«Pucelín y Ansurón de Primera División». José Luis Chacel, Santiago Bellido y Santiago Hidalgo. Fundación Valores del Fútbol

 

 

 

Creo que no me equivoco si afirmo que los clubes de fútbol, a la hora de promover publicaciones para explicar su historia, no han explotado del todo las posibilidades de los cómics. Pese a tratarse de un formato de fructífera relación en el campo de la literatura futbolera, y aún reuniendo una serie de características que lo convierten en medio ideal a la hora de actuar con finalidad pedagógica, no me consta que haya sido especialmente utilizado, como decía, para dar a conocer a los apasionados del fútbol la evolución de su entidad a lo largo del tiempo.

Es cierto que existen clubes que sí incluyen entre las publicaciones que tratan de ellos una historia en cómic (el Atlético de Madrid, el RCD Espanyol, el FC Barcelona, el Sevilla, el Betis y el Sporting de Gijón, son algunos ejemplos). También, fuera de nuestra liga, conozco los casos del chileno Colo-Colo, del uruguayo Peñarol o del Club Deportivo Cuenca mexicano. Y lo mismo sucede con algunos equipos ingleses.

Pero, como decía, me resulta un tanto curioso que no se haya explotado aún más teniendo en cuenta que el del cómic es un lenguaje muy adecuado tanto para lectores adultos como infantiles, que es una inmejorable puerta de entrada hacia la lectura para quienes no son habituales y que acostumbran a ser productos de un gran atractivo y efectividad.

 

 

El caso más reciente lo encontramos en el sobresaliente “Pucelín y Ansurón de Primera División”, un maravilloso trabajo centrado en la historia del Real Valladolid y que va mucho más allá del simple producto para “cubrir el expediente”. A la cuidada edición en tapa dura y a todo color se unen un elemento de gran originalidad: está íntegramente escrito en verso, lo que otorga una gran personalidad al resultado final.

 

SINOPSIS

Hace 125 años que rodó el primer balón en estas tierras, 90 años de historia del Real Valladolid, con sus protagonistas, hazañas y anécdotas, narradas por un abuelo a su nieto. El cómic que la afición estaba esperando”.

 

 

Aplicando el recurso del abuelo que transmite su pasión futbolística por un club, el Real Valladolid en este caso, a su nieto, el álbum ofrece un detallado y completo recorrido a lo largo de su evolución histórica, iniciada en 1904. Desde la llegada del fútbol a la ciudad, los primeros equipos, entrenadores y jugadores destacados, los diversos avatares en forma de éxitos y fracasos, los ascensos y descensos, la participación en competiciones europeas, éxitos y fracasos… todo es explicado de modo cronológico de una forma tan amena como pedagógica, con el complemento de unas ilustraciones de gran calidad en las que no faltan los dibujos de carácter realista a la hora de representar personajes o lugares reales.

 

 

El paseo por la historia de Pucelín y su abuelo Ansurón se desarrolla, al mismo tiempo, por los lugares más significativos e identificables de la ciudad, y cuenta, además, con el desenfadado y acertado contrapunto que aportan Cipión y Berganza, los dos canes que protagonizan “El coloquio de los perros”, una de las “Novelas ejemplares” de Cervantes.

Su participación en la historia es muy acertada, pues permiten incorporar otras voces que aportan frescura y enriquecen la narración.

 

 

El cómic comienza con unas estrofas que bajo el título “Con la mejor intención” son toda una declaración de intenciones de lo que se pretende con el álbum.

A continuación un fragmento de este apartado:

 

Con la mejor intención

y no falto de razón

en medio de un callejón

Pucelín dice a Ansurón:

Quien deslice su visión,

sobre esta publicación

y preste algo de atención,

sacará una deducción:

la histórica comunión

de Pucela y el balón,

gracias a la convicción

de la sufrida afición.

 

 

De la introducción se pasa a la historia ilustrada, con la citada peculiaridad de estar escrita mediante rimas a la hora de construir los textos. Y, como complemento perfecto, unas ilustraciones ricas en detalles y minuciosidad, muy coloridas y dinámicas, con diversidad de registros, convirtiendo el conjunto en un trabajo de gran delicadeza.

José Luis Chacel (responsable de los versos), Santiago Hidalgo (de la arquitectura de la historia) y Santiago Bellido (de los dibujos) son los autores de esta maravillosa obra en la que se percibe que han volcado su pasión por el club. Un cómic que hará las delicias de todos los aficionados del conjunto vallisoletano porque en él encontrarán un material para grandes y pequeños con el que alimentar su pasión fuera del estadio.

 

Imagen de los autores de www.elnortedecastilla.es

 

Unos “Comentarios caninos” para rendir también un justo homenaje a quienes formaron parte de la historia del club pero no tienen cabida entre las páginas del álbum, un curioso “Soneto de apodos”, consistente en una relación de motes de algunos jugadores, y la “Canción de la afición, para que la canten Pucelín y Ansurón”, que propone una nueva letra para ser cantada por los hinchas blanquivioletas completan el libro.

 

 

Termino insistiendo en la calidad de este cómic, que además del disfrute me ha hecho rememorar momentos de mi cultura futbolística. Pertenezco a la generación en la que el Real Valladolid era un asiduo de las dominicales tardes de fútbol en la radio, y a la que nombres como Fenoy, Eusebio, Juan Carlos u Onésimo no le resultan extraños.

Que recuerda que los hermanos Hierro, René Higuita, Valderrama o Caminero pasaron por las filas vallisoletanas. Que también jugó allí el extraordinario Mágico González, y que hubo entrenadores como Vicente Cantatore o el Pacho Maturana. Y de los que sigue sin poder evitar la asociación de Pucela con el Estadio de la Pulmonía. Y así, otros muchos nombres y episodios que he vuelto a recordar gracias a esta publicación.

 

 

Y si para mi ha sido un auténtico disfrute, tanto por el conocimiento histórico que aporta como por la forma tan acertada en que consigue transmitirlo, y por la gran calidad de sus ilustraciones, me imagino lo que debe significar para un aficionado del Real Valladolid.

Estoy convencido de que se convertirá en una obra que grandes y pequeños harán suya y a la que recurrirán a menudo para prolongar su pasión por sus colores. Una magnífica iniciativa de brillante resultado.

 

 

 

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