Un 10 de enero como hoy, pero del 2011, Leo Messi obtuvo su segundo Balón de Oro. Fue en una gala celebrada en Zúrich, y aquella noche, por increíble que parezca, al argentino le temblaron las piernas.
Lo explica como nadie Ramón Besa en el texto “¿Un cuento o un relato?”, publicado en “Cuando nunca perdíamos”.
“Aseguran quienes le conocen que aquel 10 de enero fue uno de los días más dichosos de su carrera por la sorpresa del resultado, por su incapacidad para tener una respuesta preparada, instado a improvisar, igual que si hubiera ganado un inesperado Oscar. A veces, como en su caso, la imprevisibilidad consiste en volver a ganar. Messi se sintió más niño que nunca en un acto montado por adultos. A falta del cuero, no extrañó que le temblaran las piernas y se recogiera sin mentar a Iniesta y a Xavi, aparentemente predestinados a competir por el trofeo”.