«Lo peor de todo», de Ray Loriga. Editorial Debate

 

Lo peor de todo

 

“Lo peor de todo no son las horas perdidas, ni el tiempo por detrás y por delante, lo peor son esos espantosos crucifijos hechos con pinzas para la ropa”.

Así comienza “Lo peor de todo”, la primera novela de Ray Loriga, publicada por la editorial Debate en 1992. Un texto afilado, recibido con una bocanada de aire fresco en el panorama literario del momento, cortante, hipnótico, repleto de poderosas imágenes y cargado de simbolismo.

Narrada en primera persona por Elder Bastidas, nos encontramos ante una sucesión de retazos de recuerdos entremezclados con la realidad del protagonista, cuya vida transcurre entre una extraña y a veces absurda cotidianidad, una relación amorosa como única esperanza vital y un limitado círculo de relaciones en el que sus hermanos ocupan un espacio clave en su vida.

Lo peor de todo” es una novela que he perseguido para incluirla en el Fútbol Club de Lectura tras descubrirla gracias a un blog que os recomiendo, “A ras de hierba” de Miguel Ángel Ortiz, en el que el autor de “Fuera de juego” y “La inmensa minoría” va publicando reseñas sobre los libros de fútbol que lee.

Fue allí, tras leer su comentario sobre la novela de Ray Loriga, cuando descubrí que en esa ópera prima había una fuerte componente futbolera.

“En la novela de Loriga el fútbol ya no es contado, como había ocurrido antes, sino que es el fútbol el que cuenta. A través de él, la voz del protagonista encajará las piezas del rompecabezas de su vida o describirá a los personajes que le rodean. En definitiva, a través del fútbol contará la vida.”

Fragmento de Miguel Ángel Ortiz sobre “Lo peor de todo” «A ras de hierba«

 

La remembranza a base de pinceladas de momentos de la infancia nos muestra el paso por la escuela y las amistades de entonces, turbio escenario de filias y fobias. También asistimos al tránsito por la adolescencia y la entrada en una edad adulta desalentadora, llena de trabajos degradantes y sin aliciente. Y todo ello combinado con la tabla de salvación que el fútbol supone para el narrador.

“Claro que no todo era tan bueno, si no nadie se explicaría cómo fuimos capaces de perder treinta y cuatro partidos seguidos con resultados tan escandalosos que ni aún hoy me atrevo a recordar. En la zona oscura del equipo estaban los hermanos holandeses, dos tíos tan torpes como un elefante tratando de pelar una mandarina con guantes de boxeo. Por otro lado eran buena gente, pero lo uno no quita lo otro. Se puede ser un cielo en la vida y un pedazo de mierda en el campo, también se puede ser gloria bendita en el campo y un pedazo de mierda en la vida, pero esto último es mucho más perdonable”.

Un texto directo y contundente como los golpes de alguno de los personajes que aparece en la historia. Una prosa afilada, sin florituras, dura en ocasiones y afilada como una cuchilla de afeitar, con una poética atmósfera pese a la crudeza de algunas de las imágenes que se describen, y en la que continuamente flota un opresivo a la vez que melancólico ambiente, una especie de ensoñación continua que sobrevuela todas las páginas del texto.

“Cuando me expulsaron del colegio a ninguno de los dos se les ocurrió pegarme, ni nada por el estilo. Me llevaron al internado. Imagino que pensaron que era lo mejor para mí. Lo que a los demás les parece lo mejor para ti, al final no lo es. Ni lo mejor, ni lo segundo mejor siquiera”.

Imagen de www.opinoma.es

Lo peor de todo” es una historia en la que además de la corriente subterránea del fútbol encontramos muchos otros elementos que no dejan indiferente, convirtiéndose en una de esos libros a los que sabes que tarde o temprano acabarás regresando.

Lo peor de todo, normalmente, es que una novela que te atrapa te acabe soltando al llegar a su fin.

 

Podéis leer el inicio de la novela en este enlace. También podéis algunos comentarios sobre el libro, además del citado del blog «A ras de hierba«, en este enlace y en este otro.

 

Imagen de www.elcultural.es

 

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