«Verano en rojo», de Berna González Harbour. RBA Serie Negra

 

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“… a esperar a que dieran las nueve y comenzara el partido contra Paraguay. Estaba disfrutando del condenado Mundial. No hacía falta ser muy futbolero para compartir una expectación vibrante, nada contenida, una alegría simple y contagiosa que ilusionaba por igual –y sin que sirviera de precedente- a delincuentes y agentes. Había buen humor en el ambiente y eso era reparador. «España contiene el aliento ante los cuartos de final», «El país está en sus manos», «España fútbol club» eran los titulares en su mesa».

 

Como todo en la vida, también el “placer de la lectura” tiene su cruz. En mi caso, esa parte negativa emerge en cuanto termino uno de esos libros que te atrapan y no te sueltan, y que te hacen perder el mundo de vista durante unas horas. Sucede, especialmente, con esas obras de género negro de trama atractiva y absorbente, protagonizadas por personajes especiales y bien caracterizados, en las que la narración consigue que el lector se sienta partícipe de todo cuanto sucede como si también él formara parte de la historia.

Libros de trama policiaca en las que la minuciosa investigación se acompaña del ritmo adecuado para mantener la tensión en todo momento, pero en los que también hay espacio para intercalar interesantes reflexiones que no solo no entorpecen la historia, sino que la enriquecen y la refuerzan. Obras, en definitiva, que explican el porqué del éxito del género negro.

Una de esas obras es la magnífica “Verano en rojo”, escrita por Berna González Harbour y publicada en el 2012 en Serie Negra de RBA. Se trata de una historia en la que se trata un tema delicado y polémico, como son los casos de pederastia en el seno de la iglesia. La aparición del cadáver de un joven en el estanque de un parque de Madrid pondrá en marcha los mecanismos de una acción que irá alternando tres puntos de interés. Por un lado, el de la minuciosa investigación policiaca, dirigida por la comisaria María Ruiz, mujer valiente, luchadora y atractiva que ha conseguido hacerse un hueco en un mundo de hombres. María contará con la ayuda de otros compañeros del departamento, especialmente Tomás y Carlos, su mentor, con los que conserva vínculos emocionales de diferente tipo. Por otro lado está la participación de Luna, el viejo periodista, conocedor del auténtico oficio en un mundo en el que el periodismo parece estar derrumbándose. Y luego están los personajes del mundo eclesiástico y su oscura atmósfera de actos inconfesables.

SINOPSIS

Madrid, verano de 2010. Corren los días del Mundial de fútbol y, mientras los ojos de todos están puestos en los tortuosos avances del equipo de España en Sudáfrica, la comisaria María Ruiz se enfrenta a un tenebroso crimen: un joven ha aparecido asesinado. Sin identidad visible. Sin pistas aparentes. Sin móvil. Mujer atractiva, concienzuda y tenaz, María iniciará una investigación que se complicará cada vez más. Pero no está sola: el veterano periodista Luna, un maestro de la profesión hoy acorralado por la crisis y la era digital, y Tomás, brillante informático de la Policía, serán claves para llegar hasta el fin. La intriga será para ellos tan trepidante como la que acompañó a la selección nacional hasta su gesta final.

La intriga y el desarrollo de la acción son impecables y te atrapan sin soltarte desde la primera página. La acción va saltando de Madrid a Santander y Burgos, y a lo largo de la novela el lector es testigo de la minuciosa investigación. Esto, acompañado de unos diálogos ágiles, unos personajes muy bien construidos y un cierto tono de crónica periodística hacen que la lectura sea muy fluida.

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En lo que al fútbol respecta, aquí lo encontramos como telón de fondo y acontecimiento que ayuda a definir el marco temporal de la historia. Los sucesos y la investigación que se describen transcurren durante el verano del 2010, el año del Mundial de Sudáfrica. La aparición del cadáver del joven del inicio de la novela se produce el mismo día en el que el equipo español, tras superar la segunda fase, se encamina hacia los cuartos de final.

Es interesante en este sentido el papel de lo futbolístico en el conjunto de la novela. Cada vez que la selección debe disputar un partido se hace referencia en el texto, por ejemplo, porque algún trámite relacionado con la investigación obligará a los policías a perdérselo. Así mismo, parece como si todo lo que sucede pasara en una burbuja aislada del mundo exterior. Los personajes, las acciones, todo cuanto sucede está directamente relacionado con la investigación y los sucesos de la historia. Es como si fuera de ahí no hubiera nada, como si el mundo se hubiera detenido y nada sucediera en él. Excepto el fútbol. El fútbol es el nexo de unión entre lo policial y todo lo demás.

            – Parece que la han puesto solo para nosotros. ¿Dónde se ha metido el resto del universo?

            – ¿No te acuerdas? El partido. La semifinal.

 

En un momento de la historia se hace una referencia a la obra de Turner, el pintor inglés de atmósferas y horizontes difusos e indefinidos. La alusión me parece muy sugerente, puesto que el mundo que hay fuera de la investigación apenas se intuye, quedando difuminado como un cielo de Turner que impide adivinar sus contornos. En cambio, cuando llegan los partidos y los goles las nubes desaparecen, y el mundo que hay fuera de la realidad del caso se vuelve transparente gracias a la presencia del fútbol. Como colofón final, la resolución del caso se produce casi en paralelo a la resolución del Mundial.

Verano en rojo”, como decía, es una gran novela altamente recomendable. Además, supone el debut de la comisaria María Ruiz, uno de esos personajes inolvidables que los amantes del género pueden seguir disfrutando gracias a las dos novelas que dan continuidad a su serie: «Margen de error«, y «Las lágrimas de Claire Jones«.

 

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«Falso nueve», de Philip Kerr (Serie Scott Manson). RBA Serie Negra

 

 

          – No sabía que el fútbol supusiera tal reto intelectual. Y yo que creía que se trataba de veintidós hombres corriendo detrás de un balón y dándole patadas”.

            – Ese es un error muy común.

 

Decía Philip Kerr en una entrevista que se había propuesto intentar que los hombres volvieran a leer, y conseguir algo similar a lo que J. K. Rowling había conseguido con los jóvenes gracias a los libros de Harry Potter. Con ese objetivo, el autor escocés decidió adentrarse en el mundo del fútbol y dedicarle una trilogía de novelas. Kerr, que lamentablemente falleció en marzo de este año, tuvo tiempo de cumplir su propósito y escribir los libros, de temática futbolística, que se había propuesto.

El primero de ellos fue “Mercado de invierno”, al que siguió “La mano de Dios”. El tercero, cerrando la trilogía, es “Falso nueve”, publicado poco antes de la muerte del autor. El protagonista de todas las novelas es Scott Manson, un exjugador y entrenador con grandes dotes para la investigación. Conocedor de todos los entresijos del fútbol profesional, se verá envuelto en diferentes casos que lo obligarán a adentrarse en los recovecos del universo futbolístico del máximo nivel.

El fútbol del que Kerr habla en las tres novelas es el de los grandes clubes, jugadores, competiciones… y lujos. Un universo que el autor describe con la sensación de que conoce bien sus entresijos, y acerca del cual, aunque sea por boca del narrador, aprovecha para expresar lo que opina al respecto. Esto es así, especialmente, en esta tercera novela. Y todo ello camuflado en una trama en la que pasa por la desaparición de un futbolista del FC Barcelona, lo que da un especial interés en tanto que hay todo un clásico como partido de fondo.

 

 

SINOPSIS

Que el fútbol sea un deporte no implica que haya que jugar limpio.

Una joven estrella del F. C. Barcelona ha desaparecido sin dejar rastro. ¿Ha huido, lo han secuestrado o ha muerto? Scott Manson, exfutbolista y técnico de élite, también ha demostrado una gran habilidad como investigador y puede que sea la única persona capaz de encontrarlo. Pero tendrá que hacerlo rápido, para que pueda jugar el clásico. El reloj avanza implacable cuando tienes el marcador en contra.

 

 

 

“- Tus nuevos jefes están ansiosos por que vuelvas conmigo a Barcelona lo antes posible –le expliqué-. Se acerca un partido muy importante”.

 

Como en todas las novelas de un maestro del género negro como Kerr la diversión está garantizada. Una extraña desaparición, nuevamente la figura del entrenador/detective Scott Manson haciéndose cargo de la investigación, personajes interesantes, giros argumentales, intriga hasta el final… Todo lo que uno espera en este tipo de libros lo va a encontrar, y creo que quien lea “Falso nueve” va a quedar más que satisfecho.

La acción pasa por Shangai, París, Barcelona y las caribeñas islas de Antigua y Guadalupe. Un periplo encaminado a encontrar cuanto antes al desaparecido, pues un crucial Barça-Real Madrid se acerca, y su participación puede ser clave en el desenlace del partido.

Una vez más el autor demuestra un gran conocimiento de los engranajes internos de las poderosas estructuras del fútbol. Y aquí, en lo que a su ámbito respecta, aprovecha para formular una durísima crítica hacia la Federación Inglesa, que considera obsoleta y anticuada. Además, Kerr habla del fútbol actual, con referencias continuas a jugadores y partidos más que conocidos, consiguiendo que la identificación por parte de los seguidores de las grandes ligas sea mayor.

Fútbol y cultura no están reñidos

En un momento de la historia Manson dice: “Me encantan las bibliotecas. Que trabaje en el mundo del fútbol no quiere decir que no lea”. Y hay que decir que la novela es una auténtica demostración de ello, pues las referencias de tipo literario (autores, novelas, etc.) son abundantes. En las páginas de “Falso nueve” se habla de los libros de fútbol con ejemplos incluidos, y también desfilan nombres como Proust, Orwell, Kurt Wallander, Sherlock Holmes o Lorca, entre muchos otros, y obras como Otelo, Lolita o Los tres mosqueteros. Lo mejor de todo es que Kerr tiene la gran habilidad de intercalarlos en las conversaciones de los personajes de forma magistral, quedando integrado con absoluta naturalidad en el desarrollo de la historia.

Además de las referencias relacionadas con el mundo de la literatura también abundan las vinculadas con otros ámbitos de la cultura, como el mundo del arte y, sobre todo, el cinematográfico. Star Trek, James Bond, películas como Infiltrados o Troya, entre otros muchos ejemplos ayudan a comprender mucho mejor el carácter del protagonista, además de enriquecer la lectura.

Particularmente me encanta la aparición de este tipo de referencias de otros ámbitos como la literatura, el cine o la música. La novela de Kerr, en este sentido, es una auténtica mina, como si uno de sus objetivos fuera, también, el de demostrar que fútbol y cultura no tienen porqué estar reñidos.

Kerr, así mismo, es un maestro en ir salpimentando la trama con opiniones sobre diferentes temas de actualidad. Además de la citado visión sobre el fútbol actual y el funcionamiento de los clubes, aprovecha para hablar sobre racismo, política, literatura futbolera e incluso sobre el independentismo en Catalunya, teniendo en cuenta que uno de los clubes protagonistas es el FC Barcelona.

 

El fútbol según Kerr

 

“El fútbol es, de hecho, lo más importante del mundo. Mientras la gente no lo comprenda, no seremos capaces de entender cuál es el verdadero sentido de la vida, el universo e incluso todo lo demás. De hecho, el del fútbol total es el único teorema plausible. Todo lo demás fallará antes o después”.

 

En “Falso nueve” abundan también las reflexiones en torno al mundo del fútbol. Su relación con la vida, su simbolismo… Es como si Kerr, con esta terca novela, en tanto que cierre de la trilogía, hubiese querido aprovechar para terminar de soltar lo que un apasionado del fútbol como él (pero crítico con su actual vertiente de negocio) opina. Hay muchas reflexiones en este sentido esparcidas por las páginas de la novela y puestas en boca de Scott Manson. Son los suficientes pensamientos como para llegar a escribir un artículo que perfectamente podría haberse titulado “El fútbol según Philip Kerr”.

Por último, he leído en alguna reseña que quizá esta sea la más floja de las tres novelas escritas sobre el mundo del fútbol. A mi, en cambio, no me lo parece, pues valoro, como al principio decía, la capacidad de Kerr para engarzar una interesante trama de suspense con una breve colección de reflexiones sobre el mundo del fútbol. Le da un contenido extra que me parece de lo más interesante, convirtiendo a “Falso nueve” en una lectura más que recomendable.

 

 

TRILOGÍA FÚTBOL DE PHILIP KERR. SERIE SCOTT MANSON

  1. «Mercado de invierno» (2015)
  2. «La mano de Dios» (2016)
  3. «Falso nueve» (2018)

Philip Kerr nos ha dejado

 

 

Triste e inesperada noticia la que hemos conocido hoy: la muerte de Philip Kerr.

Kerr era uno de los más reconocidos y destacados autores de novela histórica de detectives, creador del popular Bernie Gunther, investigador en la Alemania nazi de quien estaba preparando el volumen número 14 de la serie de novelas protagonizadas por él.

Su última obra publicada ha sido «Falso nueve«, que cierra la trilogía de temática futbolística protagonizada por Scott Manson y que se inició con «Mercado de invierno» y continuó con «La mano de dios«.

«Falso nueve» gira en torno a la desaparición de un jugador francés del Barça que ha sido cedido por el Paris Saint Germain. Precisamente, hace  apenas una semana Sergi Pàmies dedicaba el siguiente artículo al escritor escocés.

 

Philip Kerr en Barcelona

Sergi Pàmies

 

Philip Kerr acaba de publicar Falso nueve (RBA), su tercera novela negra ambientada en el mundillo del fútbol. En vez de un detective de estereotipo policial (fumador, alcohólico, separado, con un perro cojo), el protagonista es un entrenador de prestigio, Scott Manson, amante de los placeres de la carne y que, tras sufrir una injusta condena de prisión, trabajó en el cuerpo técnico del FC Barcelona. En su tercera aventura Manson investiga la desaparición de un jugador francés del Barça cedido por el PSG. Por extensión, pues, los encantos de Barcelona (desde el Cañete hasta Nandu Jubany), las turbulencias políticas de Catalunya (aunque el protagonista, escocés, se declara no independentista ni en Escocia ni aquí) y los efluvios emocionales del Barça de Messi (época Luis Enrique) intervienen como ingredientes secundarios de la trama.

El interés de las novelas futbolísticamente negras de Kerr no radica tanto en un conocimiento minucioso del juego como en la visión crítica y bien documentada del contexto de intereses que está fagocitando este espectáculo y la diversidad tintinesca de localizaciones. La trama asume los principios de una inverosimilitud tácitamente tolerada por el género. Pero, además, aporta un punto de vista inteligente y sarcástico sobre la desnaturalización de los valores representados por los grandes del fútbol, la instrumentalización de los aficionados reconvertidos en clientes, el cambio de propiedad (y de alma) de los clubs y una autopsia de los mecanismos psicológicos de los egos individuales y los delirios de grandeza colectivos. Evitando el peligro de excederse en la épica o en alardes históricos, Kerr ha encontrado una fórmula genuina para transformar el entorno mafioso y al mismo tiempo romántico del fútbol en materia prima para un entretenimiento de calidad.

Todo eso me sirve de excusa para hablar de Kerr. He coincidido con él en las fiestas previas a Sant Jordi que organiza La Vanguardia y admito que suelo seguirlo para aprender de un auténtico maestro. No hablo de literatura sino de elegancia y visualización depredadora con intenciones seductoras. Apuesto, elegante, con una conciencia clara de que la vida son cuatro días, Kerr tiene un prodigioso radar de detección de posibles encantos y un modo de quedarse parado, con una mano en el bolsillo y la otra sujetando una copa de champán que recuerda el ademán de un (las mujeres y los niños primeros) Pierce Brosnan. Y entonces, cuando despliega sus alas para socializar, tiene la presencia, los recursos políglotas, la voracidad y el encanto británico para obtener resultados inmediatos. Este gusto por la alegría de los sentidos también lo transmite su protagonista, que tiene una admirable tendencia a beber los mejores champanes, cultivar la buena conversación y practicar la seducción desde una masculinidad que, como también ironiza Kerr en Falso nueve, debe actualizar sus métodos, contenerse al utilizar Twitter y encontrar un equilibrio más moderno y feminista a la hora de disfrutar de los ancestrales beneficios del jogo bonito.

 

Imagen de www.elmundo.es

 

«Mercado de invierno», de Philip Kerr. RBA Serie Negra

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“El mercado de invierno es el periodo de cuatro semanas durante el cual la FIFA autoriza a los clubes europeos a fichar a un nuevo jugador a mitad de temporada”. Y “Mercado de invierno” es la primera de las novelas que Philip Kerr, uno de los autores de novela negra de más éxito y reconocimiento en la actualidad, ha querido dedicar al mundo del fútbol.

 

Confieso que nunca hasta ahora había leído a Philip Kerr, por lo que seguramente no diré más que obviedades que no aportarán nada a sus seguidores. Como tampoco soy un entendido en novela negra o policiaca (aunque sí se trata de un género con el que suelo disfrutar, sobre todo cuando está vinculada al fútbol) no creo que mi valoración sea especialmente significativa. Bueno, más o menos como sucede con el resto de reseñas que voy publicando en este blog, y que no dejan de ser las simples impresiones de un modesto aficionado a la literatura futbolera.

Dicho esto, y entrando en materia, comenzaré diciendo que «Mercado de invierno«, publicado el 2015 por RBA Seria Negra, me ha parecido un libro más que recomendable, que ofrece lo que promete -a quienes busquen una buena novela negra-, o incluso algo más –para los aficionados futboleros. Una lectura entretenida, dinámica, con la imprescindible intriga que este tipo de libros requiere. Y, como colofón, con el fútbol como temática principal y permanente. Estando ante uno de los autores más valorados del género la suma de ingredientes a combinar no podía dar como resultado más que un buen plato. O, mejor dicho, un buen partido.

Desde que se hizo pública la intención de Kerr de dedicar una trilogía de novelas negras al mundo del fútbol, decidí que esperaría a tener las tres para leerlas de tirón. “Mercado de invierno”, la primera de la serie, apareció en el 2015. “La mano de Dios”, la segunda (y de la que hablaré próximamente), fue publicada el 2016. Y ya solo falta la tercera, cuyo título será “Falso nueve” (si no me equivoco) y cuya publicación está prevista, creo, para finales de este 2017. Finalmente, mi paciencia no ha sido lo suficientemente sólida como para esperar algunos meses más y no me podido esperar más para zambullirme en esta interesante propuesta.

 

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SINOPSIS

«En el fútbol no se puede jugar bajo los focos sin que haya sombras». Scott Manson es el segundo entrenador del London City, un equipo de la liga inglesa. Carismático y amado por sus jugadores tanto como por la prensa y la directiva, conoce todos los entresijos del juego, dentro y fuera del campo. Como si no bastara con la alta competición, el director técnico del equipo aparece asesinado en el estadio del London City. Un crimen que parece conectado con mareantes cifras de dinero, la exigencia deportiva y las miserias humanas. Scott Manson deberá encargarse de descubrir al asesino.

Un thriller que contiene toda la pasión, la seducción y la corrupción del mundo del fútbol.

Magnates del Este, entrenadores fanáticos y futbolistas de primera juegan un fascinante partido a vida o muerte.

Mercado de invierno es el título inaugural de un nuevo ciclo dedicado a destapar el lado oscuro de la liga inglesa de fútbol a través de la figura de Scott Manson, entrenador del equipo del London City que se ve accidentalmente envuelto en la resolución de casos criminales. Antes del verano de 2015 aparecerá en el mercado anglosajón la segunda entrega, Hand of God, que arranca con la sospechosa muerte de un jugador del London City sobre el terreno de juego, en el transcurso un enfrentamiento contra un rival ateniense en una eliminatoria de la UEFA Champions League. Philip Kerr trabaja en estos momentos en una tercera novela de la serie, cuyo título provisional es False Nine (Falso nueve).

 

Los aficionados a la literatura futbolera debemos agradecer la aparición de esta serie. Que un autor de la dimensión de Philip Kerr dedique no una, sino tres novelas al mundo del fútbol es síntoma de las posibilidades del deporte rey como material literario. El género negro, además, y como ya hemos visto en otras obras, es un uniforme más que adecuado para tratar todo lo que lo rodea.

Aunque en este artículo hablaré únicamente de “Mercado de invierno”, el hecho de haber leído ya “La mano de Dios” me permite hacerme una composición de lugar más completa en relación con lo que la serie de libros nos ofrece. El protagonista es Scott Manson, segundo entrenador de un equipo ficticio de la Premier League, el London City, que verá alterado por completo su status tras el asesinato de Joao Zarco, primer entrenador, además de mentor y amigo. El suceso le llevará a partir de ese momento a ocupar la plaza de responsable del equipo y, al mismo tiempo, a encargarse de la investigación para descubrir qué es lo que ha sucedido.

Cabe decir que uno de los reclamos de la novela, cuando comenzó a hacerse público todo lo relativo a su publicación, fue el carácter especial del personaje de Joao Zarco: polémico, mediático, con defensores y detractores en el ambiente futbolístico, y de nacionalidad… portuguesa. Un origen que para los aficionados al fútbol tiene una clara vinculación con Mourinho, y uno de los elementos que sirvió como anzuelo promocional. De hecho, el diario La Vanguardia puso el título de «¿Quién ha matado a Mourinho?» para hablar de la novela.

 

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Scott Manson se nos presenta como alguien con cierto interés por los libros y la cultura, pero, al mismo tiempo, buen conocedor de todas las interioridades de un vestuario y la psicología de los jugadores profesionales –jóvenes y ricos-, de los juegos de poder de los magnates que adquieren clubes de fútbol, de las relaciones e intereses de agentes e intermediarios y, evidentemente, de las cuestiones más directamente relacionadas con el juego.

 

“Lo único que puedo decir sobre lo ocurrido es que, por muchos planes que hagas o por mucho que controles a tu equipo, la vida siempre manda la pelota al fondo de la red”.

 

Manson es un tipo inteligente, serio y comprometido. Capaz de desenvolverse en el complejo ambiente de los grandes magnates que han desembarcado en el mundo del fútbol convirtiéndolo en un territorio para los negocios, como es el caso de Viktor Sokolnikov, un multimillonario de origen ucraniano que es el actual propietario de su club.

Al mismo tiempo, es alguien curtido, un poco de vuelta de todo tras el período que pasó encerrado en prisión por un delito que no cometió. Un personaje interesante en tanto que ha leído a Aldous Huxley y le interesan más los libros que determinados programas de televisión. Pero, al mismo tiempo, y si la situación lo requiere, es capaz de navegar en los ambientes más corruptos y turbios.

 

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En “Mercado de invierno” se aprecia que Kerr ha pretendido ir más allá de revestir una trama de novela negra con un telón de fondo basado en el fútbol. Más bien, y esto me parece un acierto, ha intentado ir más allá, y aprovechar para elaborar un cuadro en el que aparezcan representados, ni siquiera a modo de pincelada, la gran variedad de temas que tienen que ver con este mundillo.

Así, encontramos desde lo propiamente derivado del mundo del balón, como cuestiones de tipo deportivo, jugadores y equipos históricos, referencias a las peculiaridades de los futbolistas, el entrenamiento e incluso la descripción de momentos puramente futbolísticos, hasta los aspectos más relacionados con todo lo que envuelve el mundo del fútbol: poder, lujo y riqueza, sentimiento de los aficionados, apuestas deportivas, etc. Es decir, que el autor va intercalando en la trama diferentes cuestiones que nos ayudan a comprender la gran complejidad de todo lo que tiene que ver con el deporte más seguido del planeta.

 

– Iría de buena gana, pero allí no te permiten leer, y ya sabes cómo soy con los libros. Me aburro mucho si no tengo algo para leer.

 

La novela sigue los requisitos del género, y así vemos como desde el comienzo se va alimentando la trama, sucediéndose los episodios, presentándose personajes, conociendo sucesos o esparciendo pistas que acabarán teniendo o no relación con la resolución final. Y todo ello, como decía, siendo intercaladas de forma muy fluida en la trama con todo lo que tiene que ver con el fútbol.

 

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La acción, en este sentido, se recrea en algunos momentos en la exposición de temas más futbolísticos que, por otro lado, son necesarios para comprender y dar verosimilitud al crimen que se ha producido. Kerr, en estos pasajes, demuestra un conocimiento del tema sobre el que está hablando, siendo capaz de aplicar el bisturí y mostrarse muy incisivo y crítico en algunas ocasiones.

Sobre todo en el primer tercio de la novela existe un mayor interés por construir el decorado para que el lector (entiendo que, sobre todo el no futbolero) pueda sentirse más o menos seguro sobre el terreno que pisa. Después, por decirlo de alguna manera, la acción comienza a acelerarse y a entrar directamente en la parte más propia de la investigación.

 

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Se nota, en este sentido, que Kerr, además de aficionado al fútbol, ha completado una profunda labor de documentación, pues abundan las referencias a jugadores reales, actuales y pasados, más que reconocibles por cualquier aficionado., Todo ello, eso sí, centrado en la Premier, aunque no faltan alguna que otra aparición de jugadores de otras ligas. Y también son más que interesantes las opiniones sobre el fútbol que pone en boca de Manson, el narrador en primera persona de la historia, que demuestran un cierto alejamiento de los tópicos al uso en algunas ocasiones.

 

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Me ha parecido muy interesante la continua referencia a la aparición de libros, obras de arte y otras cuestiones de tipo cultural. Parece como si el autor hubiera querido demostrar que el fútbol puede incluir algo más que la simple vida de lujo y aparente superficialidad presente en muchos de sus aspectos. Una colección de referencias literarias y artísticas que vuelve a aparecer, incluso reforzada, en el segundo volumen de la serie: “La mano de Dios”.

Una novela, en definitiva, de la que he leído alguna crítica no especialmente buena. Seguramente, no se trata de un libro que pasará a la historia del género, pero, desde mi modesto punto de vista, creo que gustará a los amantes de la novela negra a secas, y hará las delicias de los que, además, sean aficionados al fútbol.

 

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Para terminar, aquí tenéis una entrevista con el autor realizada en febrero de 2015 con motivo de la publicación de la novela.