruido en el que todo giró en torno a nuestras dos grandes pasiones: el fútbol y la literatura. Un auténtico privilegio y todo un placer.



Espero que el año que viene el karma continúe siendo un aliado mío y poder, así, volver a disfrutar de nuevo de los encuentros «Letras y Fútbol«.

