El pasado domingo pasamos una fantástica mañana presentando Rondo de Raticos de Fútbol en el Bar Imprfcto del barri del Poble Nou de Barcelona. Una obra colectiva formada por quince relatos que corresponden a otras tantas vivencias futboleras y en la que hemos participado enfermos futboleros de procedencias diversas.
Para la presentación del domingo saltamos al terreno de juego, perfectamente uniformados, Julián Cerón, José Manuel García, Luis González y un servidor.
El libro, que incluye un prólogo de Enrique Ballester, reúne quince relatos reales de fútbol y vida, contados en primera persona, un rondo de quince toques entre catorce jugadores que han tirado de balón y pluma para compartir estos Raticos de fútbol, un subgénero literario que usa el fútbol para cocinar textos aderezados con historia, viajes, humor o sentimientos.
SOBRE LOS CATORCE AUTORES:
Javier Argudo. Periodista deportivo, desde los seis años colecciona todo tipo de material futbolístico. Enfermo del PC Fútbol y fan de Oliver y Benji.
Julián Cerón Madrigal. Se gana la vida tocándole los genes a un gusano. Vio a España campeonar en Sudáfrica y de contarlo salió el primer Ratico de fútbol de la historia.
Alberto Doblaré. Amante del fútbol que en 2010 se fue a Berlín a la aventura y terminaría viviendo allí unos cinco años. Todo un referente para aquellos que quieran conocer la actualidad y la idiosincrasia de los Eisern en español.
Curro García Rodríguez.Doctor en Biología, investigador en el Instituto Pasteur de París, bético y jugador polivalente de buen pie que dejó tardes de gloria, a lo Curro Romero o Mágico González, en el Camallo Vallecano.
Luis González Roig. Barcelonés licenciado en Derecho, se desarrolla profesionalmente en un ámbito infinitamente más aburrido que el fútbol. Su abuelo le llevaba al Nou Camp de niño y esas cosas marcan.
Javier Guerrero Alfonso.Graduado en ADE por la Universidad de Sevilla y bético antes de nacer. Siempre más interesado en las gradas que en el césped y enamorado de la cultura alrededor del fútbol.
Jordi Moral Cantó. Licenciado en Humanidades, trabaja como profesor de Historia y Geografía en un instituto. Siempre que puede trata de emular a los Groundhopper.
Alfonso Morillas. Exjugador de la UE Cornellà, del Levante Las Planas y del CF Gavà. Licenciado en Historia del Arte. Juega al fútbol con los libros desde el ‘Fútbol Club de Lectura’ (www.futbolclubdelectura.com).
Francisco Ortín Montero. Profesor de Psicología del Deporte en la Universidad de Murcia. Desde niño fue futbolero y futbolista, jugando en las bases del Real Murcia hasta juveniles, y cerrando su aventura en Tercera División.
Juan José Pérez Pérez. JUANJO. 1,95 m. 95 kg. Murcia, 1972. Portero. No pasó de jugar amistosos con los amigos. Buena colocación y reflejos aceptables a pesar de la miopía. Ahora le para balones a su hijo en los parques.
Queco García Campos. Periodista: ahora en La Vanguardia. Futbolista: ahora retirado. Futbolero: eso es para siempre.Escritor: sólo para los amigos.
José Quesada. (Granada, 1984. Historiador). Apasionado de la historia, del deporte y de la investigación hemerográfica. . Este futbolista de corazón también mata el gusanillo redactando artículos para las revistas de cultura futbolística Cuadernos de Fútbol (CIHEFE) y Revista Líbero.
Enrique Roldán Cañizares. Es profesor de la Universidad de Sevilla y se siente afortunado de haber nacido en la orilla correcta del río Betis. Una de sus mayores pasiones es viajar para conocer estadios y disfrutar de partidos de otros equipos.
Frichu Yustas. Casín de cuna y gijonés de adopción, es seguidor del Sporting desde bien pequeño y no lo disimula. Haberse criado a escasos metros del estadio decano del fútbol español ayudó a ello. Amante de la historia deportiva, ha participado en varios libros colectivos y, además, es autor de tres en solitario.
Rondo de Raticos de Fútbol está disponible en Amazon, a través del siguiente enlace:
El próximo domingo comienza el Mundial. Ha querido la FIFA que Shakira sea la encargada de abrir el show de inauguración, y que seamos nosotros, los del Rondo de Raticos de Fútbol«, quienes hagamos de teloneros y vayamos haciendo ambiente por la mañana con la presentación de nuestro libro.
Para ponerlo fácil han montado una fan zone en el Bar Imprfcto de Barcelona. Allí estaremos dando unos toques Juan Manuel García (@queco), Luis González (@ApuntabaManeras), Jordi Moral (@JordiMoralCanto), Julián Cerón (@raticosdefutbol) y un servidor, Alfonso Morillas (@fcdelectura), algunos de los integrantes del equipo que ha participado con sus relatos en el libro.
Si nos queréis veniros, que lo pasaremos bien.
Y mi aportación al libro tiene que ver con algo sucedido cuando el fútbol tenía, más o menos, esta estética:
En la sección de literatura deportiva del miércoles 19 de octubre del Radioestadio Catalunya de Albert Arranz, en Onda Cero Catalunya, hice referencia a algunas de las novedades de otoño recién publicadas en libros de temática futbolera. Fueron, en concreto, las siguientes:
Solo una hora después de que culminara la ceremonia inaugural del Mundial 82, ETA asesinaba a un guardia civil en el puerto de Pasajes. La banda había anunciado que no atentaría directamente contra la competición: a ellos también les gustaba el fútbol, decían, aunque quedaba intacto el riesgo de que el escaparate de la recién descorchada democracia española pudiera saltar en añicos. Así, bajo el pánico a una irrupción terrorista, rodó el balón aquel verano. La selección española no dio pie con bola. Fueron nuestros «primos» italianos los que lo bordaron. Nadie daba un duro por que España lograse organizar un Mundial en una época tan convulsa y delicada; nadie tampoco daba una lira por que la azzurra hiciera algo meritorio. Pero el torneo cuajó, en lo logístico y lo deportivo: tuvo épica, lírica y magia. El equipo del estoico Bearzot levantó la copa en el Bernabéu. Ambos acontecimientos pusieron —de manera más que simbólica— fin a los años de plomo que ensangrentaron a los dos países, los más martirizados de Europa por el terror, sembrado tanto por extremistas de izquierda como de derecha. Cuero contra plomo contrasta el cruento devenir histórico de Italia y España en los 70 y primeros 80. Un recorrido repleto de analogías (GRAPO-Brigate Rosse, Moro-Carrero, Piazza Fontana-calle del Correo, Pinelli-Ruano…) e imbricado con la narración de partidos memorables, como el petardazo de España ante Irlanda del Norte o la mayestática derrota infligida por Italia al jogo bonito brasileño en Sarrià. Una historia, pues, de goles y balas.
En Copenhague, en Basilea o en Soria. En tu pueblo o en el mío. A cuántos niños les habrán dicho, cuando se ponían tristes porque perdía su equipo, que no sintieran pena, que eso realmente no importa, que el fútbol no les da de comer ni les compra ropa.
Ese mensaje de no estar triste por el fútbol porque el fútbol no te da de comer es un mensaje ultramaterialista. ¿Qué pasa? ¿Que solo podemos estar tristes por aquello que nos dé dinero? ¿Eso le estás enseñando a un niño? ¿En serio?
Ojalá la infancia mundial coordine una respuesta en común para estos casos. Y sería muy fácil, porque vale, el fútbol no me da de comer, pero tú, tú que eres amigo de mis padres y me estás diciendo eso, ¿acaso tú me das de comer, hijo de puta? Cuando vengas a contarme tus problemas no esperes que empatice ni me sienta triste, porque no me das de comer y me dijiste que no me apenara por el fútbol porque no me daba de comer.
Lo bueno de sentir pena por cosas que en realidad no importan es que le da coherencia a sentir alegría por esas mismas cosas. E igual el fútbol no te da de comer, pero tarde o temprano te hará feliz, una certeza sólida como pocas. Solo se necesita una pelota.
A Carlos García le dicen en el periódico que su nombre es demasiado común. Por eso, cuando empieza a escribir las crónicas del FC Barcelona, firma como K. Tras la máscara del pseudónimo, el estudiante que soñaba con redacciones envueltas en humo y gritos a la hora del cierre inicia su prometedora carrera sin haber salido de la universidad. Pero los sueños pocas veces están hechos de material real. Entre estadios de fútbol, tapones de bolígrafo y habitaciones solitarias de hotel, K. se autoimpone una felicidad de la que nunca será dueño. El ascenso y la caída de un equipo legendario, la decrepitud de un oficio que solo encuentra refugio en los grandes titulares y unos periodistas que se esconden detrás de sus pantallas ambientan una crónica de crónicas en la que falta por descubrir el resultado final. Futbolistas, el periodismo o K. ¿Quién encajará la derrota definitiva?
Las voces del gol, de Daniel Cabezas, Roger Freixa y Eric Guijarro (Hat Trick, 2022)
Un abrazo con alguien que no conoces. Una sonrisa en la victoria y una lágrima en la derrota. Un gol en el minuto 93. La herencia de quien más te quiso. El fútbol es el deporte que más pasiones levanta en España. Gracias a los testimonios de aquellos que lo viven en primera línea, Las voces del gol descifra la estrecha relación entre el periodismo y el balompié.
Ramón Besa, Rodrigo Fáez, Toni Padilla, Ilie Oleart, Alberto Edjogo-Owono, Miguel Ángel Román, Danae Boronat, Bárbara Quesada y Sique Rodríguez, analizan el pasado y el presente del oficio que tanto aman para saber qué le desparará el futuro.
Este es un libro que reúne todos los aspectos del panorama actual del mundo de la comunicación: la prensa escrita, la radio, la televisión y, sobre todo, las redes sociales y plataformas como YouTube o Twitch. Y, por supuesto, también hay hueco para la Superliga, el fútbol femenino y la pandemia. A veces se aman y otras se odian, pero el fútbol y el periodismo son inseparables.
Dieciséis relatos reales de fútbol y vida, contados en primera persona, un rondo de dieciséis toques entre catorce jugadores que tiraron de balón y de pluma para compartir Raticos de fútbol, un subgénero literario que usa el fútbol para cocinar textos aderezados con historia, viajes, humor o sentimientos.
La biografía autorizada de Messi. Edición revisada y actualizada con los últimos acontecimientos desde su llegada al PSG
Leo Messi es el jugador de fútbol más conocido del planeta, pero también un enigma como persona, por su hermetismo. Esta biografía, que fue publicada por primera vez en 2014, y posteriormente actualizada en 2018, se presenta de nuevo en una edición que recoge lo más relevante de los últimos años del jugador en el Fútbol Club Barcelona.
En esta nueva edición, el autor repasa lo más destacado desde aquel fatídico Mundial de Brasil hasta el final de la temporada 2017/18, así como su paso por el Mundial de Rusia y por la Copa América 2021, que coincidía con el momento en que expiraba su contrato con el Fútbol Club Barcelona, y que convirtió al astro argentino en foco de todas las miradas, generando una enorme expectación.
En agosto de 2021, se anunció el desenlace que parecía imposible: Messi no pudo renovar en el Barça y se anunció su fichaje por el PSG. ¿Qué pasó? ¿Cómo es posible que, queriendo quedarse, tuviera que salir?
La vinculación territorial de los equipos de fútbol a su propia ciudad es un hecho que, de tan evidente, apenas se nos ocurriría plantearnos. El Valencia es un equipo de València, el Real Madrid es de Madrid y el Barça de Barcelona, por ejemplo. ¿Qué duda hay? ¿Puede ser de otro modo? Las lógicas y prácticas contemporáneas del capitalismo global, sin embargo, comienzan a vaciar de contenido esta verdad de perogrullo, desligando clubes de sentimientos.
Al igual que el fenómeno airbnb acaba generando barrios sin vecinos —especialmente en los centros históricos de las ciudades—, matando comercios y vida asociativa y deviniendo en auténticos decorados de cartón-piedra, los equipos de fútbol, en manos de grandes magnates o de gruposempresariales mastodónticos, acaban desligándose del territorio que los acoge, donde se asienta su teórica masa social, para convertirse en marcas globales cuya única función es la de generar economía de escalas. Desde luego, esta realidad no resulta inocua para los equipos buitreados, generando desafección entre sus abnegados aficionados y la sensación de que el fútbol ya no es lo que era.
En Club a la fuga, el periodista y publicista Vicent Molins analiza en perspectiva histórica esta realidad, adentrándose en los motivos y consecuencias últimas de un proceso que no ha hecho más que comenzar.
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