Alpinismo en la literatura deportiva


Caminante sobre un mar de nubes, de Caspar David Friedrich (1818)

En 1818, Caspar David Friedrich, uno de los principales representantes del movimiento romántico en el campo de la pintura, pintó una de sus obras más emblemáticas y conocidas: Caminante sobre un mar de nubes.

La imagen nos muestra a un viajero de espaldas al espectador, mientras contempla un paisaje compuesto por un mar de nubes a sus pies por encima del cual emergen los picos de algunas montañas. El mensaje es claro: es la naturaleza lo que merece ser contemplado, y no el individuo.

El paisaje, el poder subyugante de la naturaleza y su condición de fuerza superior a la del minúsculo individuo fueron algunos de los temas que los pintores románticos trabajaron. La montaña, especialmente desde entonces, ha ejercido una poderosa atracción, convirtiéndose en una especie de imán que empuja a intentar escalar hasta su cima.

Se trata de un anhelo que también ha sido tratado por la literatura. El miércoles 26 de enero, en la sección de literatura deportiva del programa Radioestadio Catalunya de Albert Arranz, en Onda Cero Catalunya, pusimos algunos ejemplos de libros en los que la presencia del alpinismo y el poder de las montañas tienen todo el protagonismo.


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Hermanos Iñurrategui. Un latido en la montaña, de Ramón Olasagasti y César Llaguno (Sua Edizioak, 2020)

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La cordada formada por Félix y Alberto Iñurrategi ha sido singular dentro del montañismo vasco: un vínculo sólido, un compromiso real y leal hacia los compañeros de cordada y hacía quienes les han acompañado en su trayectoria, una mirada global que ha sabido entender la montaña en toda su extensión. Para ellos lo importante no ha sido solo la cumbre, sino el modo de aproximarse y abordar la montaña, el propio camino, jalonado por pueblos y las gentes que viven en ellos.

Tras alcanzar la cima del Gasherbrum II, su duodécimo ochomil, en el descenso, Félix perdió la vida. «Mañana también amanecerá», solía decir Félix, y quizá fue esa forma de ver la vida lo que hizo que el pulso reviviera y que hoy siga vivo a través de la Fundación Baltistán. Creada tras la muerte de Félix, busca en alturas más humildes cumbres mucho más complicadas, como procurar mejorar la forma de vida de los habitantes del valle de Hushe. Está editado en formato cómic.


La Cumbre de los Dioses, de Jiro Taniguchi (Ponent Mon, 2007)

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Enfrentarse a la montaña, escalar rocas, coronar picos… no son sólo reflejo de la pasión por el alpinismo, sino también una metáfora descarnada de la vida misma. “La cumbre de los dioses” es la épica historia de unos hombres y el colosal instinto de superación de sus propios límites. Un libro que atrapará al lector en un insólito ascenso hacia cimas de emoción inéditas.

De estilo manga y de género seinen. Sentido de lectura oriental.


Névé, de Dieter y Emmanuel Lepage (Glenat, 2010)

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Névé es una serie de cinco álbumes con guión de Dieter y dibujos de Emmanuel Lepage («Alex Clément ha muerto») que editó Glénat Francia entre 1991 y 1997. Este verano se ha publicado en España en formato Integral De Luxe, recogiendo todos los álbumes en un solo tomo y con la reproducción de las portadas a modo de extras.

En este caso, la recopilación en un volumen integral no responde sólo a políticas de mercado sino que se entiende como una decisión coherente al tratarse de una serie en la que, a pesar de que cada álbum pueda leerse de forma independiente, están tan estrechamente ligados que es necesaria la lectura del título anterior para ahondar en las motivaciones de los personajes y haber leído la serie completa para vislumbrar el arco dramático en toda su complejidad.

Névé se emparenta con el subgénero de montañismo, tan querido por la cinematografía alemana, que ha brindado películas como «El infierno blanco de Piz Palü» (1929) o «Grito de piedra» (1991). Tenemos, cómo no, el símil que relaciona la escalada con un proceso de maduración personal, pero por lo general se evitan los tópicos al uso, en gran parte porque se huye de la adscripción genérica en favor de un enfoque que pretende conciliar un punto de vista introspectivo -el que rodea a su protagonista, Névé- con la grandiosidad del marco que ofrece una naturaleza omnipresente. El propio título de la obra subraya esta intención: Névé es el nombre del protagonista, cierto, pero también el de un tipo de hielo que se forma en la parte alta de los glaciares.


Bájame una estrella, de Miriam García Pascual (Ediciones Desnivel, 1990)

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Miriam García Pascual acostumbraba a escribir en un diario cada una de sus experiencias y viajes, «Bájame una estrella» está basado en los entrañables garabatos que cubrieron de tinta su diario en un viaje por América. El Capitán, el Alpamayo, el monte Fitz Roy y el Huascarán fueron los lugares por los que pasó, en todos ellos sintió y le sucedieron cosas, momentos que relata como si de un cuento o un poema se tratara. Acompañan sus impresiones las ilustraciones no menos entrañables de Mónica Serentill i Rubio.


Hielo negro, Juan Luis Conde. Ediciones Desnivel (2018)

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Hielo negro es la narración de una extraordinaria aventura en la Antártida, el último territorio salvaje y reserva natural del planeta. Hasta ese mundo remoto, tanto geográfica como mentalmente, llega Ordino, un curtido montañero capaz de ascender ochomiles sin oxígeno, retirado ya, y que intenta ganarse la vida escribiendo el relato de sus aventuras.

De su retiro familiar le ha sacado la misión de aclarar un misterio enterrado en el corazón del hielo: recluida en condiciones poco explicables en una base situada en el polo sur geomagnético, una glacióloga asegura haber desvelado un secreto crucial para la historia de la ciencia y de la humanidad que ha permanecido sepultado durante milenios bajo la costra helada.

El descubrimiento de Ordino será de otro tipo: no es tan solo un montañero de leyenda, un aventurero puro que se mueve a golpe de corazonadas, sino también un trabajador, un padre y un marido que abandona el hogar familiar para escapar a responsabilidades que no se ve en condiciones de afrontar y, al mismo tiempo, satisfacer su nostalgia irreprimible de la acción, el frío y la intemperie.

Relatado en primera persona, su viaje, una interminable caminata sobre los esquís a través de un paisaje sin horizonte y en condiciones extremas, le llevará hasta el límite de la supervivencia.

En su incierta travesía, no estará solo: encontrará compañía en un personaje cuyo papel cambia de forma desconcertante y camaleónica, un grupo de científicos que experimentan la debilidad humana en el continente helado y, en el último y desesperado instante, una familia de pingüinos emperador, tan extravagante como salvadora.


Hasta arriba, W. E. Bowman (Blackie Books, 2016)

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Hasta arriba (The Ascent of Rum Doodle en su lengua original) fue publicado en 1956, poco después de que se alcanzase la cima del Everest por vez primera. Pronto se convirtió en título de cabecera para toda una generación de escaladores, e incluso bautizó varios accidentes geográficos reales. Hoy sigue siendo un libro de culto dentro de la literatura cómica y un referente entre las novelas de aventuras. Tanto es así que hoy son varios los Rum Doodles repartidos por todo el mundo: llevan su nombre enclaves hosteloeros, clubs de escalada y cadenas de material de alpinismo.


K2, Javier García Sánchez, (Planeta de libros, 2006)

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Se sabe que a partir de los ocho mil metros de altitud el cuerpo humano empieza a morir acelerada e inexorablemente. En el K2 ocurre mucho más abajo, a partir de los siete mil, porque no es una montaña más sino una montaña única que suele matar a sus escaladores en el descenso. De ello es consciente quien se decide a la ascensión, quien se reta con su cima, como en esta novela de García Sánchez le ocurre al protagonista, a quien sólo otra pasión puede salvarle de la obsesión por el vacío, de esa certidumbre de que «cuando haces el K2 ya no hay nada más alla.»: el amor.


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