8 de enero y «Maraquilla, un hombre de cartón», de Sique Rodríguez

 

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Descubrí que existía una Copa Mundial de Fútbol de Calle, cuyos protagonistas eran personas sin techo, gracias a un relato del periodista Sique Rodríguez que aparece en la edición de 2016 de «Relatos solidarios del Deporte«.

En ese relato se hace referencia a un 8 de enero, como hoy. Un buen momento para interesarnos por ese campeonato tan especial y para recordar un fragmento del texto.

 

“Misión cumplida. Lo tenemos. Quiero informar a todos los mexicanos que Joaquín Guzmán Loera ha sido detenido”. Con este escueto mensaje en Twitter, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció la captura de ‘El Chapo’, el narcotraficante más buscado del mundo.

Esa misma noche escuché en la radio que Dani Benítez fichaba por el Alcorcón. Llevaba dos años suspendido por consumo de cocaína. “La droga te arruina la vida”, dijo Benítez.

Bien lo sabía yo. La droga me había convertido en una persona de cartón. Llegué a jugar un Mundial pero lo hice tan ebrio, que apenas recuerdo nada. Fue en Chile, 2014. Y sí, recuerdo a aquel irlandés. Padraig McKissock. Metió 30 goles. Alucinante. Me parece que después de eso firmó su primer contrato profesional pero, sinceramente, desconozco qué has sido de su vida.

Quizá en el próximo Mundial sea yo el protagonista. Honestamente, siempre fui el mejor jugador del barrio. Me gustaba el fútbol. Desgraciadamente, terminé practicando otros deportes que tenían más riesgo. Porque escaparte de la policía es un deporte de riesgo.

Me llamaban ‘Maraquilla’ porque decían que jugaba al fútbol como Maradona y conducía coches igual de rápido que ‘El Vaquilla’. Obviamente, mi juventud la pasé entre rejas. Iba y venía de Marina d’Or. Así le llamábamos a nuestras vacaciones en la cárcel. Allí también jugaba al fútbol. Allí también era el mejor. Y allí también me conocían como Maraquilla. Mi adicción a la cocaína hizo honor al sobrenombre.

            La cárcel es un gran supermercado. Encuentras de todo. Y la droga te ayuda a tirar para adelante. Te abstrae mientras te destruye. Es muy fácil condenar moralmente a alguien por ser un drogadicto, pero para juzgar a las personas siempre hay que conocer sus circunstancias. Recomiendo la biografía ‘Yo, el Vaquilla’ y entenderéis que ese niño, después un medio adulto, no podía ser más que un delincuente. Estaba condenado por su entorno. A mí me pasó algo parecido.

            Aquel 8 de enero, tumbado en mi cama de cartón, escuchaba la entrevista de Dani Benítez. Yo sólo tenía una amiga inseparable. Una vieja Panasonic, color negro. Regalo de un amigo en la cárcel. Bueno, más que un regalo, fue un canje. Así van las cosas ahí dentro. La radio es una gran compañera para gente solitaria como yo.

Fragmento de «Maraquilla, un hombre de cartón«, relato de Sique Rodríguez que aparece en la edición de 2016 de «Relatos solidarios del deporte«

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