En la sección de literatura deportiva del Radioestadio Catalunya de Albert Arranz, en Onda Cero Catalunya, del pasado miércoles 25 de enero, hice referencia a algunas obras relacionadas con la figura de Pelé.
Fueron, en concreto, las siguientes:
Una historia de fútbol, de José Roberto Torero (Blackie Books, 2016)
El rey Pelé. El hombre y la leyenda”, de Eddy Simon y Vincent Brascaglia (Norma Editorial, 2016)
El regate, de Sergio Rodrigues (Anagrama, 2014)
Pelé. Memorias del mejor futbolista de todos los tiempos (Temas de Hoy, 2007)
Pelé. Porque el fútbol importa, de Brian Winter (Celebra Books, 2014)
Pelé, de Eduardo Acín (ilustraciones de Angel Coronado y Oriol Roca), (Editorial Emse Edapp, 2018)
Genios del balón. Pelé al detalle. El gesto técnico, la chilena, Sebastiano Vernazza y Nicola Cecere (Diario Marca, 2012)
Los sambistas del balón: las botas mágicas de Pelé, de Fabian Lenk (B de Block, 2014
Hoy, 17 de junio, se cumplen 46 años de una de las jugadas más míticas y recordadas de la historia del fútbol. Sucedió en el partido de semifinales del Mundial de 1970 que se disputó en México que enfrentó a Brasil y a Uruguay. Un encuentro que finalizó con el resultado de 3 a 1 a favor de los cariocas, lo que les permitió «vengarse» del maracanazo de unos años antes.
Aquel fue el mundial de Pelé. Y en aquel partido se produjo un «no gol» a cargo de Pelé que ha sido más recordado que muchos otros de los goles marcados en los mundiales.
«El regate» de Sérgio Rodrigues (Anagrama, 2014) es una novela que además de poner el listón de la literatura sobre fútbol muy alto, otorga un gran protagonismo a la jugada de Pelé.
Lo que ves en la imagen liberada por última vez, la definitiva, es lo siguiente: mientras el tal Ancheta que iba a perder el tren se desploma en el césped, la pelota chutada por Pelé pasa rozando el poste derecho de Uruguay. Saque de meta, hecho consumado, el crack de cracks sale chupando un hielo que recogió por ahí con expresión levemente contrariada pero serena.
El viejo detiene el video. Coloca el control remoto en el brazo del sofá, te mira a los ojos otra vez y dice, lo que pasó aquí, Neto, fue simple: Pelé desafió a Dios y perdió. Imagínate que no hubiera perdido. Si no hubiera perdido, la humanidad nunca más habría dormido tranquila. Pelé desafió a Dios y perdió, pero qué desafío soberbio. Ese gol que no hizo no es sólo el mayor momento de la historia de Pelé, es también el mayor momento de la historia del fútbol. ¿Entiendes eso? ¿La intervención de lo sobrenatural, el relámpago de eternidad que cayó a la izquierda de las cabinas de radio y televisión del simpático estadio Jalisco, el 17 de junio de 1970? Puedo asegurarte que eso fue lo que sucedió, yo estaba allí y lo sé, y si fue algo más no me sorprendería, pero, como mínimo, eso fue lo que sucedió y lo que la cinta de video nos permite ver y rever para siempre, ¿entendiste? Una cosa tremenda, Tiziu.
Leo en el diario El País que uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, Edson Arantes do Nascimento «Pelé«, cuya edad actual es de 74 años, está ingresado en la unidad de cuidados intensivos del hospital Albert Einstein de Sao Paulo (Brasil).
La reseña biográfica que aparece en la misma noticia explica que Pelé participó en cuatro mundiales con la selección brasileña y ganó tres de ellos: las ediciones de 1958, 1962 y 1970. Ganó su primera copa en Suecia, a los 17 años, jugándose la final contra el equipo local el 19 de junio de 1958.
Pelé jugó en el Brasil de Garrincha, de Vavá, de Zito, de Didí, de Zagallo. La canarinha ganó cinco goles a dos, siendo un par de las anotaciones verdeamarelhas de O Rei.
Además de jugar durante 18 años en el Santos, lo hizo también en el Cosmos de Nueva York hacia el final de su carrera, donde estuvo durante tres temporadas. Ha sido uno de los pocos jugadores que ha marcado más de 1.000 goles en partidos oficiales: en total, 1.282 tantos en 1.363 partidos. Es además el mayor goleador en la historia de la selección brasileña, con 77 anotaciones.
Para los que ya tenemos una edad, Pelé ha sido uno de nuestros referentes futbolísticos, quizá el primer ídolo con una dimensión casi mítica por lo que se decía era capaz de hacer como jugador, por la cantidad de goles que había conseguido, y por su protagonismo absoluto en una selección de la importancia de la brasileña, en una época dorada en la que se creó gran parte de la mitología del futbol con nombres como Maracaná, la canarinha, Garrincha, Dadá y tantos otros.
Es famoso su “regate” a Mazurkiewickz en el Mundial de México de 1970, una jugada de dimensión histórica pese a no acabar en gol. Una jugada que sirve como título y eje central a la novela “El regate”, recientemente publicada por Anagrama, cuyo autor es Sergio Rodrigues y a la cual se dedicará en breve un artículo en este Futbol Club de Lectura.
Por eso, hoy es una gran ocasión para estrenar sección en este Fútbol Club de Lectura, e incluir, además de libros, las películas que también giran en torno al fútbol. Porque también fútbol y cine forman una buena pareja, y uno de los principales ejemplos de ellos es la película “Evasión o victoria”, de la que uno de los protagonistas es precisamente Pelé.
En el artículo que la wikipedia dedica a la película leemos que trata sobre un grupo de prisioneros aliados en un campo de prisioneros de guerra nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
La película está inspirada en un hecho real llamado El Partido de la Muerte. El 9 de agosto de 1942, el FC Start, un equipo de ex-jugadores del FC Dinamo de Kiev (en su mayor parte) se enfrentó al más potente equipo alemán, en la época en que Ucrania estaba ocupada por el III Reich.
Los jugadores del FC Start, a pesar de ser advertidos de que, en caso de vencer, serían ejecutados ganaron y humillaron a los alemanes para el delirio colectivo. Una semana después, el 16 de agosto, el FC Start venció nuevamente a Rukh. Muchos de los jugadores ucranianos fueron arrestados, torturados y llevados a campos de concentración, donde posteriormente murieron varios de ellos.
A pesar de estar inspirada en este hecho real, la historia de la película varía un poco con respecto a la misma. La película está ambientada hacia 1943 en el campo de concentración de Gensdorff. Un oficial alemán visita el campo y ve a unos prisioneros jugar al fútbol, y, al recordar que había sido jugador antes de la guerra, se le ocurre organizar un encuentro entre una selección de futbolistas alemanes y los prisioneros.
Al margen de la historia del partido de fútbol, la parte del argumento dedicada a los intentos de fugas está claramente inspirada en la película La Gran Evasión, en la que Silvester Stallone sería en la misma el equivalente a Steve McQueen. Igualmente, las músicas principales de ambas películas son bastante similares.
Recuerdo perfectamente que cuando ví la película por primera vez una de las imágenes que más me impresionaron fue el golazo de chilena que marca Pelé, así como el “arco iris” de Ardiles.
Una película que vale la pena revisitar de vez en cuando y que es un buen ejemplo de la presencia del fútbol en el cine.
Por cierto, tal y como se explica en esta noticia, parece ser que se está preparando un remake de la película.
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