El regreso de «Roy of the Rovers» y la unión de cómic y pantallas

 

 

 

Una de las principales preocupaciones vinculadas a la población infantil y juvenil es la de cómo conseguir inculcarles el gusto por la lectura. No conozco a nadie que considere que leer tenga efectos perjudiciales. Incluso las personas no lectoras consideran que es bueno que los más pequeños se aficionen a los libros. Pero, ¿cómo conseguirlo?

Cuando hablo sobre el tema con otras personas acaba apareciendo una cierta coincidencia en acusar de esta falta de afición a las pantallas. El móvil se ha convertido en un objeto de alta capacidad adictiva, y en un vampiro de tiempo al que se pasan (nos pasamos) el día enganchados. La teoría resultante es clara: cuanto más horas pasan enganchados al móvil menos horas dedican a la lectura.

Siendo esto cierto en líneas generales, creo también que caemos en una cierta simplificación del asunto. El hábitat propio de las actuales generaciones es el tecnológico. Para que nos entendamos: mientras que nosotros éramos analógicos, ellos son digitales. Como en todo, en ambos grupos encontramos cosas positivas y negativas. Seguramente, desde nuestra perspectiva, gran parte de su universo está lleno de tentaciones satánicas. Pero es el suyo, y por más que nos desagrade, no vamos a cambiarlo.

En el caso de la lectura, creo que es un error obcecarse en asociarla exclusivamente al papel. Soy de los que defienden que lo importante es que se lea, independientemente del soporte. Y, al mismo tiempo, también creo que se debería prestar más atención a géneros como el del cómic por su potencial papel de puente hacia otras lecturas. Por esa razón, creo que sería mucho más acertado y efectivo que a la hora de proponer “lecturas obligatorias” (nombre horroroso, por cierto) en las escuelas, se trabajaran y mostraran otras opciones. Profundizar, por ejemplo, en las posibilidades de la ciberliteratura, la narrativa transmedia y la hipertextual, los libros con realidad aumentada, etc.

Viene todo este rollo a cuento de la interesante iniciativa que se ha puesto en marcha en relación con el regreso de Roy of the Rovers, uno de los cómics futboleros más emblemáticos del Reino Unido. Creado en 1954 por Frank S. Pepper para la revista “Tiger”, se trata de un cómic que tuvo una gran longevidad y popularidad, y en el que se describían las aventuras futbolísticas de Roy Race, jugador del Melchester Rovers.

 

El cómic dejó de publicarse en los años noventa, pero el año pasado Roy volvió a saltar al terreno de juego de las páginas de la mano de todo un especialista en este tipo de obras: Tom Palmer. Se trata del mismo autor de la serie de libros “Escuela de fútbol”, de la que si no me equivoco hay dos traducidos al español, y cuyo formato es redondo.

 

 

El caso es que Roy of the Rovers vuelve a estar en circulación en forma de cómic con nuevas historias. Y, como complemento a su reaparición, se ha creado una aplicación para móviles y tabletas que se puede descargar en el Play Store de Google y que permite estar al día de todas las novedades relacionadas con el personaje. También, por lo que parece, además de la compra de los nuevos números que vayan apareciendo, se podrá ir leyendo en el dispositivo, de manera gratuita, una historia cada semana.

 

 

No nos encontramos ante una acción revolucionaria como las que anteriormente citaba, pero me parece destacable por el intento de establecer comunicación directa entre el producto (el cómic, en este caso), y el lugar en el que hay que promocionarlo (la pantalla), pues es donde se encuentra el posible lector.

Un camino del que todavía queda mucho por recorrer pero que me parece es de lo más acertados para facilitar el acceso a la lectura de los más jóvenes.

 

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